lunes, 1 de mayo de 2017

CON ESPRENZA DE MÁS VIDA

Quizás la noticia del día sea la conmemoración del 40 aniversario de las denominadas Mujeres (Madres y Abuelas) de la Plaza de Mayo. Por eso, tal vez, no puedo dejar de pensar ni en el dinamismo y tesón de mi hija y su familia (hispano alemana) ni en la realidad transcultural de mi nieta, nacida precisamente el 1 de mayo, hace ahora tres años, en el seno de la familia creada por mi hijo, gracias a su matrimonio con mujer negroafricana. Esas diversas realidades no son sino potencialidades de la vida, son esperanza de más y más vida humana.

Desde mediados de abril de este año 2017 me faltaba motivación para transmitir esperanza de futuro y esperanza de más y mejor vida. La violencia estructural del Medio Oriente, las llamadas humanitarias -un tanto desesperadas- del Papa Francisco, la economía internacional de las guerras, los ensayos nucleares y el despliegue militar de Corea del Norte; las manifestaciones y las movidas del presidente Trump de los EEUU -ansioso de ganar guerras y lograr beneficios económicos efectivos-; la fractura civil venezolana; la debilidad de la UE y su sentido de fortaleza respecto a los movimientos migratorios del Este y del Sur; el proceso del denominado "Brexit", y hasta la debacle o muerte anunciada del Partido Socialista francés, o la persistente corrupción sistémica que pudre o deteriora la democracia española, todo ello hace que vivamos el sentir una sociedad pesimista, en la que parece predominar lo negativo y la precariedad vital concreta y la inestabilidad global en detrimento de la esperanza.
De hecho, el sociólogo Zygmunt Bauman, fallecido en enero, ya nos había transmitido en Retrotopía y en El gran retroceso, la tendencia a idealizar el pasado y el miedo a la realidad presente y futura -desde la falta de esperanza, la precariedad y la vulnerabilidad-.

La sociedad se ha vuelto conflictiva, más compleja quizás, menos abierta a más y mejor vida, a pesar de su gran dinamismo real.
Parece que el psiquiatra y escritor Enrique Rojas que una sociedad así, tal como la describimos en la actualidad, está pidiendo que se adopten medidas coherentes que lleven a una mejora del bienestar frente a la sensación de malestar y precariedad. Individualmente aconseja tener un programa personal que sea capaz de conjugar amor y trabajo, cultura y amistad compartida, con el fin de lograr una relativa felicidad y un cierto grado de bienestar. Ese es, en realidad, el gran reto por el que lucha sin duda mi hija con su familia y sus dos hijos. Ese es el gran reto al que se enfrenta cualquier pareja conocida con descendencia, hijos e hijas.
¿A qué retos se enfrentarán nuestros nietas y nietos? ¿Es suficiente analizar el desarrollo humano con los índices al uso? ¿A qué retos enfrentarse en salud, educación, trabajo, y hábitat, al menos?









Ver fuente wikipedia







https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/d/d4/IDH_2016.png/450px-IDH_2016.png


Mapa mundial que muestra el índice de desarrollo humano
 basado en el Informe sobre Desarrollo Humano 2016
(elaborado con datos de 2015 según el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo.

Nuestros descendientes se enfrentarán a los retos de la Comunidad Humana: a la cohesión social, a la necesidad de una economía solidaria, a la ciudad en el campo y al campo en la ciudad... y a la exigencia  del Medio Ambiente y de no destruir el Planeta Tierra. En definitiva, tendrán que enfrentarse a los retos de actuaciones públicas coherentes de solidaridad internacional, e, individualmente o familiarmente, a los retos del amor y el trabajo, la cultura, la transculturalidad y la amistad efectiva entre las personas.

Conociendo las potencialidades reales de personas concretas no puedo ser pesimista, tampoco ingenuamente optimista, pero sí puedo tener esperanza, por constatar hoy, día 1 de mayo, grandes potencialidades de vida, esperanza efectiva de más y mejor vida.




2 comentarios:

  1. Los que alcanzasteis mejoras colectivas os ensombrecéis con razón al ver la corta vigencia de las mismas; quienes crecimos en ellas nos sentimos desarmados ante el expolio, las expectativas se empequeñecen. Los modelos y patrones de las generaciones pasadas se desarticularon en esta realidad actual y la desorientación y la incertidumbre son compañeras al no lograr nosotros reinventar un lugar en el mundo. Las generaciones venideras... volverán a escribir como Bartolomé de las Casas a Carlos V, si Europa no cambia de rumbo.

    Hoy algo desesperanzada... Me alegra que mantengas tú, al menos, la ilusión por la más y mejor vida.

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  2. Muchas gracias Inés ¡Un fuerte abrazo, con toda mi esperanza en él!

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