El rumbo que ha tomado
Donald Trump tendrá un suspense de serie televisiva que nos irá sobresaltando,
a tenor del discurso de investidura que, a modo de preámbulo, ha anticipado verbalmente,
con energía, y que se irá ejecutando por Decreto, con su rúbrica, en nombre y representación de
los pueblos y de la ciudadanía de América que le ha elegido.
En el discurso pronunciado, de
unos 15 minutos, comienza por una brevísima salutatio
protocolaria institucional y pasa de inmediato a la captatio populi , traspasando el poder –según dice- no de un
partido a otro partido sino transfiriéndolo al pueblo americano. Dijo, además,
muy claramente: “Nosotros, los
ciudadanos de América, estamos juntos hoy en un gran esfuerzo nacional para
reconstruir nuestro país y restablecer su compromiso con todo nuestro pueblo.
Juntos determinaremos el rumbo de América y el mundo durante los próximos años.
Nos encontraremos con retos. Nos encontraremos con dificultades. Pero lo
conseguiremos.”
Desde
su nueva visión americana y su perspectiva, ¿cuál es la situación de partida?
Dijo:
“Durante demasiado tiempo, un pequeño grupo de personas en la capital de
nuestra nación ha cosechado los frutos del gobierno mientras el pueblo
soportaba los costes. Washington prosperaba, pero el pueblo no compartía su
riqueza. Los políticos prosperaban, pero el empleo desaparecía y las fábricas
cerraban. El aparato se protegía a sí mismo, pero no a los ciudadanos de
nuestro país.” ¿Cuáles son los retos?
Los americanos, dijo, quieren buenas
escuelas para sus hijos, barrios seguros para sus familias y buenos puestos de
trabajo para sí mismos. Son las demandas justas y razonables de un pueblo
honrado. Pero, para muchos ciudadanos, la realidad es muy diferente: madres y
hijos atrapados en la pobreza en nuestros barrios más deprimidos; fábricas
herrumbrosas y esparcidas como lápidas funerarias en el paisaje; un sistema
educativo lleno de dinero pero que deja a nuestros jóvenes y hermosos alumnos
sin conocimientos; y la criminalidad, las bandas y las drogas que tantas vidas
han robado y tanto potencial han impedido hacer realidad.
Compara
la realidad a una carnicería, que debe terminar de inmediato. De ahí que
podamos formularnos la siguiente pregunta: ¿Cuál es su voluntad política? La
respuesta es clara: “Somos una
sola nación, ….. Tenemos un mismo corazón, un hogar y un glorioso destino. El
juramento que presto hoy es un juramento de lealtad a todos los
estadounidenses. Llevamos muchas décadas enriqueciendo a la industria
extranjera a expensas de la industria americana. Financiando los ejércitos de
otros países mientras permitíamos el triste desgaste de nuestro ejército. Hemos
defendido las fronteras de otros países mientras nos negábamos a defender las
nuestras. Y hemos gastado billones de dólares en el extranjero mientras las
infraestructuras nacionales caían en el deterioro y el abandono.
Hemos
enriquecido a otros países mientras la riqueza, la fortaleza y la confianza de
nuestro país desaparecían tras el horizonte. Una a una, las fábricas cerraban y
se iban más allá de nuestras fronteras, sin pensar ni por un instante en los
millones y millones de trabajadores estadounidenses que se quedaban atrás. Se
ha arrebatado la riqueza a nuestra clase media para redistribuirla por todo el
mundo. Pero eso queda en el pasado. Ahora debemos pensar en el futuro.
Nos hemos reunido hoy aquí para dictar un nuevo
decreto que se oirá en cada ciudad, cada capital extranjera y cada corredor del
poder. A partir de este día, una nueva visión va a gobernar nuestro país. A
partir de este momento, va a ser América primero. Cada decisión sobre temas
de comercio, impuestos, inmigración, asuntos exteriores, se tomará en beneficio
de los trabajadores y las familias americanas.
Debemos
proteger nuestras fronteras de los estragos de otros países que fabrican
nuestros productos, roban nuestras empresas y destruyen nuestros puestos de
trabajo. La protección engendrará prosperidad y fuerza.
Voy
a luchar por vosotros hasta el último aliento, y nunca, jamás, os abandonaré.
América volverá a triunfar, como nunca antes. Vamos a recuperar nuestro empleo.
Vamos a recuperar nuestras fronteras. Vamos a recuperar nuestra riqueza. Y
vamos a recuperar nuestros sueños. Construiremos nuevas carreteras, y
autopistas, y puentes, y aeropuertos, y túneles y ferrocarriles por todo
nuestro maravilloso país. Sacaremos a la gente de las ayudas sociales y la
pondremos a trabajar, reconstruiremos nuestro país con mano de obra
estadounidense.
Vamos a seguir dos reglas muy sencillas:
compra estadounidense y contrata a estadounidenses.”
Nota: un camión conduce cerca de la frontera entre México y Estados Unidos el miércoles 25/01/17
Christian Torres - AP Foto (en el Nuevo Herald). Antes del muro de Trump
Nota: un camión conduce cerca de la frontera entre México y Estados Unidos el miércoles 25/01/17
Christian Torres - AP Foto (en el Nuevo Herald). Antes del muro de Trump
¿Habrá
otras decisiones concretas y prácticas de ámbito internacional? El actual
presidente, que quiere ser un reluciente ejemplo a seguir, afirma de forma
contundente: “Reforzaremos las viejas alianzas y formaremos otras nuevas, y
uniremos al mundo civilizado contra el terrorismo islámico radical, que vamos a
erradicar por completo de la faz de la tierra.”
¿Dónde
quedará la inspiración ilustrada y europea de Immanuel Kant sobre la paz perpetua…?
En
el momento americano presente, un tanto mesiánico, parece que la inspiración popular
y el afán personal y patriótico se reviste de púrpura celestial con las
siguientes palabras: “La Biblia nos
dice: "Qué bueno y placentero es que el pueblo de Dios viva unido".
Debemos expresar nuestras opiniones abiertamente, debatir con sinceridad
nuestras discrepancias, pero siempre buscar la solidaridad. Cuando el país está unido, es imparable. No
hay que temer nada, estamos protegidos, y siempre lo estaremos. Estamos protegidos por los grandes hombres
y mujeres de nuestras fuerzas armadas y policiales y, sobre todo, estamos
protegidos por Dios.”
¿No
hay acaso un uso del nombre de Dios en vano, incluso en el mismo ritual del juramento
de la toma de posesión, poniendo la mano sobre la Biblia de su familia?
Bajo
la bandera americana, dice: “un niño que
nace en la gran urbe de Detroit y otro que nace en las llanuras barridas por el
viento de Nebraska ven el mismo cielo, tienen los mismos sueños en sus
corazones y reciben su aliento vital del mismo Creador todopoderoso.” Pero…
¿por qué ampliar entonces, y por Decreto, las vallas de la vergüenza frente a la
bandera mejicana? ¿Por qué no hermanar banderas? ¿Por qué no tender puentes en
vez de gastar el dinero en fosas y muros que separen a pueblos de la misma
Comunidad Humana? ¿Acaso el sol no luce para Oriente y Occidente, para el Norte
y el Sur?
El
cierre del discurso es muy claro: “América para los americanos”. La voluntad
política es la que es: “Juntos vamos a hacer que América vuelva a ser fuerte.
Vamos a hacer que América vuelva a ser rico. Vamos a hacer que América vuelva a
estar orgulloso. Vamos a hacer que América vuelva a ser seguro. Y juntos, vamos a hacer que América vuelva a
ser grande. Gracias, que Dios
os bendiga y que Dios bendiga a América.”
Aunque
parezca mentira engolada, tras unas elecciones democráticas, el homo sapiens se presenta como homo divinus. La
Casa Blanca pasa a ser Divina Domus, el
dominio de los Césares, la Casa Imperial. Hay un gran cambio de rumbo: el rumbo
americano de Donald Trump…
Desde Sevilla, a 26/01/17,
José Mora Galiana (PhD)
Amigo Pepe. Que aparezca un mesías que viene a salvar a un pueblo elegido y a exigir que deben seguirle porque su misión es sagrada, cuanto menos es peligroso. Abrazos. J.N.
ResponderEliminarLa soberbia es uno de los enemigo mas grandes del ser humano y este señor tiene su principal enemigo dentro de él mismo. A.S.
ResponderEliminarLo de Trump me parece efectivamente muy peligroso, pero por otro lado, veo que este tipo no es más que una caricatura de la deriva de nuestro mundo: dinero=poder=fama=chulería=paradigma...
ResponderEliminarJF.O.
Interesante análisis del discurso
ResponderEliminarE.S.