sábado, 2 de septiembre de 2017

HACIA EL BIEN COMÚN DE LA HUMANIDAD




Tras los hechos terroristas de los días 16 de agosto en Alcanar (Tarragona), el 17 en Las Ramblas de Barcelona, y el 18 en Cambrils (Tarragona), se ha escrito desde distintos puntos de vista sobre la necesidad de redoblar la seguridad -para poder garantizar las libertades-, sobre recelos y descordinación institucional -en el contexto del proceso secesionista catalán-, sobre el terrorismo y la criminalidad yihadistas, sobre musulmanes, sobre inmigrantes, sobre las amenazas del ISIS en España -incluyendo Andalucía-; sobre la exigencia de cooperación entre los Estados de la Unión Europea, sobre la Ley de Seguridad Nacional (LSN)..., pero también sobre la urgente refundación de Naciones Unidas (tal como viene postulando Federico Mayor Zaragoza (ahora en su artículo: "Ante amenazas globales, alianzas globales"), quizás por aquella vetusta sentencia: "a grandes males, grandes remedios". 

     Como viene a decir Josep Fontana, en El siglo de la revolución, análisis histórico de 1914 a 2017, estamos ahora inmersos en “La era de la desigualdad”, desigualdad en las sociedades desarrolladas y desigualdad de la Naciones, con muchos interrogantes abiertos hacia el futuro. Quizás por ello, más allá de La España Autonómica – que planteaban Tierno Galván y Antoni Rovira en la primavera de 1985- y más acá de El mito nacionalista –en la crítica de Fernando Savater de 1996-, convenga subrayar o entresacar de las recientes reflexiones de Mayor Zaragoza, algunas enseñanzas 
(Ver http://www.desarrolloliberador.blogspot.com: "Diez días después").     


      En la "Presentación" del libro La España autonómica,  de 1985, decía Tierno Galván: "El Estado que llamamos de las Autonomías, constituye un modelo político de singularísima importancia, aún por concluir. 

    Estamos, por estas razones, en un momento de la vida del proceso constitucional español coetáneo, que atrae la atención de los estudiosos de todo el mundo en esta materia y, como es natural, muy particularmente de los españoles."

   En cuanto al nacionalismo, concluía el filósofo Savater en su opúsculo que las doctrinas políticas suelen tener su parte de astuta falsedad para hacerse popularmente atractivas. El nacionalismo no es sólo amor al país en el que uno ha nacido o donde uno vive, a sus tradiciones y su lengua..., la nación es una institución cultural y el nacionalismo no es sólo sentimiento sino una ideología política, que convierte la pertenencia étnica en base y orientación para la participación democrática y el modo de organización del poder. Igualmente la exaltación de una identidad propia es también engañosa, pues "ninguna identidad colectiva en nuestro país está desligada del resto de las identidades españolas ni puede desligarse de ellas sin perder parte de su propia sustancia".
   
     Desde mi punto de vista, en estos momentos históricos, convendría releer el librito de Kant: La paz perpetua, que invita a la paz como deber estricto y, en consecuencia, a un contrato de convivencia dentro de un Estado que ya posea su Constitución -conforme a Derecho- y entre Estados -por medio de la confederación pacífica (Foedus pacificum)- "Ésta se distinguiría de un tratado de paz (pactum pacis) en que mientras el tratado intentaría acabar con una guerra, la confederación pacífica intentaría terminar con todas las guerras para siempre".


     Sabemos de la poca voluntad política de las grandes potencias mundiales para ponerse de acuerdo en caminar hacia la Paz Perpetua, o, en concreto, para fomentar el federalismo político solidario y refundar, en consecuencia, Naciones Unidas para que sea más efectiva y operativa ante los grandes retos de la Comunidad Humana.



    No obstante, nuestra obligación ética y política es insistir, una y otra vez, en esa exigencia de convivencia, diálogo y federación y confederación solidarias con el fin de lograr: a) una mayor igualdad, seguridad y libertad para toda persona humana y para todos los pueblos del Planeta Tierra; b) una justa distribución de la riqueza; c) la necesaria corresponsabilidad en el desarrollo económico solidario; y d) la conservación adecuada del Medio Ambiente –como Patrimonio de la Humanidad- a transmitir a las generaciones venideras, en cuanto que Casa Común de toda persona humana.


    
      Concluyendo, me atrevo a decir lo que sigue:




     En nuestro comportamiento humano, ético y social, no nos basta ya decir tan sólo "atrévete a pensar por ti mismo" sino que debemos dar un paso más y expresar, como personas comprometidas, pero también como animales humanos y políticos: "atrévete a trabajar por el Bien Común de la Humanidad".




















 

     

 


sábado, 26 de agosto de 2017

DESPUÉS DE DIEZ DIAS

Después de diez días del nefasto atentado en el simbólico lugar de Barcelona, todavía cuesta escribir. Ayer, concretamente, leí las interpelaciones de Federico Mayor Zaragoza: "Ante amenazas globales, alianzas globales", de las que entresacaría las siguientes:

1) Es urgente   actuar de tal modo que se eviten tantas y tantas víctimas, y tantas y tantas muertes, teniendo en cuenta que todas las vidas humanas del mundo valen lo mismo, y que todas las muertes y todas las víctimas son personas de la Comunidad Humana, ya sean victimas del terrorismo, del sistema de la carrera armamentística (4.000 millones de dólares diarios de gasto), ya sean víctimas - cotidianas, infantiles, y anónimas- del hambre, la desnutrición y las enfermedades, o de las migraciones de personas y comunidades que buscan un lugar mejor para poder vivir con dignidad.


2) "La Europa insolidaria que nos estremece y sonroja no sólo es incapaz de llevar a cabo la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea sino que aplaza el cumplimiento del gran acuerdo de cooperación que ya se ha proyectado en varias ocasiones para hacer frente al terrorismo, mediante una serie de medidas bien articuladas: coordinación permanente con intercambio de datos, experiencias, ... por medio de los servicios de inteligencia en interacción constante a escala europea, y sustancial incremento del número y preparación de los agentes de seguridad, adoptando todas las medidas preventivas posibles y evitando las acciones que pueden incitar el rencor, la animadversión, el fanatismo. "


3) Tolerancia cero con la yihad, pero igual contundencia con todo tipo de terrorismo, con el racismo de Le Pen, con las manifestaciones fascistas y neonazis, y los alardes de supremacía de algunos ciudadanos blancos de los Estados Unidos, y...tolerancia cero con los países árabes que, desde su colosal riqueza, han acallado las reacciones internacionales por su permanente y descarada ayuda a las variantes del islamismo violento que fomenta el ISIS...  

4) "La única manera de impedir nuevas acciones bélicas inaceptables, de encauzar conflictos armados en curso, de desmantelar tráficos de toda índole, de mediar con autoridad en situaciones de enfrentamiento en cualquier parte... es reforzar el multilateralismo democrático, convocando al efecto, con urgencia histórica, con el apoyo generalizado de los Medios de Comunicación, una Asamblea General de las Naciones Unidas que resolviera la eliminación de los medios masivos de exterminio, facilitar los procesos de paz y garantizar la habitabilidad de la Tierra. Estas Naciones Unidas cumplirían, por primera vez desde su fundación, lo que establece la Carta: "Nosotros, los pueblos", y permitiría la adopción unánime de un nuevo concepto de seguridad. La Asamblea General contaría con el 50% de representantes de los Estados y el 50% de representantes de entidades de la sociedad civil. Al Consejo de Seguridad actual se le añadirían un Consejo Socioeconómico y otro Medioambiental. "

Como diría mi madre, "a grandes males grandes remedios". Lo de la descoordinación supuesta o real entre los responsables del Estado Español y la Comunidad Autónoma de Cataluña por la no aplicación inmediata de la Ley de Seguridad Nacional es, o puede haber sido, una falta grave de responsabilidad o una deficiencia institucional en el conjunto de  carencias de voluntad política efectiva que nos aquejan globalmente en  la Comunidad Humana Mundial.







 


martes, 1 de agosto de 2017

DIALOGANDO CON GREGORIO PECES-BARBA SOBRE ESPAÑA Y LA DEMOCRACIA

     La Constitución Española (CE) de finales de 1978 supuso -al decir del profesor y político Peces-Barba- la sustitución de la mentalidad de reforma por la de ruptura en pro de una Democracia como proyecto de vida en común. Desde este supuesto, me ha parecido de interés dialogar en torno al capítulo cuatro de La democracia en España. Experiencias y reflexiones, publicado en Temas de Hoy, Madrid 1996, que goza - a mi modo de ver- de gran actualidad, porque los déficits democráticos y los graves errores del pasado y del presente, a partir de 1979 y hasta estos días de agosto de 2017, no tienen por qué deslegitimar lo sustantivo: el tránsito de la Dictadura a la Democracia con el fin de alcanzar una mejor vida en común en el conjunto de las distintas Comunidades y del Estado Español.




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     El capítulo mencionado se titula "El final de la Transición. Las Nuevas Reglas de Juego" (ver especialmente las páginas 199-231, pues la parte "Universidad y Parlamento" -páginas 231-255- requieren quizás otro tipo de diálogo).



     Hoy, más que entrar en estrategias de golpes de poder o de desestabilización institucional, fruto de la corrupción sistémica o a causa de los déficits democráticos, parece más positivo mejorar y ampliar el sentido de construcción en común. Acrecentar la conciencia crítica y la educación de la respectividad plural y solidaria, así como la creencia de que la convivencia social y el logro de objetivos humanos comunes exigen un orden jurídico y unas reglas de juego, son fundamentales para poder avanzar en positivo: avanzar para cambiar, transformar y progresar razonablemente a mejor evitando errores históricos y también todo tipo de violencia -venga de donde venga-.

     Han de retomarse, necesariamente, cuestiones como la Economía, la forma de Estado, la lealtad a la Democracia, la separación de poderes fácticos o institucionales, los derechos universales a la Educación y la Salud, las exigencias laborales, el sentido medio-ambiental, la democracia interna efectiva de fuerzas sociales, partidos políticos e instituciones..., pero quizás lo más recurrente de hoy, a pesar del fenómeno migratorio y del déficit en la garantía de derechos humanos y de derechos fundamentales, quizás lo mas urgente, a pesar de los efectos de la crisis económico financiera del 2008, sea más bien lo que tradicionalmente se llamó la cuestión regional que no es sino el tema de las Autonomías y del capítulo VIII de la CE.

     Según Peces-Barba, la denominada "soberanía nacional" se vinculó al conjunto del pueblo español. Pero había que evitar dos graves riesgos respecto al hecho diferencial de las regiones o comunidades: a) el nacionalismo excluyente -muy conservador en la Constitución Monárquica de 1876-; b) la no generalización de las autonomías en la Constitución republicana de 1931. Con la generalización de las autonomías, se abría la posibilidad de avanzar -con sentido de igualdad institucional y competencial. hacia un Estado funcionalmente Federal. De hecho, nunca las llamadas "nacionalidades históricas" han tenido una autonomía tan amplia; tampoco las propias Comunidades Autónomas -en pie de igualdad, prácticamente-. Lo que debe potenciarse ahora son los elementos de cooperación, coordinación y solidaridad interterritorial.


     Comparto plenamente que en Teoría Política hay que separar Nación y Estado. El concepto de nación traduce una agrupación humana del orden de las comunidades (sentimientos comunes, lengua común; cultura, esperanzas y sufrimientos comunes). El concepto de Estado traduce una agrupación humana del orden de las sociedades en vistas a alcanzar unos determinados fines y objetivos comunes. Por eso, precisamente una nación no tiene necesariamente que ser un Estado Independiente. En el conjunto del Estado debe predominar la razón y el derecho, más allá de los sentimientos particulares o comunitarios.

     Hoy, más que nunca, en España conviene evitar tres peligros históricos: a) el reconocimiento de consecuencias jurídicas para el hecho diferencial de las distintas comunidades; b) el permanente afán de emulación de ciertas comunidades respecto de las llamadas comunidades históricas (principalmente El País Vasco, Cataluña e incluso Galicia, a veces); c) el nacionalismo español excluyente -principio y fin del consenso institucional refrendado por el pueblo español el 29 de diciembre de 1978-.

     Parece claro que, teniendo en cuenta la realidad histórica del momento y más allá de los graves errores cometidos hasta ahora, es el tiempo oportuno para fraguar un nuevo consenso sobre la estructura constitucional del Estado Social y Democrático de Derecho, en el marco de una Confederación Política de Estados Europeos.


     Han sido muchos y variados los esfuerzos realizados para consumir y culminar la ruptura con la Dictadura en pro de una Democracia para toda persona y para toda comunidad, en el conjunto del pueblo español.


    Fuera de las reglas de juego constitucional sería un suicidio pretender cuartear el conjunto, a base de tirones independentistas o excluyentes, pues todo tipo de violencia es rechazable e inaceptable porque, como dice Peces-Barba, "supone el ataque más profundo a la propia posibilidad de cambio de la sociedad democrática".

    







viernes, 21 de julio de 2017

CON FEDERICO MAYOR ZARAGOZA

Me uno totalmente a lo dicho por Federico Mayor Zaragoza, en su artículo "Globalización de la indiferencia":



"Es imprescindible y apremiante recordar cada amanecer que mueren diariamente de hambre miles de niñas y niños, mujeres y hombres al tiempo que se invierten en armas y gastos militares 4.000 millones de dólares. Es inadmisible desde todos los puntos de vista que, en lugar de elaborar un nuevo concepto de seguridad que no sólo se preocupe y ocupe de los territorios y fronteras sino de la alimentación, acceso al agua potable, servicios de salud, cuidado del medio ambiente y educación de los habitantes de estos espacios tan celosamente protegidos.


Es una vergüenza que, cuando no hay recursos para la puesta en práctica de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de los Acuerdos de París sobre Cambio Climático -especialmente cuando el Presidente Trump ha advertido ya que los Estados Unidos no los cumplirán- la única medida que ha merecido el unánime consenso en la Unión Europea, en el G-7 y en el G-20 ha sido la de aumentar los gastos militares! El 17 de julio la prensa anuncia que Francia y Alemania desarrollarán conjuntamente un avión de combate europeo. Yo pensaba que iban a anunciar que se restablecería una ayuda importante al desarrollo de los países que más necesitan asegurar unas mínimas condiciones de vida digna en sus lugares de origen para evitar, precisamente, los flujos emigratorios. 
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Efectivamente, vivimos tiempos históricos no sólo de destrucción sino de "distracción masiva" respecto de compromisos básicos que deberíamos afrontar como Comunidad Humana.

Me uno totalmente a la inquietud que, una y otra vez, manifiesta el profesor e inestimable referente Federico Mayor Zaragoza:

" Es especialmente peligroso y motivo de alarma que el desorden establecido sirva para "normalizar" las progresivas diferencias entre ricos y pobres, entre encumbrados y menesterosos. El clamor popular, la voz de la gente debe promover sin demora el restablecimiento de un multilateralismo democrático, de unas Naciones Unidas que puedan cumplir, con los recursos personales, técnicos, de seguridad y financieros adecuados, la misión que le corresponde a escala planetaria, marginando ya para siempre el nocivo "invento" neoliberal de los grupos plutocráticos (G7, G8, G20). Y también en la vida cotidiana una democracia genuina, que no tenga en cuenta a las mayorías numéricas -sobre todo, embravecidas- si no seguir puntualmente los "principios democráticos" que, según la Constitución de la UNESCO, deben "guiar a la Humanidad". 

Ahora ya no hay excusa. Ahora ya no cabe el olvido porque "Nosotros, los pueblos..." podemos expresarnos, podemos participar, libre y responsablemente, de la transición histórica de la fuerza a la palabra."

viernes, 16 de junio de 2017

ANTONIO SALAMANCA SERRANO EN LA UPO


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El profesor Antonio Salamanca Serrano, siguiendo tal vez la huellas todavía hoy calientes de François Houtart, publicó en Quito (Ecuador), en 2016, un librito que lleva por título El fetiche jurídico del capital: hegemonía global mediante los estudios de Derecho [Cuadernos Subversivos] (Quito: IAEN, 2016). [ISBN: 9789942950642; (167 páginas)], que ha regalado a sus amigos de estos lares sevillanos.


         Al fetiche, es verdad, se le atribuye tradicionalmente la fuerza de un poder que no tiene y se le consagra obediencia. Su trabajo quiere averiguar qué son los estudios del Derecho en relación con el fetiche jurídico del capital, consciente de que David todavía no se enfrenta a Goliat. De hecho, como paso previo tal vez, presenta tres lecturas:


         a) La presentación informativa sobre los estudios de derecho en África, en China, en América Latina y el Caribe; en Europa Occidental, en Rusia, y en Estados Unidos.

         b) La búsqueda histórica y la relación causa efecto en relación con dichos estudios.

         c) El seguimiento de las pistas de la realidad histórica y el rastreo del factor ideológico explicativo y condicionante.


 


 




 

         Ahora, invitado en la UPO, en los puntos tratados en el Master de "Derechos Humanos, Interculturalidad y Desarrollo", en la mañana del día 14, ha seguido el siguiente esquema:

          El iusmaterialismo: un paradigma metodológico para la Teoría Crítica  de los Derechos Humanos (paradigma ontológico para la obtención de los hechos, el análisis sistémico y la probación en la investigación sobre derechos humanos). [Esta tesis de Antonio, se sustenta en lo que se explica a continuación:] La producción y reproducción de la vida de los pueblos y la naturaleza como última instancia para los derechos humanos y derechos de la naturaleza (condición para su desenajenación idealista y antropocéntrica).

1.    La praxis histórica de los pueblos y la naturaleza como mediación praxeológica hermenéutica ineludible para los derechos humanos y derechos de la naturaleza (condición para su desfetichización)
2.    El dinamismo estructural histórico del sistema de necesidades/capacidades de la vida  como contenido ontológico de los derechos humanos y derechos de la naturaleza (condición para la apertura en diálogo intercultural y decolonial teórico y práctico)
3.    El dinamismo bivalente de la praxis axiológica biocéntrica como fuente de legitimidad radical última para los derechos humanos y derechos de la naturaleza (condición para la crítica transmoderna  e intercultural)
4.    Los derechos humanos y de la naturaleza como praxis inescapablemente con un proyecto político (poscapitalista, socialista, comunista, buen vivir, sumak kawsay) (condición para escapar del horizonte liberal y/o socialdemócrata).
5.    Los derechos humanos y de la naturaleza como poderes reales de satisfacción del sistema de necesidades/capacidades de la vida de los pueblos y la naturaleza, positivados como bienes jurídicos, de modo autónomo por la comunidad, con la ayuda de la fuerza tutelar coactiva de la comunidad (condición para escapar de la indigencia jurídica de las Cartas a Santa Claus).  
6.    Los derechos humanos como constitutivamente revolucionara (condición para la función revolucionaria de los derechos humanos y derechos de la naturaleza).

Observación personal:

El encuentro con Antonio Salamanca es siempre un revulsivo para repensar la propia visión de las cosas, desde una perspectiva de la praxis de liberación.
 Las preguntas que se suscitan serían las siguientes: 
  • ¿Revolución o Reforma liberadora?
  • Inter o Transculturalidad? ¿Ambas cosas a la vez?
  • ¿Análisis de la realidad histórica y transformación, revertiendo la Historia, o dinamismo interior de la conciencia personal y colectiva? ¿Es posible promover ambas cosas a la vez?
     
    Personalmente, me muevo en el sentido de reforma liberadora y de transformación social, cultural, económica y política. No obstante, José Ellacuría me insiste mucho en el sentido del dinamismo y energía interior en comunión con la naturaleza y la Comunidad Humana.





















           







              

              jueves, 25 de mayo de 2017

              TERMINA MAYO

                    Termina mayo. Van concluyendo no pocas actividades (sociales, políticas, universitarias), tradiciones lugareñas, romerías de las fiestas de Pascua... y, aunque dice el refrán: "hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo",  tenemos ya el calor y la calor que nos obliga a beber un poco más para refrescar un poco.  Observar las estrellas y contemplar las fases de la Luna no va a ser suficiente. Conocerse a sí mismo y reconocerse o reconocer a los demás seguirá siendo una tarea virtuosa y útil para la convivencia y el "bien être".
                        Estos días pasados sometí al grupo Senatus Trianae una reflexión sobre la necesaria conjunción entre el sentido de lo común que parece transmitir el libro Común. Ensayo sobre la revolución en el siglo XXI y el sentido democrático que teníamos los que vivimos en directo la Transición Española, pero que ya en 2008 el profesor Giovanni Sartori nos invitaba a retomar en su libro: La democracia en 30 Lecciones.
                        En esa conjunción de lo que es Patrimonio  de toda persona y de toda comunidad y el sentido de lo que debe ser la Democracia es donde nos estamos debatiendo ahora, tras nubarrones y lluvias, pero ya apretando el calor y la exigencia de nuevas respuestas.   
                        Desde que de joven leyera a Kant, fijándome especialmente en su opúsculo  La paz perpetua, me parece -y me lo ha parecido en repetidas ocasiones- que hay un sentido federal integrador y solidario, desde lo local a lo global pasando por lo regional (o europeo, si se quiere), que es lo que nos pone en el camino de la sabiduría política, pero que empieza por conocerse y reconocerse a sí mismo, y en conocer y reconocer a los demás. La "Teoría del Caos" y  el denominado "Conflicto de Civilizaciones" me parecen creaciones y constructos perversos de nuestra inteligencia incapaz de sincerarse consigo mismo y de descubrir lo que de más humano y solidario existe en las personas y las comunidades que habitamos el Planeta Tierra.  
                    Considero, pues,  que nos enfrentamos a grandes retos de más y mejor democracia -no sólo formal sino real-, con la exigencia de respetar lo que es patrimonio y derechos inalienables comunes. Necesitamos de una Nueva Cultura, de un renovado sentido federal y confederal integrador y solidario que haga de la Comunidad Humana el sujeto por excelencia de la Historia.
                        Es verdad que vivimos momentos de gran incertidumbre, pero el desarrollo ya no puede seguir siendo el desarrollo económico de los poderosos sino el desarrollo equitativo, de justicia, de libertad e igualdad (incluyendo activamente la promoción de la mujer en igualdad de derechos); y la paz, la paz -frente a la economía de la guerra, pero también la paz en la convivencia y el día a día-; la ciudadanía..., y el desarrollo de la necesaria participación activa, voluntaria, personal y colectiva tanto en lugar de origen como en lugar de estancia y quehacer diario o en el lugar de trabajo, lugar a veces lejano o inhóspito.
                        Vivimos, en efecto, momentos críticos de incertidumbre pero empiezan a vislumbrarse signos positivos de una nueva realidad histórica que camina hacia una Nueva Humanidad.        

              

              lunes, 1 de mayo de 2017

              CON ESPRENZA DE MÁS VIDA

              Quizás la noticia del día sea la conmemoración del 40 aniversario de las denominadas Mujeres (Madres y Abuelas) de la Plaza de Mayo. Por eso, tal vez, no puedo dejar de pensar ni en el dinamismo y tesón de mi hija y su familia (hispano alemana) ni en la realidad transcultural de mi nieta, nacida precisamente el 1 de mayo, hace ahora tres años, en el seno de la familia creada por mi hijo, gracias a su matrimonio con mujer negroafricana. Esas diversas realidades no son sino potencialidades de la vida, son esperanza de más y más vida humana.

              Desde mediados de abril de este año 2017 me faltaba motivación para transmitir esperanza de futuro y esperanza de más y mejor vida. La violencia estructural del Medio Oriente, las llamadas humanitarias -un tanto desesperadas- del Papa Francisco, la economía internacional de las guerras, los ensayos nucleares y el despliegue militar de Corea del Norte; las manifestaciones y las movidas del presidente Trump de los EEUU -ansioso de ganar guerras y lograr beneficios económicos efectivos-; la fractura civil venezolana; la debilidad de la UE y su sentido de fortaleza respecto a los movimientos migratorios del Este y del Sur; el proceso del denominado "Brexit", y hasta la debacle o muerte anunciada del Partido Socialista francés, o la persistente corrupción sistémica que pudre o deteriora la democracia española, todo ello hace que vivamos el sentir una sociedad pesimista, en la que parece predominar lo negativo y la precariedad vital concreta y la inestabilidad global en detrimento de la esperanza.
              De hecho, el sociólogo Zygmunt Bauman, fallecido en enero, ya nos había transmitido en Retrotopía y en El gran retroceso, la tendencia a idealizar el pasado y el miedo a la realidad presente y futura -desde la falta de esperanza, la precariedad y la vulnerabilidad-.

              La sociedad se ha vuelto conflictiva, más compleja quizás, menos abierta a más y mejor vida, a pesar de su gran dinamismo real.
              Parece que el psiquiatra y escritor Enrique Rojas que una sociedad así, tal como la describimos en la actualidad, está pidiendo que se adopten medidas coherentes que lleven a una mejora del bienestar frente a la sensación de malestar y precariedad. Individualmente aconseja tener un programa personal que sea capaz de conjugar amor y trabajo, cultura y amistad compartida, con el fin de lograr una relativa felicidad y un cierto grado de bienestar. Ese es, en realidad, el gran reto por el que lucha sin duda mi hija con su familia y sus dos hijos. Ese es el gran reto al que se enfrenta cualquier pareja conocida con descendencia, hijos e hijas.
              ¿A qué retos se enfrentarán nuestros nietas y nietos? ¿Es suficiente analizar el desarrollo humano con los índices al uso? ¿A qué retos enfrentarse en salud, educación, trabajo, y hábitat, al menos?









              Ver fuente wikipedia







              https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/d/d4/IDH_2016.png/450px-IDH_2016.png


              Mapa mundial que muestra el índice de desarrollo humano
               basado en el Informe sobre Desarrollo Humano 2016
              (elaborado con datos de 2015 según el Programa de las
              Naciones Unidas para el Desarrollo.

              Nuestros descendientes se enfrentarán a los retos de la Comunidad Humana: a la cohesión social, a la necesidad de una economía solidaria, a la ciudad en el campo y al campo en la ciudad... y a la exigencia  del Medio Ambiente y de no destruir el Planeta Tierra. En definitiva, tendrán que enfrentarse a los retos de actuaciones públicas coherentes de solidaridad internacional, e, individualmente o familiarmente, a los retos del amor y el trabajo, la cultura, la transculturalidad y la amistad efectiva entre las personas.

              Conociendo las potencialidades reales de personas concretas no puedo ser pesimista, tampoco ingenuamente optimista, pero sí puedo tener esperanza, por constatar hoy, día 1 de mayo, grandes potencialidades de vida, esperanza efectiva de más y mejor vida.