Los jóvenes jugadores del Barça, siguiendo las pautas de Pep Guardiola, han ganado la copa de Europa en el estadio de Wembley, frente al Manchester, un gran equipo de futbol. Los mossos d´Esquadra, sin embargo, siguiendo las órdenes del Conseller de Interior de la Generalitat, Felip Puig, han perdido por goleada en la Plaza de Catalunya. “Multitud 15M”, movimiento político democrático pero apartidista, es un equipo en red con más autoridad y calado que la fuerza de las porras y del poder establecido.
Miles de personas han gritado “Puig dimisión”. Puig quería limpiar la plaza a la vieja usanza. Pero le ha salido el tiro por la culata. La resistencia pasiva, las conexiones por medios internautas y las adhesiones efectivas con las personas acampadas no hacen sino acrecentar la conciencia colectiva de una gran multitud.
Dice Manuel Castells en La Vanguardia, en su artículo “Wikiacampadas” de este sábado que quienes minimizan este fenómeno no entienden de su profundidad. Va a ser un proceso lento porque como dice uno de los carteles: “vamos lento porque vamos lejos”.
Hace tiempo comenté con un histórico del PSOE que si el socialismo en libertad quería un reconocimiento en el futuro tenía que empezar a hacer lo que se había hecho en el equipo del Barça. Pero es evidente que no se ha cultivado la cultura política, ni el trabajo bien hecho, ni el sentido de equipo entre la cantera joven.
En el futuro inmediato, velis nolis, los partidos políticos de cualquier signo van a tener que afrontar las exigencias de una gran multitud:
1. Empleo
2. Eliminación de privilegios entre la clase política
3. Vivienda
4. Modificación de la ley electoral
5. Servicios públicos de calidad en salud y en educación
6. Control de las entidades financieras
7. Creación de una Banca pública
8. Reforma fiscal
9. Ciudadanía plena y democracia participativa
10. Libertad de información y periodismo de investigación
11. independencia del poder judicial
12. Democracia interna en los partidos políticos.
Mientras estos temas no se tomen en serio en lo local y en nuestro entorno regional europeo, el Barça podrá seguir siendo campeón de Europa, pero Europa, y por supuesto España (y con ella Catalunya), seguirá teniendo un grave déficit democrático. La fiesta de la victoria del Barça no podrá eclipsar las exigencias del Movimiento Democrático 15M, que sigue sumando personas en la conciencia de su “multitud”.
En la primera década de este siglo, Michael Hardt y Antonio Negri, en su libro Multitud. Guerra y Democracia en la era del Imperio, han indicado claramente que la posibilidad de la democracia a escala global emerge por primera vez en el mundo. El proyecto no sólo expresa el deseo de igualdad y libertad de toda la Humanidad, y no sólo exige una sociedad global democrática, abierta e inclusiva, sino que proporciona además los medios para conseguirla.
Miles de personas han gritado “Puig dimisión”. Puig quería limpiar la plaza a la vieja usanza. Pero le ha salido el tiro por la culata. La resistencia pasiva, las conexiones por medios internautas y las adhesiones efectivas con las personas acampadas no hacen sino acrecentar la conciencia colectiva de una gran multitud.
Dice Manuel Castells en La Vanguardia, en su artículo “Wikiacampadas” de este sábado que quienes minimizan este fenómeno no entienden de su profundidad. Va a ser un proceso lento porque como dice uno de los carteles: “vamos lento porque vamos lejos”.
Hace tiempo comenté con un histórico del PSOE que si el socialismo en libertad quería un reconocimiento en el futuro tenía que empezar a hacer lo que se había hecho en el equipo del Barça. Pero es evidente que no se ha cultivado la cultura política, ni el trabajo bien hecho, ni el sentido de equipo entre la cantera joven.
En el futuro inmediato, velis nolis, los partidos políticos de cualquier signo van a tener que afrontar las exigencias de una gran multitud:
1. Empleo
2. Eliminación de privilegios entre la clase política
3. Vivienda
4. Modificación de la ley electoral
5. Servicios públicos de calidad en salud y en educación
6. Control de las entidades financieras
7. Creación de una Banca pública
8. Reforma fiscal
9. Ciudadanía plena y democracia participativa
10. Libertad de información y periodismo de investigación
11. independencia del poder judicial
12. Democracia interna en los partidos políticos.
Mientras estos temas no se tomen en serio en lo local y en nuestro entorno regional europeo, el Barça podrá seguir siendo campeón de Europa, pero Europa, y por supuesto España (y con ella Catalunya), seguirá teniendo un grave déficit democrático. La fiesta de la victoria del Barça no podrá eclipsar las exigencias del Movimiento Democrático 15M, que sigue sumando personas en la conciencia de su “multitud”.
En la primera década de este siglo, Michael Hardt y Antonio Negri, en su libro Multitud. Guerra y Democracia en la era del Imperio, han indicado claramente que la posibilidad de la democracia a escala global emerge por primera vez en el mundo. El proyecto no sólo expresa el deseo de igualdad y libertad de toda la Humanidad, y no sólo exige una sociedad global democrática, abierta e inclusiva, sino que proporciona además los medios para conseguirla.
José Mora Galiana, 28/05/2011