Me uno totalmente a lo dicho por Federico Mayor Zaragoza, en su artículo "Globalización de la indiferencia":
"Es imprescindible y apremiante recordar cada amanecer que mueren diariamente de hambre miles de niñas y niños, mujeres y hombres al tiempo que se invierten en armas y gastos militares 4.000 millones de dólares. Es inadmisible desde todos los puntos de vista que, en lugar de elaborar un nuevo concepto de seguridad que no sólo se preocupe y ocupe de los territorios y fronteras sino de la alimentación, acceso al agua potable, servicios de salud, cuidado del medio ambiente y educación de los habitantes de estos espacios tan celosamente protegidos.
Es una vergüenza que, cuando no hay recursos para la puesta en práctica de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de los Acuerdos de París sobre Cambio Climático -especialmente cuando el Presidente Trump ha advertido ya que los Estados Unidos no los cumplirán- la única medida que ha merecido el unánime consenso en la Unión Europea, en el G-7 y en el G-20 ha sido la de aumentar los gastos militares! El 17 de julio la prensa anuncia que Francia y Alemania desarrollarán conjuntamente un avión de combate europeo. Yo pensaba que iban a anunciar que se restablecería una ayuda importante al desarrollo de los países que más necesitan asegurar unas mínimas condiciones de vida digna en sus lugares de origen para evitar, precisamente, los flujos emigratorios.
Efectivamente, vivimos tiempos históricos no sólo de destrucción sino de "distracción masiva" respecto de compromisos básicos que deberíamos afrontar como Comunidad Humana.
Me uno totalmente a la inquietud que, una y otra vez, manifiesta el profesor e inestimable referente Federico Mayor Zaragoza:
"
Es especialmente peligroso y motivo
de alarma que el desorden establecido sirva para "normalizar" las
progresivas diferencias entre ricos y pobres, entre encumbrados y menesterosos.
El clamor popular, la voz de la gente debe promover sin demora el
restablecimiento de un multilateralismo democrático, de unas Naciones Unidas
que puedan cumplir, con los recursos personales, técnicos, de seguridad y
financieros adecuados, la misión que le corresponde a escala planetaria,
marginando ya para siempre el nocivo "invento" neoliberal de los
grupos plutocráticos (G7, G8, G20). Y también en la vida cotidiana una
democracia genuina, que no tenga en cuenta a las mayorías numéricas -sobre
todo, embravecidas- si no seguir puntualmente los "principios
democráticos" que, según la Constitución de la UNESCO, deben "guiar a
la Humanidad".
Ahora ya no hay excusa. Ahora ya no cabe el olvido porque "Nosotros,
los pueblos..." podemos expresarnos, podemos participar, libre y
responsablemente, de la transición histórica de la fuerza a la palabra."
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