miércoles, 22 de septiembre de 2010

Gitanos europeos/ Europeos gitanos

Años antes de su muerte (el 17 de enero de 2010), el catedrático de la Universidad de Granada, profesor de filología románica, y escritor, José Heredia Maya, me decía que la clave para entender el mundo gitano en Andalucía era la conjunción de lo andaluz y lo gitano y, viceversa, de lo gitano y lo andaluz.
Andaba yo entonces preocupado por la inclusión social en las barriadas marginales de las grandes ciudades andaluzas (del 2000 al 2005). Prácticamente un 75% de familias marginadas eran gitanas, pero el conjunto de todas ellas suponía apenas 1/3 de la población gitana andaluza Descubrí, en la práctica, la importancia de las mujeres, y su capacidad de entrega, como madres y, a veces, como excelentes profesionales. Comprendí el valor superior de la igualdad y la obligada referencia a los derechos humanos a la hora de valorar actuaciones concretas, acordes o no con las tradiciones patriarcales y jerárquicas de los gitanos. Y llegué a pensar que la marginalidad podía pasar de unas 20.000 familias a la mitad, con el concurso de todos.
Estos días, ante los hechos acaecidos contra gitanos rumanos en Francia -que contradicen los principios del pensamiento ilustrado: de libertad, igualdad y fraternidad-, no puedo sino acordarme del gran maestro: Pepe Heredia, y considerar como certera la posición adoptada por la Comisaria de Justicia y Derechos Fundamentales de la UE, Viviane Reding.
Hoy, en el quiosco del barrio, una de las preocupaciones era ver cómo había tratado la prensa el baile de Farruquito en la XVI Bienal de Flamenco. Se sabe del delito que cometió en estado de embriaguez. Pero se sabe también que una cosa es el tratamiento de un acto delictivo o de una causa penal y otra el tratamiento de la persona en cuanto que persona, ya sea gitana, paya, rumana, negra, hispanoamericana, marroquí, alemana, turca, china, india o inglesa; católica o protestante, judía o islámica.
Viviane Reding, la Comisaria de Justicia y Derechos Fundamentales -plasmación de los Derechos Humanos- en la UE, ha confirmado que los servicios de la Comisión siguen investigando lo sucedido con los gitanos rumanos y búlgaros en Francia. Al parecer, hay indicios de que Francia, como Estado (paradigma restrictivo de la Comunidad Humana), ha violado el Derecho Comunitario (sin necesidad de apelar a los Derechos Humanos).
¿Para cuándo la Europa Social? ¿Por qué el empeño de andar sólo el camino de la Europa de los Mercaderes (que sangran, entre otras, a las poblaciones negroafricanas en su riqueza energética y en sus minerales)? ¿Por qué el racismo permanente, tan destructivo?
Urge replantear la Europa Social y Política, en donde es necesario el Estado Social puesto que el Mercado necesita de las personas que consumen y no sólo de mano de obra barata. A eso, a la esclavitud del trabajo o el trabajo a bajo precio, siempre se negaron los gitanos, que saben lo que es creación y realización humana pero no esclavitud laboral.
Europa necesita urgentemente salir de su decrepitud y de su vejez, y de su espíritu racista y colonialista, para retomar los principios más valiosos y más humanos del Renacimiento y la Ilustración.
En la UE las leyes deben aplicarse individualmente, persona a persona. Es perversión del Derecho echar a un grupo de un país, sin más, bajo pretexto de que todos sus integrantes actúan ilegalmente. Esa es una falacia peligrosísima, de muy mala leche, proclive a la beligerancia, el enfrentamiento y a la exclusión social.
José Mora Galiana