sábado, 27 de junio de 2020

DESAFÍOS DEL MOMENTO HISTÓRICO, DESDE UNA PERSPECTIVA ANDALUZA


           En estos momentos históricos, ¿Qué está sucediendo en el mundo?

          Ver cómo lo percibimos desde Andalucía – situados al sur oeste europeo- y cuáles son los retos y desafíos que deben afrontarse es importante e ineludible si tomamos conciencia de que la realidad compleja es dinámica y puede evolucionar en sentidos diversos según las decisiones que se tomen.

          Estamos inmersos en una sociedad estructuralmente injusta –como ya subrayara Ignacio Ellacuría, desde su Filosofía de la Liberación Latinoamericana-, o, como suele indicar actualmente Emilio Carrillo,  en una crisis sistémica muy claramente distópica acentuada tanto desde la crisis económica del 2008 como en esta nueva holeada del coronavirus 19.

          Las élites, el afán de lucro, las revoluciones del comercio y el libre mercado, y la revolución industrial productiva; así como, en el siglo XXI, la Economía Mundo, especulativa, financiera y virtual  han ido determinando el devenir histórico. Corporaciones transnacionales o emporios  y élites minoritarias,  en sus núcleos duros y restrictivos, personales y familiares, son quienes van condicionando la realidad social y la vida de la inmensa mayor parte de la población ajena a los grandes intereses de unos pocos habitantes del planeta Tierra.

          Existe, además, como han indicado Javier Solana y Oscar Fernández -desde una visión geopolítica- una clara disputa comercial entre las superpotencias de Estados Unidos y China, aunque no se pueda olvidar ni el peso de la Unión Soviética ni el de la Unión Europea (UE), que es quizás el mayor bloque comercial del mundo.

          Desde Andalucía, tras cuarenta años de democracia, y a pesar de carencias que parecían insuperables, se reconoce la vertebración territorial, la mejora cualitativa de las comunicaciones, la cualificación educativa y profesional, y el sistema público de salud como logros del Estado de Bienestar. No obstante, en estos momentos de crisis sistémica y de pandemia desconocida, vuelven a acentuarse indicadores alarmantes de paro, de renta media baja, y de vulnerabilidad de hogares en riesgo de pobreza y exclusión, así como de la exclusión social de personas inmigrantes –a pesar de su aporte laboral en los campos de la producción agrícola-. En Andalucía, además, se es muy sensible al turismo de sol y playa y sus servicios, pero falta sentido empresarial, por ejemplo, en energía solar efectiva y alternativa.

          En España, sigue siendo débil el sentido de solidaridad interterritorial o el conveniente sentido federal integrador. La crisis provocada por la pandemia deja de manifiesto la debilidad del sistema sanitario, debido a los recortes económicos y las tendencias de privatización, así como la capacidad de reconstrucción conjunta en el seno del Estado Social y Democrático de Derecho.

          En la Unión Europea, a pesar del especial comportamiento del Reino Unido, se mantiene la unidad monetaria y virtual euro pero poco se avanza hacia un Estado Confederal de dicha UE.

          Mundialmente, se han señalado tres desafíos esenciales del momento:  1) combatir la actual pandemia del covid 19;  2) asegurar una recuperación económica y un desarrollo integral; 3) mitigar los efectos del cambio climático y hacer frente a sus causas negativas en pro del Medio Ambiente, que es nuestra Casa Común en la Naturaleza.

          ¿Se abrirá paso una consciencia personal y colectiva hacia una Nueva Comunidad Humana de Solidaridad Internacional? Ese es el gran desafío.  

          El desafío exige pasar de la distopía a la utopía realista, o de la Cultura del Poder Económico-Financiero a la Cultura de la Liberación. Ello implica  el desarrollo integral de toda persona humana cualquiera que sea su condición o situación y el lugar de su residencia. El desafío exige pasar del dominio y la interdependencia entre grandes potencias a la interculturalidad y la transculturalidad mundial, garantizando los derechos humanos fundamentales para una convivencia pacífica y constructiva.


               Ante los desafíos del momento histórico, conviene recordar desde Andalucía la triple tarea de la Universidad en su quehacer de investigación, docencia, y proyección social o difusión del conocimiento al servicio de la cultura, la calidad de vida y el desarrollo integral solidario, con sentido liberador.

2 comentarios:

  1. Interesante aportación. ¡Salud! JF.O.R.

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  2. Indicar que he añadido para finalizar el texto las tres exigencias universitarias de investigación, docencia, y proyección social liberadora. José Mora Galiana

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