martes, 12 de junio de 2012

LA UNIVERSIDAD Y LA SUBORDINACIÓN AL CESAR



En la Universidad Pública existe ahora cierto malestar sobre la subordinación de la misma a los poderes establecidos y a la denominada "disciplina de los mercados". Fruto de ello, se ha suscitado la polémica, en alguna de las áreas de conocimiento, si redactar o no las Guías Docentes del próximo curso. Un catedrático ha exortado al conjunto de los profesores a que se atengan al dicho de Jesús: "Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios". Pero un profesor me ha emplazado a que aclare esa frase, desde el contexto histórico del tiempo de Jesús en Jerusalén.

La frase " Dad al Cesar lo que es del Cesar y (pero) a Dios lo que es de Dios", en aquel contexto "Teocrático" denuncia, en las palabras de Jesús, que el Sumo Sacerdote se había vendido al Gobernador Poncio Pilato, quien había confiscado el oro del Templo para la construcción de un acueducto, pero también las vestiduras religiosas que el Sumo Sacerdote tenía que rescatar, reconociendo sumisión al poder establecido, para poder ejercer su función religiosa en Jerusalén.
Lo primero que implica esa frase es que el Cesar no es Dios. Lo segundo tiene mucho que ver con otras frases también consideradas como "palabras de Jesús" (y no añadidos de la Comunidad Primitiva de los cristianos): "No se puede servir a Dios y al Dinero (Mamón)" o aquello que le dice al joven rico (un puritano) o lo que dice a sus seguidores sobre la aguja y el camello (cargado de mercaderías). Lo tercero, un tanto agudo e irónico, respecto a la pregunta que se formula, es una salida para no caer en la trampa que se le tiende. Hay que pagar el tributo o no al Cesar. Los celotas se negaban a pagarlo, los fariseos dudaban, los recaudadores lo defendía, los sacerdotes protestaban pero lo pagaban..., el pueblo llano no podía soportar ese impuesto. Jesús no llevaba esa moneda acuñada en Roma. Parece, pues, unido al pueblo que no puede pagar ese impuesto gravoso. Pide, en consecuencia, que le enseñen la moneda. Cuando ve la efigie del Cesar parece que la desprecia (o al menos la "deprecia"): "Dad al Cesar lo que es del Cesar ... pero a Dios lo que es de Dios".
Este tipo de interpretaciones, que tienen en cuenta el contexto vital e histórico, es por el que yo opto normalmente. Evidentemente tine las consecuencias que podéis imaginar. No es cuestión de hablar de ellas. Es cuestión de ver si puede servir para dilucidar los temas universitarios en liza. Imaginemos que el oro de las Universidades Andaluzas, las Bibliotecas, por ejemplo, se hubieran confiscado por el Delegado del Gobierno con el fin de poder comunicar Granada con Sevilla por medio de un tren Ave, y además, se aplicara un recorte de unos 2.000€ por persona de la Comunidad Universitaria para completar con ello el pago de la deuda (o del préstamo bancario) de tal proyecto de infraestructura. Imaginemos que las togas de los Rectores y de los Doctores estuvieran en las dependencias de la Delegación del Gobierno y, en consecuencia, no se pudieran usar, en el ejercicio docente y de investigación, sin declarar previamente sumisión pública o privada al Delegado del Gobierno. ¿Qué os parece? ¿Qué diríais ustedes?
Lo normal sería decir que, allá el Delegado del Gobierno con los dineros del euro y la efigie del rey o de quien fuera, pero las bibliotecas a su sitio y la autonomía universitario en cuanto a docencia, investigación y proyección social intocable: a Dios lo que es de Dios y, en su caso, al Cesar lo que es del Cesar.

2 comentarios:

  1. Pepe: Se plantea, en estos momentos, si redactar o no las guías docentes que se pretenden unificar o uniformar. Y eso puede ir en contra de la libertad de cátedra, a la que no debe renunciarse en absoluto en la Universidad

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  2. Me ha gustado el enfoque que le has dado a La Universidad y la subordinación al César, del doce de junio. Siempre aparece como obstáculo esencial para la igualdad y el progreso el dios dinero.

    CE

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