lunes, 21 de diciembre de 2015

REFORMULAR LA POLÍTICA EN ESPAÑA


“Reformular la política” es el subtítulo del Informe sobre la Democracia en España 2015, en el que viene a concluirse que las notas de insatisfacción de la democracia española siguen lastradas por la mala evaluación de sus representantes y, fundamentalmente, de los partidos políticos ya viciados. Habrá que ver si el surgimiento de nuevas fuerzas, caso de que accedan al gobierno, en minoría o en coalición, son capaces de cambiar la desconfianza ciudadana hacia la denominada “clase política”.

            En realidad, tanto el capitalismo (sistema económico, empresarial y financiero) como la democracia (el sistema político) son vistos con descrédito por dos razones principales: a) el mercado del trabajo expulsa del mundo laboral a millones de personas, convierte los contratos en relaciones laborales precarias para la persona trabajadora y, además, no atrae a jóvenes formados que se ven obligados a emigrar al tiempo que se incrementan las rentas de los más ricos o se evaden capitales; b) el paro, la corrupción y la insatisfacción creciente con el funcionamiento del gobierno, de la oposición y de las propias instituciones democráticas ha producido el malestar de no ver alternativa clara a la situación estructuralmente injusta en lo social, en lo económico, y en lo político.

Tras las elecciones generales de este 20 de diciembre de 2015, en las que ha vuelto a funcionar, en casi un 29%, el voto del miedo frente al programa del PSOE (respaldado por el 22% de los votantes) y frente a las nuevas formaciones de Podemos (respaldado grosso modo por más de un 20%) y de Ciudadanos (con expectativas que han bajado hasta menos del 14%) cabe preguntarse: ¿podrá reformularse la política? No es nada fácil. Pero un horizonte de futuro obliga a esforzarse en ese cometido.

Al parecer, y aunque no quiera reconocerse, la corrupción y la sumisión del poder político al poder económico es el problema clave de la democracia española. También el funcionamiento interno de los partidos – a mi modo de ver sin excepción alguna-. ¿Cómo, pues, regenerar la política en un contexto global complejo, en un contexto económico y político como el europeo y, concretamente, como el español?

Quizás la solución pase por el necesario aporte de savia nueva, sumando y no restando. Desde mi punto de vista, para no quedarnos decrépitos, habría que intentarlo. Esa opción pasaría por un cierto reconocimiento de la realidad sin encubrimientos y, en ese sentido, ha sido muy coherente lo que, tras las elecciones, ha manifestado Alberto Garzón, también persona joven y bien formada, con propuestas válidas para el futuro. ¡Ánimo, pues, para los más jóvenes de todos los partidos políticos, sin excluir a ninguno ni ninguna de ellos o de ellas!  

La Filosofía Política actual debe encarar el futuro, sin miedo ni rémoras ni dependencias ajenas, uniendo a la vitalidad el sentido del Bien Común.

jueves, 3 de diciembre de 2015

EN EL CONGRESO DE LA CÁTEDRA LATINOAMERICANA IGNACIO ELLACURÍA

          El   XI Congreso Internacional de la Cátedra Latinoamericana Ignacio Ellacuría: “Iglesia, Política y Sociedad”, que se ha celebrado, en Sevilla, los días 25, 26 y 27 de noviembre, ha puesto su mirada en el compromiso de justicia ante contextos históricos complejos; en la importancia de los movimientos populares y las comunidades creyentes que inciden históricamente en la realidad de la vida pública; en la Teología Política como instancia crítica o pensamiento religioso crítico y, a la vez, público; en el análisis de procesos políticos concretos; y en las potencialidades que ofrece la conjunción de fe y justicia para el diálogo, la transformación y la convivencia.
            Por mi parte, he procurado reconocer y actualizar las perspectivas de dos personajes históricos: Monseñor Romero (1917-1980) e Ignacio Ellacuría (1930-1989). Pero he tenido muy en cuenta, las aportaciones de Hans Küng de los años 1997-1999 publicadas en Una Ética mundial para la Economía y la Política, y que tienen algunas conexiones con el encuentro celebrado en Córdoba, en 1987, en el que él participó y en el que Ignacio Ellacuría expuso "Aporte de la Teología de la Liberación a las religiones abrahámicas en la superación del individualismo y del positivismo".
          En la página web de la Cátedra se pide indicar las conclusiones del Congreso. A mi modo de ver, la primera conclusión es que, con la violencia estructural, las injusticias y las guerras, podemos acabar no sólo con una multitud de personas y de familias humanas sino con el Planeta Tierra. Urge, pues, un acuerdo de no destrucción.
          Frente a un mundo dividido y enfrentado en diversos puntos y fronteras del Planeta no cabe sino afirmar la universalidad única de la Humanidad y la exigencia de asumir la diversidad de los pueblos en la unidad y en la interculturalidad entre todos los seres humanos y comunidades del Mundo.
          ¿Acaso esa Iglesia sin fronteras que pide el Obispo de Tánger, ahora, no sería la petición de Monseñor Romero, asesinado por considerar y proclamar como un contra-dios la orden de matar? 
            Una segunda conclusión personal, frente al mal común estructural, el desorden y la teoría del caos implantados en este momento histórico, es la necesidad de un nuevo Orden Mundial, puesto que todos los seres humanos, en cuanto que personas, mujeres y hombres, somos hermanos. 

            Una tercera conclusión: La necesidad del diálogo     intra-religioso y la apertura conciliar inter-religiosa en contexto de violencia, economía de guerras y migraciones. Necesidad de redescubrir y recordar (cordialmente) el sentido de la religación y el amor, que es lo que puede unir.

          Otras posibles conclusiones:
      Exigencias éticas de solidaridad comunitaria y defensa de los derechos fundamentales, inherentes a la dignidad humana.
      Conjunción Ética y Política, o supeditación de la Política a la Ética y de la Economía a la Política.
      Formación integral: académica, profesional y universitaria, con compromiso y proyección social responsable para un desarrollo integral sostenible.
      Filosofía de la Liberación aplicada, más allá del positivismo jurídico establecido, y Teología de la Liberación crítica y dialogante, con sentido de análisis de la realidad y de la complejidad histórica, lugar por excelencia donde hacer real la verdad y la justicia.
      Actualización y garantías de los derechos humanos y los derechos emergentes de las personas, las comunidades y la "Madre Tierra",  y la refundación consecuente de Naciones Unidas, con el fin de responder a las exigencias de los tiempos históricos de esta nueva era. Importante tener en cuenta las tres T del papa Francisco: Tierra, Trabajo y Techo.

Sin cubrir las necesidades básicas no se pueden acometer las necesidades de realización personal o comunitaria.
Desde mi punto de vista sería una buena noticia no fomentar estratégicamente el conflicto de civilizaciones y el enfrentamiento de culturas y religiones (como suele hacerse teórica y prácticamente) sino caminar hacia un horizonte de paz y de convivencia, con la exigencia de revertir la historia hacia la verdad. Hacia la verdad frente a la mentira, hacia la justicia frente a la injusticia estructural, y, además, hacia la dignidad de la persona humana frente a todo tipo de discriminación, odio, y agresividad destructiva.