viernes, 25 de diciembre de 2009

ESPERANZA "A PESAR DE"

DESARROLLO HUMANO,
PLANIFICACIÓN Y ESPERANZA

Con la expresión “Desarrollo Humano”, queremos indicar que no es suficiente ni el crecimiento económico ni el desarrollo científico técnico, entendidos unilateral o unidimensionalmente. Apostamos por un Desarrollo Integral que haga más humanos a los hombres y a las mujeres de la especie animal humana, siempre en lucha entre el dominio y la libertad, la igualdad y la exclusión, la destructividad y la solidaridad, el fanatismo y el diálogo. De ahí la importancia de la Formación Permanente y la Educación que nos estimulan a encauzar y controlar las tendencias del “homo homini lupus”, en base a un sentido de planificación global solidaria y una esperanza permanente en la defensa y garantía de los Derechos Humanos, a pesar de tantas dificultades.

A la hora de planificar se tienen en cuenta necesariamente: la idea principal a desarrollar o materializar, y el territorio donde actuar; los objetivos generales y los específicos; las actuaciones concretas a llevar a cabo; la metodología a aplicar; los recursos humanos y los recursos instrumentales y sus potencialidades reales; los indicadores para poder evaluar; y la capacidad de gestión o de realización efectiva.

Pero, además de lo dicho, es imprescindible un principio básico fundamental o fundante: la esperanza. Por eso, tal vez, me viene a la mente aquel libro de nuestra generación del 68, de Jürgen Moltman: Esperanza y planificación del futuro. Aquel libro que ya hablaba de “Historia e Historicidad” respecto de la exégesis bíblica, y respecto de la denominada “revelación divina” o del problema de su verdad, se enfrentaba ante la realidad del desarrollo de la sociedad moderna y de la virtualidad de las ciencias modernas. Se ponía en duda que se hubiera descubierto el camino para lograr el denominado “fin de la historia”, al constatar más angustia que felicidad en el conjunto de la población del Mundo, globalmente considerado. Y, además, dedicaba un capítulo (el doce) a “Esperanza y Planificación”, como fuerza motora ante el sufrimiento de la inmensa mayor parte de la Humanidad, y como modos de actualizar el futuro en formas distintas a las presentes. Se apuntaba, pues, a una Alter Globalización.

Esperanza y Planificación, decía Moltman, están convencidas de que la vida humana es una historia en la que lo real y lo posible son categorías intercambiables, en la que lo posible puede ser hecho realidad y las perspectivas de nuevas realidades pueden ser convertidas en posibilidades. Ambas tienen, pues, en cuenta el horizonte histórico de la realidad y experimentan sus cambios como un devenir temporal. Ambas dan al futuro un sentido especial. No se puede vivir al día sino adelantando el día1.


1. DESARROLLO HUMANO



En los Informes de Naciones Unidas suele entenderse por Desarrollo Humano "el proceso de expansión de las capacidades de las personas que amplían sus opciones y oportunidades". Se trata, en consecuencia, de conjugar libertad y capacidad, ampliando en mujeres y hombres, sin discriminación alguna, la gama de posibilidades que las personas pueden hacer y de aquello que pueden llegar a ser conforme a sus potencialidades reales.
Así, pues, se asocia el desarrollo con el despliegue y el progreso de la vida y el bienestar humano, con el fortalecimiento de capacidades y potencialidades relacionadas con lo que una persona, sustantivamente, es o puede ser, de suyo, y con realizarse plenamente en la vida y en todos los ámbitos de la misma. Dicho desarrollo, en cuanto que realización personal y comunitaria, implica la libertad de poder vivir como nos gustaría hacerlo y con la posibilidad de que todos las personas, conforme al principio de la igualdad, sean sujetos y beneficiarios del mismo modo que nosotros, o de modo equivalente al nuestro, partiendo siempre de sus propias necesidades y expectativas.
Es verdad que para la Ciencia Económica, el crecimiento es condición sine qua non del desarrollo. Pero crecimiento no es lo mismo que desarrollo, pues se puede crecer físicamente y no crecer proporcionalmente desde el punto de vista psicoafectivo o intelectual. Y, en ese sentido, para que el desarrollo sea armónico requiere de una proporcionalidad, diversidad y multiplicidad de cualidades.
En el Desarrollo Humano intervienen, además de los aspectos instrumentales o estrictamente materiales, la inteligencia, la voluntad y el sentido psicoafectivo e histórico. Por eso es tan importante la finalidad y la orientación que se le de al desarrollo2.
A veces se distingue entre necesidades básicas del ser humano y necesidades secundarias. Considerando que las primeras serían acceso al agua y a los alimentos, salud, educación, vivienda y trabajo. Sin duda alguna es prioritario reducir el porcentaje actual de personas que no tienen acceso al agua potable… Eso es prioritario. Pero ¿acaso no es una necesidad primaria la realización personal? ¿Acaso no es una necesidad primaria la igualdad de la mujer respecto al hombre en cuanto a derechos humanos? ¿Acaso no es una necesidad primaria conservar el Medio Ambiente y, en definitiva, el Planeta Tierra?
Los Derechos Humanos son parte intrínseca del Desarrollo e incorporan un cierto valor a las prioridades más urgentes, que son sin duda de tipo comunitario si tenemos en cuenta el Mundo Global.
Emilio Carrillo, recurriendo a la escala musical, recuerda que hay ocho teclas que tocar en el tema del Desarrollo Humano. Queden esbozadas, a mi modo, de la siguiente manera: 1) El Medio Ambiente (es decir, los recursos naturales, incluida el agua); 2) la cultura (es decir el cultivo activo de las propias capacidades y virtudes o virtualidades creativas); 3) la tecnología (desde lo artesanal hasta lo científico técnico e Internet); 4) la convivencia social, incluyendo la diversidad y los flujos migratorios (con sentido de Res Publica); 5) los aspectos intangibles (de género, de sentido emprendedor, de concertación social, de diálogo y de consenso); 6) la Economía (o mejor, la Socio-Economía) y la Formación del Capital Humano; 7) los equipos técnicos pluridisciplinares de una unidad operativa; y 8) el territorio de una determinada población en donde actuar.
Quedaría por indicar que el principio de participación ciudadana activa de las personas, mujeres y hombres, es clave en las estrategias y políticas de Desarrollo Humano. Pues, en definitiva, la pregunta esencial es la siguiente:
¿Qué objetivos hay que alcanzar prioritariamente siendo muchos los objetivos posibles?

Responder a esa pregunta correctamente y eficazmente, con la participación de toda persona implicada, es iniciar el camino del verdadero Desarrollo Humano. Estamos, pues, no en el final sino en los inicios de la Historia.

2. ¿QUÉ ENTENDER POR PLANIFICACIÓN?


Podemos entender por Planificación las medidas que se toman en vistas al futuro, en previsión del mismo, anticipándose al mismo e incluso orientando la dirección que se pretenda alcanzar en el futuro.
Tres consideraciones a tener en cuenta:
El sentido de que lo posible sea o no necesario, más allá de todo determinismo, fatalismo o Ley.
El sentido de probabilidad respecto a las posibilidades, gracias a las actuaciones humanas.
El sentido emprendedor y de conquista, avanzando en un determinado sentido de la historia humana, respecto a la Naturaleza y respecto a los Poderes e Instituciones.
Si la planificación quiere responder al sentido del Desarrollo Humano, al sentido de una mayor democracia real, se tiene que responder previamente a la siguiente pregunta:
¿Qué es lo que en realidad desean, esperan, anhelan y buscan las personas humanas? ¿Cuál es su interés general? ¿Cuál su voluntad general?
Esta preguntas, necesariamente, nos inducen a repensar la Democracia a la deriva hacia la Partitocracia, en la que se diluye el Bien Común, el Interés General o la Voluntad General, materializándose particularmente en una determinada opción política que resulta excluyente y, en consecuencia, poco o parcialmente humana.
Decir Planificación es decir profesionalidad, objetividad, imparcialidad, sentido de justicia –conjugando libertad e igualdad-, con el fin de aunar voluntades en el común esfuerzo del Desarrollo Humano.


3. ¿QUÉ TIENE QUE VER LA ESPERANZA?
La esperanza, con independencia de que sea una virtud, es un sentimiento subjetivo que consiste en no desfallecer ni desanimarse jamás.
Dice Moltman que cuando el hombre toma medidas y disposiciones en orden al futuro, está partiendo de la premisa de que tiene a su disposición un determinado futuro, de tal manera que sus medidas estarán determinadas por el grado de disponibilidad de ese futuro. La palabra “esperanza”, en cambio, nace más bien de una zona interhumana… y adquiere el tono de confianza en el momento en que el uno muestra su conformidad con el futuro del otro3.
En la esperanza, implícitamente, hay una relación contractual de confianza, frente a todo tipo de fatalismo. Hay confianza en la capacidad de construir un futuro consciente, responsable. La esperanza implica un novum, una confianza en la apertura de posibilidades reales y objetivas, basadas precisamente en la exploración previa a la planificación.
En consecuencia, es un buen diagnóstico el que nos abre al novum de la esperanza que se deposita en el equipo de planificación y ejecución del proyecto concreto que vaya a ejecutarse para lograr un mayor grado de Desarrollo Humano.
Resumiendo, pues, los puntos fundamentales del Desarrollo Humano son: Participación, Diagnóstico, Esperanza, Planificación y Ejecución. Vencidos esos cinco peldaños podemos acceder al amplio horizonte del Desarrollo Humano.

José Mora Galiana

1 MOLTMAN, Jürgen: “Esperanza y Planificación”, en Esperanza y planificación del futuro, Ediciones Sígueme, Salamanca, 1971 (traducción del alemán que lleva por título Perspectiven der Theologie, publicado en 1968), págs. 419-420.
2 Ver a este respecto, MAX NEEF, Manfred: Desarrollo a escala humana, CEPAUR, Medellín, 1997
3 Op. Cit., págs. 422-423

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