miércoles, 26 de agosto de 2020

¿HACIA DÓNDE CAMINAR?

          Hacia dónde caminar en momentos de incertidumbre pone de manifiesto que no sólo somos muchedumbre. Como dijera Ortega, en el "Apéndice. Dinámica del tiempo" (de su libro La rebelión de las masas): "El concepto de muchedumbre es cuantitativo y visual", implica la coincidencia de deseos, de ideas, de modo de ser en las personas individuales que la integran. Sin embargo, distinto del gran vehículo - de carril laxo -, existe el "pequeño vehículo" o "camino menor" - de mayores exigencias-. ¿Qué camino estamos tomando?
          Cuando en 1976, Ramón Tamames se preguntaba: ¿A dónde vas España? apostaba sin duda por "el nuevo marco institucional", con exigencias de planificación, reforma fiscal, garantías de seguridad social, reforma educativa, innovación, política en Ciencia y Tecnología, y nuevas relaciones económicas internacionales tanto en el escenario mundial como en la compleja realidad de la Unión Europea (UE). Entonces, en aquellos momentos, la coyuntura histórica era vital; también ahora en estos momentos de finales de agosto de 2020, a las puertas de un nuevo curso muy singular.
          En realidad, como decía Ortega hablando del pueblo inglés, las virtudes de un pueblo como las de una persona, van montadas y, en cierta manera, consolidadas sobre sus defectos y limitaciones. El "carácter nacional", como todo lo humano, no es un don innato, sino una fabricación. "El carácter nacional se va haciendo y deshaciendo en la historia. Pese esta vez a la etimología, la nación no nace, sino que se hace. Es una empresa que sale bien o mal, que se inicia tras un periodo de ensayos, que se desarrolla, que se corrige, que "pierde el hilo" una o varias veces, y tiene que volver a empezar o, al menos, reanudar."
          Ahí estamos. Somos seres en el tiempo, y la historia no es lo hecho sino realidad compleja, dinámica y abierta. Nuestra responsabilidad en España, en la UE, y en la Comunidad Humana, es procurar aportar lo mejor de nosotros mismos en este momento histórico, tratando de vislumbrar lo que deba ser la convivencia de las personas humanas.
          En 1978 se pensaba que la existencia de un Parlamento Europeo, elegido por sufragio universal, significaría el embrión de un Gobierno Federal e implicaría el abandono de una serie de prejuicios nacionalistas negativos, así como una mayor preocupación por los problemas generales de Europa y del conjunto de la Comunidad Humana. Sin embargo, ahora, en 2020, dejando ya en la lejanía la "caída del muro de Berlín" (en 1989), y los avatares más recientes del "brexit británico" (de 2016)... ¿Hacia dónde va la UE? ¿Podrá fortalecer su dimensión social y política?
          Si somos conscientes de la complejidad y el dinamismo de la realidad histórica, seguiremos conjugando pluralidad y unidad al servicio de la Comunidad Humana del planeta Tierra, que es Casa Común de toda persona, de toda familia, y de todo pueblo o nación. 
        El crecimiento económico, el desarrollo, los avances tecnológicos y el sentido cosmopolita demandan un mayor grado de conciencia sobre lo que denominamos los "valores superiores", los "derechos humanos", y los "derechos fundamentales". Este y Oeste, Norte y Sur, son constructos y realidades distintas de una unidad común del planeta Tierra, minúscula parte del Universo.