domingo, 1 de enero de 2017

EL PARQUE NACIONAL Y EL ZOO DE BAMAKO (MALI)

     A fecha uno de enero de 2017, he podido constatar que la planificación del Parque Nacional y el diseño del Zoológico, como prolongación del Parque, han merecido la pena, sobre todo por el alto grado de ciudadanía que disfruta de dichos parajes. Hoy era un hervidero de población: mujeres, hombres, niños y niñas, quienes circulaban, fotografiaban, correteaban, miraban, observaban o se quedaban jugando aquí y allá, lejos del bullicio de la multitud, los mercados, y el pulular de coches y motos tan habitual por el asfalto y por las calles, y por los tres puentes de la ciudad.




                                          

       Hace un par de días, pasee por el Parque con mi familia con mucha más tranquilidad, por no ser un día festivo. El relax y la serenidad me permitió después retomar viejas reflexiones sobre las propuestas de liberación y socialización efectiva.
                                        
        Pronto, para el 12 de este mes, está prevista una Cumbre de Jefes de Estado. Para tal acontecimiento ha habido inversiones y nuevas obras. Pero la incidencia social del Parque quizás deba considerarse un referente a tener en cuenta. Hay que lograr que las obras y las inversiones beneficien sobre todo a la gran multitud, a la población en su conjunto, ya se trate de infraestructuras básicas, ya se trate de infraestructuras viarias, ya se trate de dotaciones y de servicios.
        Desde los años 1968/69, siempre he querido considerar en positivo posibles aportaciones del pensamiento liberador en la praxis social, cultural, política, religiosa e histórica de los países negro-africanos que he ido conociendo. Nunca me he atrevido a proponer ni sistematizar dichas aportaciones. Sin embargo, deseando que este año sea mejor que el ya pasado, para que haya mayor justicia estructural y más solidaridad internacional -por contraposición a las guerras por el petróleo o la economía de la guerra- , para que haya más honestidad y menos corrupción, y para que haya un mayor sentido colectivo y social de lo público, me arriesgo a transcribir algunos puntos que he vuelto a anotar, tras la visita al Parque Nacional de Bamako:

1.- Lo comunitario es anterior a lo individual. Pero es en la autoconciencia individual donde se agranda lo comunitario y el sentido de lo público.
2.- La igualdad de la mujer y el hombre negro-africano -de ancestral tradición patriarcal- es tarea compleja pero ineludible y requiere de un sincero diálogo, de una toma de conciencia -de parte y parte-  y de un debate abierto en el proceso de liberación negro-africana.
3.- La Naturaleza es, por excelencia, no sólo un variado conjunto de fuerzas materiales, vitales y espirituales, sino Casa Común que cuidar para poder disfrutar de ella y poder favorecer en ella la convivencia armónica, saludable y en paz.
4.- El animal humano -animal al fin y al cabo - para ser plenamente persona necesita de un desarrollo integral de su ser y de un mayor grado de humanización frente a las tendencias biológicas de agresividad y violencia que nos son innatas. Para lograrlo, educación, educación y educación; respeto a la dignidad de todo ser humano y a la vida; equidad, justicia, reconocimiento de ciudadanía efectiva, y solidaridad comunal.
5.- Exigencia ética de honestidad y defensa de derechos fundamentales: salud e higiene, educación, hábitat, trabajo como realización personal, no esclavitud ni dominio; libre elección para formar la familia; y una vida digna, respetuosa y saludable.
6.- El sujeto de la Historia, puesto que sujeto activo y no pasivo ni dominado, tiene que llegar a ser el conjunto de la Comunidad Humana, desde las prioridades básicas y de realización de las comunidades y pueblos más desfavorecidos (el 80% de la población mundial) de nuestra Madre Tierra, patrimonio común de la Vida.

    
           La Vida en mayúscula es lo que he visto hoy en el Parque Nacional de Bamako y su zoológico. La vida, la esperanza de una nueva vida y de una Humanidad Nueva.


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