Costa de Marfil es un enclave del África Occidental que linda al Oeste con Liberia y Guinea Conaky, al Norte con Mali y Burkina, al este con Ghana, y al Sur con el Océano Atlántico en el Golfo de Guinea. Su población no llega a 22 millones de habitantes de creencias musulmanas (el 40%), criastianas (otro 40%) y el resto de mayoría animista. La cosmovisión de base y la convicción de "ser-en-los- demás" se ve truncada por luchas fraticidas de poder: Laurent Gbagbo -doctor en historia por la Sorbona- que ganó las elecciones en 2000 pero que accedió al poder tras enfrentamientos sangrientos, por su evolución dictatorial se aferra ahora al poder y no reconoce la victoria de finales del 2010 de Alassane Outtara -doctor en economía por la Universidad de Pensilvania y experto del Fondo Monetario Internacional-.
Consecuencias: el pueblo, se desangra una vez más.
Un amigo negroafricano me comenta que unos 11.000 mercenarios están produciendo estragos entre la población civil. ¿Qué nos pasa? ¿Qué cuanto peor mejor? ¿Acaso se quiere ir eliminando población en todo el mundo y en particular en África?
De nuevo, no me cabe sino denunciar la lentitud de Naciones Unidas y a la vez postular su necesaria y urgente refundación para fomentar la mediación sin armas, para defender los derechos humanos en todo el mundo, y para promover la justicia conjugando igualdad y libertad, la diversidad y la dignidad de las personas y de los pueblos, y la educación para la convivencia.
¿Qué nos está pasando en Costa de Marfil? Que por lucha de intereses e intereses ajenos predomina el institnto de destrucción que impide la convivencia en paz y el desarrollo de nuestras tendencias creativas, constructivas y de fraternidad.
El mundo presente vuelve a estar aquejado por una grave enfermedad mental colectiva.
José Mora Galiana
En mi opinión, es muy difícil comprender lo que está pasando en Costa de Marfil, pero la mayor enjundia, desde mi visión autorefleja, son las complicidades de la comunidad internacional y de nuestros propios Estados, de ahí la obviedad de la pregunta ¿por qué Libia si y Costa de Marfil no? Subrayando que para el caso de Libia, la utilización de la fuerza militar en cualquier conflicto, puede decantar en guerra. En esta misma línea, Tzvetan Todorov nos recuerda que "el miedo a los bárbaros es lo que puede convertirnos en bárbaros".
ResponderEliminarA fecha de hoy, aunque el antiguo Presidente haya sido capturado en el propio palacio presidencial, con su arsenal de arma, 12.000 mercenarios "descontrolados", entrando y saliendo de la selva a la ciudad, son todavía superiores a los 10.000 cascos azules que operan en Costa de Marfil. Entre la población civil, continuamente amenzazada y violada, sigue imperando el desconcierto.
ResponderEliminar¿Hasta cuándo? ¿Dónde anda el General huído? ¿Ha logrado reorganizar a sus tropas?