lunes, 12 de junio de 2023

SOBRE LA FELICIDAD Y LA SERENIDAD

 

        La Felicidad puede entenderse como uno de los fines, aspiraciones y retos de nuestra vida, en constante evolución, siendo las personas capaces de amar y ser amados en ese caminar dinámico que es nuestra existencia.

         El diccionario nos dice que la palabra viene del latín felicitas-atis, y, en consecuencia, felicitar es expresar el deseo que una persona sea venturosa. Felicidad es un estado de ánimo positivo de satisfacción.

         La Serenidad nos remite a lo apacible y sosegado, sin turbación física o moral, cual cielo claro despejado de nubes o nieblas.  Por lo que, serenar o serenarse es, naturalmente, aclarar y tranquilizarse.

         Ambos objetivos: la Felicidad y la Serenidad son muy importantes para una vida en armonía interior y exterior, personal y familiar o comunitaria.

         ¿Produce el dinero felicidad o serenidad? Disponer del dinero necesario para cubrir las propias necesidades, o las necesidades familiares, da tranquilidad y serenidad, pero el afán de hacerse rico turba la convivencia y la mente.

         “La avaricia rompe el saco”, como dice el refrán tradicional. La avaricia, según el diccionario de lengua castellana, es el afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas.

         Soberbia, del latín superbia, es altivez, es el apetito de ser la persona preferida en relación a las demás personas de la familia, la comunidad o la sociedad. Incluso soberbia y vanidad pueden ir de la mano.

         ¿Acaso da el Dinero, el “Poderoso caballero Don Dinero”, la Felicidad? ¿Se consigue con la Avaricia? ¿Es feliz la persona Soberbia?

         Meditemos desde la serenidad, y en silencio, que nos ayuda a la concentración, a la relajación y a la confianza en nuestra capacidad de amor, pues ese es el camino de la Felicidad.