miércoles, 26 de agosto de 2015

"ESTEM EN FESTES".... DE MOROS Y CRISTIANS...PERO ¿QUÉ VERDAD DESCUBRIR?

"Estem en festes" es una frase que suele reiterarse a todas horas y en toda circunstancia, desde el inicio de las fiestas en Ontinyent (Valencia) con la entrada de las bandas de música que culminará con la marcha mora más emblemática y singular que lleva por título "Ximo". Pero este año 2015, viendo la entrada de moros y cristianos, el viernes 21 de agosto, como estaba rodeado familiarmente de muy distintos mundos y latitudes, me preguntaba qué entresacar como verdad o ideal a transmitir más allá de la realidad tal cual -cromática, festiva y sonora- aparecía ante nuestros ojos, locales pero cada vez más universales.
 
La primera verdad es que los ejércitos "cristiano" y "moro" ya no son ejércitos sino comparsas de festeros. Mientras se sigue matando, luchando, ejecutando o bombardeando, en otros lugares, aquí se está de fiestas, uniendo los signos de la cruz y la media luna -con alguna que otra estrella-. Parece como si dijéramos que todos somos tan "brutos" como los demás pero tan "humanos" y "acogedores" como los demás. Esa verdad quizás habite realmente en "otra parte" y no esté conviviendo en la calle pero es una idea que tiene su propia fuerza y que suele encarnarse en familia, sobre todo si hay quienes han viajado,  o han formado pareja "Erasmus", o incluso han aceptado el reto intercultural negroafricano e islámico -desde una ética laica comprometida- o, todavía más, han viajado hasta conseguir una niña china.
 
"Ama y haz lo que quieras", decía Agustín -considerado santo-. Es como decir: "el amor guíe tus pasos y acciones". Eso habría que decir a judíos, islámicos, cristianos, budistas, .... o laicistas -quitando fundamentalismos e irritaciones bélicas-. Eso es lo que nos conviene llevar a la práctica a todas las personas humanas en vez de seguir creando conflictos y levantando muros y vallas para impedir la convivencia, el diálogo y el intercambio físico, psíquico y espiritual.
 
No son ejércitos ni los cruzados, ni los contrabandistas, ni los fontanos, ni los "almogavers", ni los "asturs", ni los labradores, ni los marineros -donde tengo algunos amigos de pandilla juvenil-, ni los bucaneros, ni los estudiantes - ahora rejuvenecidos-, ni los temibles guzmanes, ni los arqueros, ni los "Cides". Pero tampoco son ejércitos ni los "Benimerins", ni los abencerrajes, ni los kábilas -riquitos empresarios-, ni los viejos moros españoles, ni los noveles sauditas, ni los mudéjares -amantes de la mixtura- ni los "taifas", ni los moros berberiscos, ni los clásicos moros marinos, ni los chanos, ni los omeyas, ni los mozárabes -de tanto arraigo en nuestros pueblos-.Todos, unos y otros son comparsas formadas por festeros y festeras - ya que el arcaico "machismo" se ha visto desbordado por la feminidad.
 
Con mucha vistosidad y barroquismo efímero, las fiestas de moros y cristianos vienen a decirnos  que lo que fue, en su violencia ideológica y estructural o social, ya no tiene sentido y que merece la pena la convivencia y la hermandad, es decir, la concordia y el diálogo frente a la discordia y el terrorismo venga de donde venga.