jueves, 30 de agosto de 2012

MISERIAS SANITARIAS "CONSTITUCIONALES"


     Cuando estudiamos la propuesta constitucional de 1977/78, desde opciones socio-económicas no liberales ni economicistas, distinguíamos tres grandes bloques: 1) la Parte Dogmática (Título Preliminar y Título I "De los Derechos y Deberes Fundamentales" -puesto que el magistral Preámbulo vendría después-); 2) la Parte Orgánica (Título II: De la Corona; Título III: De las Cortes Generales; Título IV Del Gobierno y de la Administración; Título V: De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales; Título VI: Del Poder Judicial; Título VII: Economía y Hacienda; Título VIII: De la Organización Territorial del Estado; y Título IX Del Tribunal Constitucional); y 3) la Parte Final (Título X: De la Reforma Constitucional; Disposiciones Transitorias; Disposiciones Derogatorias; y Disposición Final). Entonces, entre otras, teníamos dudas sobre que se garantizaran "Derechos Fundamentales", sobre la efectiva División de Poderes, y sobre si se establecería un sistema sanitario público y universal...

    En aquellos tiempos, apenas echamos cuenta en el Título III de las Cortes Generales, al artículo 86, que habilita para aprobar medidas extraordinarias mediante Real Decreto Ley, del que nos vienen ahora miserias laborales y sanitarias, y otras. Pero tampoco echamos demasiada cuenta a la distinción entre nacionales y extranjeros (ver el art. 13 y el 23 del Título I)  ni a la posibilidad de la reforma del artículo 135 (en el Título VII de Eonomía y Hacienda, por medio de una Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera), que, con motivo de la crisis económica -pero también crisis de valores- nos hace perder soberanía y solidaridad interterritorial.
 
     Fruto de aquellos goles que ni siquiera Gregorio Peces Barba, de feliz memoria, fue capaz de interceptar, vienen ahora las miserias sanitarias, tras las miserias laborales, que llevan a fortalecer el liberalismo y a privatizar la salud pública, cometiendo un atentado contra las clases menos favorecidas y acuchillando a las personas inmigrantes que no tengan tarjeta sanitaria en vigor.
 
     En efecto, el Real Decreto-Ley 16/2012 va a favorecer los seguros privados para la atención sanitaria de especialistas (ver el cap. I y su modificación); va a la modificación de la cartera de servicios (cap. II); va a la revisión financiera del sistema (cap. III); y plantea nuevas medidas sobre la prestación farmaceútica (cap. IV), en las que parece apostar por la medicina "profármacos", a la vez que deja en manos del Gobierno el revisar la participación en el pago por la prestación farmaceútica, establecida de entrada de forma poco equitativa, puesto que mete en el mismo saco a rentas iguales y superiores a 18.000 euros y las inferiores a 100.000 euros.... Y todo ello invocando cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud, en el que, además se modifica el artículo 12 de la Ley Orgánica 4/2000 (De "Extranjería"), para terminar de acuchillar y matar definitivamente a los que ya hace tiempo eran más un número que una persona.
 
     Parece mentira que el Rey haya suscrito este Real Decreto Ley. Una mierda "pa él". ¿Dónde quedan los valores superiores de la Constitución? ¿Dónde los Derechos Humanos? ¿Dónde el Código Ético del Personal Sanitario?

miércoles, 1 de agosto de 2012

MEJOR VIVIR PARA LA CONSTRUCCIÓN POLÍTICA QUE VIVIR DE LA POLÍTICA


Un colega, Eugenio Nkogo, me manda un correo que titula: Diferencias entre Alemania y España. Dice así: A la vista del modelo Federal alemán y haciendo una regla de Tres Simple, a España le corresponderían entonces, 86.638 políticos con lo que se podría ahorrar: 445.568 - 86.638 = 358.929 políticos nada menos. Por lo que el ahorro sería de: 358.929 políticos x €/100.000 = €35.892.900.000. ¿Qué rescate ni qué puñetas necesitamos? ¿Tan difícil es de entender que los que sobran son ellos? Ni he verificado los datos ni me agrada entrar en el "monotema" de la economía neoliberal que se nos está imponiendo a marchas forzadas, como si de una "guerra económica" se tratara. Pero sí tengo mi opinión al respecto, a partir de la experiencia. Y la voy a dar.

En el 68, viví una especie de exilio interior en España y opté por el África Negra en cuanto pude. Después, tuve que volver a Andalucía los cursos 70/71 y 71/72 hasta que pude volverme al Cameroun (en la Zona Bamileké y la Zona Mbo). Allí trabajé, sobre todo en Educación y en Misiones (12 poblados), hasta 1975. Pero de regreso a España me fui implicando cada vez más en la Transición Española, hasta el punto que del 79/80 hasta los primeros meses de 1992 viví principalmente para la Política y para la Familia (mi mujer y mis dos hijos). Ya entonces veía con claridad que se multiplicaban "entes sin necesidad” y que no se limitaban correctamente, desde mi punto de vista, las retribuciones y los gastos de los cargos públicos, más austeros y con menos coches oficiales al principio y más laxos y con muchos más medios a partir de 1986/87.

Hubo inversiones que me parecieron absolutamente necesarias: en infraestructuras y comunicaciones, pero también en Salud y en Educación; bibliotecas y archivos; viviendas sociales, Servicios Sociales Comunitarios; regadíos para la agricultura, reconversión minera y reconversión de astilleros...; vertebración territorial y unión de ciudades intermedias para lograr un desarrollo armónico. Pero fui contrario a los "fastos" del 92 y me retranqueé para, sin embargo, en Huelva, luchar por una Universidad que algunos consideraban innecesaria y personalmente, de acuerdo con el propio profesor Aranguren, entendí que era una clara forma de garantizar el renacimiento cultural, sobre todo en algunos pueblos donde el índice de lectura apenas sobrepasaba el 3% de la población.

Comprendo que es difícil ser socialista e incluso socialista liberal, pero al igual que existen conservadores que viven para la política y no son “crisopatriotas” (amantes de enriquecerse a cualquier precio) ni tampoco mercaderes, del mismo modo existen quienes optan por el socialismo en libertad sin vivir de la política ni ser "sociolistos". ¿Cuál es el problema? Sencillamente que, además de la propia debilidad humana, se ha ido suprimiendo la "Cultura Política" en favor del "Clientelismo Político" y ello ha llevado a un excesivo número de personas designadas a dedo, cuya funcionalidad y eficacia o eficiencia es más que discutible.

¿Cuál es mi opinión? Muy clara: Que los responsables políticos pueden reducirse, al menos, a la mitad, desde concejales hasta congresistas y senadores, ministros, directores generales, jefes de servicio y jefes de sección, pues con una buena gestión, un equipo de unas seis o siete personas son capaces de gestionar eficazmente 3.000 expedientes al año. Lo digo por propia experiencia.

En consecuencia, no se si es exagerado lo que dice Eugenio Nkogo. Ayer mismo constaté en un pueblo de unos 350 habitantes de la Sierra que se tenía y se gozaba de polideportivo, de piscina y de cine de verano (además, claro está, de tener garantizada la atención médica, la escuela, y la atención a domicilio, en casos concretos). Eso sería impensable sin una cercanía de la Administración y de los responsables Públicos. Pero eso se puede hacer igual con siete que con tres concejales.

Más Cultura y menos “fanfarria” y "farándula"; más Cultura y menos intoxicación económica; más vivir para la Política (construyendo y transformando y fomentando la ciudadanía y la participación activa plural) y menos vivir de la Política.