DESDE BAMACO (MALI) EN PROCESO DE TRANSICIÓN

Desde el inicio de la Feria de Abril en Sevilla, llevo en Bamako(Mali), en familia, observando en directo el proceso de Transición-Desestabilización-Normalización, que ha seguido al Golpe de Estado, ocasionado por el malestar de los militares y sus familias destacados en el Norte pero también por la corrupción sistémica que estaba dañando las instituciones y la vida de los pueblos diversos que conviven en el vasto territorio de Mali . Ahora se me agranda la espera de vuelta pero también la esperanza de que progresen las negociaciones,  el consenso y la racionalidad contractual frente a intentos de fuerza, violencia y pillaje.

Recuerdo que, en tiempo, allá por 1987, siendo Delegado de Cultura por Huelva, insistía en los Servicios Centrales sobre la importancia del África Emergente, en vistas al futuro. No se me echaba apenas cuenta. Pero se publicó, entre otras cosas, y gracias a la colaboración de la Universidad de Granada, un libro de interés: Andalucía en la Curva del Niger. En ese libro había un análisis de suma importancia sobre geodemografía y urbanismo de Fernando Fernández Gutiérrez. Hoy hablamos de algo más de 12 millones de habitantes en Mali. Pues bien, en los 80, el grupo mayoritario era el "mandingo" (con los bambaras, el subgrupo con mayor porcentaje de población -casi el 40% -, y los minoritarios "malinké y "dioula"). Los "sudaneses" superaban el 20% (y estaban formados por "sarakoles", "songhaï", "dogon" y "bozos". Finalmente, estaba el grupo de nómadas, formado por los "peuls" (denominados a veces "gitanos"), con algo más del 10%; los "touaregs" con más del 6% y los "moros" (maures), con poco más del 2%. Quedaría el resto para esa indifinición que es "otros". Bamako, la capital, bañada por el Niger, es la capital y la ciudad más poblada. Es como un Mercado de mercados, de calles de tierra roja y carreteras asfaltadas saturadas de tráfico de coches, motos, motocicletas, bicicletas y viandantes. Pero en las grandes extensiones del desierto, más allá de la curva del Niger, que viene de Gao y Toubouctou, es donde habita el grupo de nómadas con especial influencia del subgrupo de los touaregs. Ellos reivindican autodeterminación e independencia pero es lógico que la población mayoritaria defienda la integridad del territorio y del Estado, trazado al estilo postcolonial. Esa reivindicación se ha fortalecido con refuerzos de fuerza armada procedente de Libia y con sumas de dinero de otros tráficos. Ese es un primer problema que resolver y un objetivo claro del nuevo ejecutivo o Gobierno de Transición, cuyo Jefe de Gobierno es un hombre altamente cualificado, y que ha formado su gobierno teniendo en cuenta criterios de confianza y competencia, integrando a militares (3), incluyendo a mujeres (3), incluyendo sociedad civil y profesionales, pero sin tener en cuenta dictados de partidos o intereses establecidos, con lo que ha reducido los Ministerios de treinta y dos a veinte y cuatro (incluyendo tresministerios delegados para tareasespecíficas: presupuestos, reformas y relaciones intitucionales, y juventud y formación profesional.
Eso, me parece, es lo que ha podido provocar un intento de desestabilización, que se está encauzando con dificultad por cuanto que había mercenarios externos y alguna fuerza militar o para militar interna y hasta participación de movimientos universitarios. El jefe de Gobierno, el Dr. Modibo Diarra, considera que el tiempo de "reparto de la tarta" está desfasado y aparcado, que la fuerza no es una via correcta, y que la sociedad civil debe vivir el proceso de Transición con normalidad, sin premuras, durante un año, con el fin de ir asentando el prestigio y el buen hacer de las instituciones.
Una de las tareas más complejas la tiene precisamente una cartera militar: Administración Territorial y Descentralización. Lo que pasa es que tanto la Vieja Guardia como la Junta Militar se resisten a ceder en su viejo o nuevo poder. 

     Lo que se está planteando desde la jefatura del Gobierno  parece sensato. Recientemente ha habido que controlar un golpe de fuerza sobre todo en el aeropuerto, la noche del 30 de abril al 1 demayo. Pero, al parecer, la tarde del viernes 4 de mayo, se reabrió el tráfico internacional aéreo.

     Deseamos, pues, lo mejor para los pueblos de Mali.  Ni la huida ni el caos pueden favorecer la reconstrucción ni el avance. Pero lo que si se constata en Bamako es una especie de solera ancestral de la población, educada, fuerte, partidaria de la negociación y el entendimiento.