Por todo ello, tanto FECONS como IESMALÁ, levantamos
conjuntamente nuestras voces para pedir y exigir se garantice el respeto a la
dignidad de toda persona humana.
Tal como indica Federico Mayor Zaragoza, seríamos
cómplices del silencio,
1)
Si contempláramos como un “efecto colateral”
inexorable del actual sistema económico a centenares de personas migrantes
jugándose la vida (y perdiéndola con frecuencia) porque en sus países de origen
se mueren de desamparo.
2)
Si permanecemos impasibles al hecho de que se
sustituya la cooperación por la explotación sin que ni el Banco Mundial, ni el
Fondo Monetario Internacional, ni el Banco Central Europeo, cuando la FAO nos
advierte de las miles de personas que mueren de hambre todos los días, la
mayoría niñas y niños de uno a cinco años de edad, al tiempo que se invierten
en gastos militares 3.000 millones de dólares al día.
3)
Si consideramos “normal” y hasta “natural”
que 85 personas posean una riqueza equivalente a la mitad de la Humanidad (unos
3.300 millones de seres humanos), y, además, seguimos tolerando tráficos de
toda índole por mafias que gozan de impunidad en el espacio supranacional y en
paraísos fiscales, sin exigir la urgente refundación de Naciones Unidas,
dotándose de la capacidad y los medios necesarios para una Justicia
Internacional eficiente.
Finalmente,
nos unirnos también a las denuncias proféticas y sapienciales formuladas por el
Papa Francisco, al respecto. Pues, como él ha dicho reiteradamente, se constata
que la inmensa disparidad de oportunidades entre los distintos países hace que
muchas personas se vean obligadas a abandonar su tierra y su familia,
convirtiéndose en fácil presa de tráfico de personas y del trabajo esclavo, sin
derechos, ni acceso a la Justicia.
En
ocasiones, es precisamente la falta de cooperación entre los Estados lo que
deja a muchas personas fuera de la legalidad y sin posibilidad de hacer valer
sus derechos, obligándoles a situarse entre los que se aprovechan de los demás
o a resignarse a ser víctimas de los abusos.
Son
situaciones, dice el propio Papa, en las que no basta salvaguardar la Ley para
defender los derechos básicos de la persona, en las que la norma sin piedad y
misericordia, no responde a la Justicia:
“A
veces, incluso dentro de cada país, se dan diferencias escandalosas y
ofensivas, especialmente en las poblaciones indígenas, en las zonas rurales o
en los suburbios de las grandes ciudades. Sin una auténtica defensa de estas
personas contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia, el Estado de
Derecho perdería su legitimidad”.
Ante
lo dicho, y frente a los hechos recientes de la tragedia vivida en el muelle de
Catania, no podemos sino exigir la garantía de los Derechos Humanos, en toda su
amplitud, referidos a las personas, así como pedir a Europa que pase de ser un
espacio de libre mercado a legitimarse como Estado Confederal Social y
Democrático de Derecho, con el fin de garantizar la defensa efectiva de la
dignidad de toda persona humana.
Y José Mora Galiana (por IESMALÁ)
Totalmente de acuerdo
ResponderEliminarIM
BIENN!!!! Ya es hora de que levantemos la VOZ y unamos esfuerzos, para denunciar hechos en contra del SER HUMANO. BRAVO!!!! por esas iniciativas.
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