En estos momentos históricos, ¿Qué está
sucediendo en el mundo?
Ver cómo lo percibimos desde Andalucía – situados al sur oeste europeo- y cuáles son los retos y desafíos que deben afrontarse es importante e ineludible si tomamos conciencia de que la realidad compleja es dinámica y puede evolucionar en sentidos diversos según las decisiones que se tomen.
Ver cómo lo percibimos desde Andalucía – situados al sur oeste europeo- y cuáles son los retos y desafíos que deben afrontarse es importante e ineludible si tomamos conciencia de que la realidad compleja es dinámica y puede evolucionar en sentidos diversos según las decisiones que se tomen.
Estamos inmersos en una sociedad
estructuralmente injusta –como ya subrayara Ignacio Ellacuría, desde su
Filosofía de la Liberación Latinoamericana-, o, como suele indicar actualmente Emilio
Carrillo, en una crisis sistémica muy
claramente distópica acentuada tanto desde la crisis económica del 2008 como en
esta nueva holeada del coronavirus 19.
Las élites, el afán de lucro, las
revoluciones del comercio y el libre mercado, y la revolución industrial
productiva; así como, en el siglo XXI, la Economía Mundo, especulativa,
financiera y virtual han ido
determinando el devenir histórico. Corporaciones transnacionales o emporios y élites minoritarias, en sus núcleos duros y restrictivos,
personales y familiares, son quienes van condicionando la realidad social y la
vida de la inmensa mayor parte de la población ajena a los grandes intereses de
unos pocos habitantes del planeta Tierra.
Existe, además, como han indicado
Javier Solana y Oscar Fernández -desde una visión geopolítica- una clara
disputa comercial entre las superpotencias de Estados Unidos y China, aunque no
se pueda olvidar ni el peso de la Unión Soviética ni el de la Unión Europea
(UE), que es quizás el mayor bloque comercial del mundo.
Desde Andalucía, tras cuarenta años
de democracia, y a pesar de carencias que parecían insuperables, se reconoce la
vertebración territorial, la mejora cualitativa de las comunicaciones, la
cualificación educativa y profesional, y el sistema público de salud como
logros del Estado de Bienestar. No obstante, en estos momentos de crisis
sistémica y de pandemia desconocida, vuelven a acentuarse indicadores alarmantes
de paro, de renta media baja, y de vulnerabilidad de hogares en riesgo de
pobreza y exclusión, así como de la exclusión social de personas inmigrantes –a
pesar de su aporte laboral en los campos de la producción agrícola-. En
Andalucía, además, se es muy sensible al turismo de sol y playa y sus
servicios, pero falta sentido empresarial, por ejemplo, en energía solar efectiva y alternativa.
En España, sigue siendo débil el
sentido de solidaridad interterritorial o el conveniente sentido federal
integrador. La crisis provocada por la pandemia deja de manifiesto la debilidad
del sistema sanitario, debido a los recortes económicos y las tendencias de
privatización, así como la capacidad de reconstrucción conjunta en el seno del
Estado Social y Democrático de Derecho.
En la Unión Europea, a pesar del
especial comportamiento del Reino Unido, se mantiene la unidad monetaria y
virtual euro pero poco se avanza hacia un Estado Confederal de dicha UE.
Mundialmente, se han señalado tres
desafíos esenciales del momento: 1)
combatir la actual pandemia del covid 19; 2) asegurar una recuperación económica y un
desarrollo integral; 3) mitigar los efectos del cambio climático y hacer frente
a sus causas negativas en pro del Medio Ambiente, que es nuestra Casa Común en
la Naturaleza.
¿Se abrirá paso una consciencia
personal y colectiva hacia una Nueva Comunidad Humana de Solidaridad
Internacional? Ese es el gran desafío.
El desafío exige pasar de la distopía
a la utopía realista, o de la Cultura del Poder Económico-Financiero a la Cultura de la
Liberación. Ello implica el desarrollo
integral de toda persona humana cualquiera que sea su condición o situación y el lugar de
su residencia. El desafío exige pasar del dominio y la interdependencia entre
grandes potencias a la interculturalidad y la transculturalidad mundial,
garantizando los derechos humanos fundamentales para una convivencia pacífica y
constructiva.
Ante los desafíos del momento histórico, conviene recordar desde Andalucía la triple tarea de la Universidad en su quehacer de investigación, docencia, y proyección social o difusión del conocimiento al servicio de la cultura, la calidad de vida y el desarrollo integral solidario, con sentido liberador.
Ante los desafíos del momento histórico, conviene recordar desde Andalucía la triple tarea de la Universidad en su quehacer de investigación, docencia, y proyección social o difusión del conocimiento al servicio de la cultura, la calidad de vida y el desarrollo integral solidario, con sentido liberador.
Interesante aportación. ¡Salud! JF.O.R.
ResponderEliminarIndicar que he añadido para finalizar el texto las tres exigencias universitarias de investigación, docencia, y proyección social liberadora. José Mora Galiana
ResponderEliminar