miércoles, 4 de mayo de 2011

¿PARA QUÉ NOS CAPACITA LA HISTORIA?

Podría decirse que el final de la segunda guerra mundial capacita para decir "nunca más". La Sociedad de Naciones (SDN), organismo encargado de mantener la paz, existía antes de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Pero no fué capaz de evitar la guerra. Ahora existe la ONU pero no es capaz de evitar las guerras ni la carrera de armamentos. ¿Para qué nos capacita la historia reciente tan contradictoria? ¿Para el terrorismo? ¿Para declarar guerras preventivas? ¿Para matar? ¿Para destruir? ¿Para las revueltas? ¿Para la "deconstrucción" y la construcción?

La Historia nos capacita al recibir la herencia del pasado, con sus experiencias, sus avances científicos y técnicos, sus modos de organización de la convivencia y de gobierno... Nos capacita en positivo de tal modo que podemos concretar posibilidades en avances concretos. Sin embargo,
a estas alturas del siglo XXI todavía no somos capaces de resolver los conflictos armados ni de garantizar para todos los derechos humanos.


Los objetivos de la ONU, fundada el 26 de junio de 1945, con la firma en San Francisco de los representantes de 50 Estados, eran muy claros:

1) Mantener la paz y la seguridad internacionales.


2) Desarrollar relaciones de amistad entre las Naciones, en base a los principios de igualdad de derechos de los pueblos y del derecho a disponer de sí mismos.


3) Fomentar la cooperación efectiva entre los distintos países.




La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. Aquel año fue asesinado Gandhi. La Declaración contó con 48 votos a favor, ninguno en contra y ocho abstenciones (el bloque soviético, África del Sur y Arabia Saudí). Conviene refrescar la memoria.



Los instrumentos están ahí: La Asamblea General, el Consejo de Seguridad y la Secretaría General, con el doble cometido de administrar y mediar en caso de conflictos internacionales.


Existe, además, el Consejo Económico y Social que coordina las actividades de distintas especialidades a modo de ministerios: Salud (OMS), Alimentación (FAO), Educación (UNESCO), Desarrollo Humano (PNUD), Trabajo (OIT) y los Fondos de Naciones Unidas para la población (FNUAP). Existe el Consejo de Tutela. Y existe la Corte Internacional de Justicia en la Haya.


Posibilidades muchas. Pero ¿para qué están capacitados esos organismos? ¿Sólo para hacer Informes? Los diagnósticos ya están hechos... Pero ¿por qué no se potencia la cooperación efectiva y real en sentido del "codesarrollo" estructuralmente más justo? ¿por qué no se garantiza la paz ni la defensa de los derechos humanos? ¿por qué no se desarrollan visiblemente las relaciones de amistad?


Se dirá que la ONU favoreció la descolonización, pero persiste el "neocolonialismo". Se dirá que gracias a la ONU la persona humana y su dignidad (mujer y hombre) han sido más respetadas, pero persisten desigualdades abismales, discriminaciones y violaciones patentes de los derechos humanos.


La Carta de Naciones Unidas, en su artículo 55, estableció lo siguiente: "La ONU promoverá el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y libertades". Pues bien, eso es lo prioritario y principal en este momento histórico.

¿Para qué nos capacita la Historia de esta primera década del siglo XXI?


Para refundar Naciones Unidas, para suprimir de una vez el reduccionismo de los 5, del G7, del G15 o del G20 (incluido el "paripé" del G21), para potenciar las Federaciones de Estados (al modo como ya postulara Kant en su Paz perpetua).


Cuanto más me acuerdo del cuadro de Goya de la pelea a bastonazo limpio, al contemplar realidades presentes, más me viene a la mente la necesidad de la reconciliación, del entendimiento, de la justicia, del diálogo y de la paz en todos los rincones, países, pueblos y Estados del mundo.



¿Por qué no reconvertir las Fuerzas Armadas de todos los Estados en efectivos de la Nueva ONU? Los cascos azules, en defensa de los Derechos Humanos y el Buen Gobierno, allí donde haya violaciones de derechos humanos, especialmente donde esas violaciones se produzcan al amparo de la "soberanía nacional" o de la "razón de Estado"; los cascos verdes, para actuar ante catástrofes naturales, y en defensa del Medio Ambiente, el Medio Marino y la Bioesfera; y los cascos rojos, de solidaridad humanitaria, y como logística de Salud Universal, y equipos técnicos para la promoción de las infraestructuras y las comunicaciones.


¿Para qué nos capacita la Historia?

Poder se puede transformar la realidad histórica del presente, es una gran posibilidad. ¿Estamos capacitados para ello? ¿Para qué nos capacita, pues, la Historia?
Los tiranicidios o la eliminación de líderes terroristas pueden tener su fundamentación en el "no matarás", es decir, en la vida de la mayor parte de la población. Pero lo que importa realmente es la defensa de la vida de esa inmensa mayor parte de la población que, hoy por hoy, ni siquiera alcanza un grado de vida digna. Y eso postula, desde mi punto de vista, la refundación de Naciones Unidas, incapaz hasta ahora de cumplir con sus objetivos. Pero eso exige, además, garantizar los derechos humanos de toda persona sin distinción alguna.





José Mora Galiana

4 comentarios:

  1. Don José:

    ¿No se da usted cuenta que todos esos organismos de la ONU nacieron muertos por intereses de los más poderosos?

    CAB

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  2. Recordemos:

    El Artículo 5º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece: “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.

    Así de claro. Así de preciso, dice Mayor Zaragoza: Es intolerable y éticamente reprobable que no sólo se torture sino que, países que deberían ser ejemplo de comportamiento democrático, lo justifiquen y lo describan sin contemplaciones: se consiguió que el reo confesara el lugar donde se hallaba Bin Laden sumergiendo su cabeza más de cien veces en agua (procedimiento llamado de “la bañera”).

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  3. No es el fin el que justifica los medios, sino los medios los que dignifican el fin.

    Si queremos avanzar históricamente hay que lograr una conjunción entre Política, Ética y Derecho. Utilizar la "Razón de Estado" para dominar, matar, forzar, torturar y declarar la guerra, o utilizar el terrorismo y la violencia de la fuerza y de las armas para hacer valer las propias aspiraciones, reivindicaciones o intereses, no es camino acorde con el Derecho ni con la Ética, y, en consecuencia, no puede favorecer el desarrollo humano, pues la violencia engrendra violencia.

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  4. En la refundación de Naciones Unidas habría que apostar por la UA, Unión Africana, como una Federación de Estados, y por la supresión de los derechos de veto, a menos que también la UA pudiera ejercerlo.

    En general, en los conflictos actuales siempre están presentes los intereses occidentales en detrimento de los propios intereses de los distintos pueblos y su sociedad civil.

    Hechas estas observaciones, si quisiera adherirme a la propuesta de la reconversión de las Fuerzas Armadas de todos los Estados en efectivos de Naciones Unidas para la defensa de los derechos humanos y el buen gobierno (Cascos Azules); actuaciones respecto del Medio Ambiente, Medio Marino y catástrofes Naturales (Cascos Verdes); y logistica de salud para todos, infraestructuras sanitarias y de comunicaciones... (Cascos Rojos)

    Marius

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