Desde Mayo de 1968 hasta finales de mayo de 2022, hay un largo camino de dinamismos complejos que siguen abiertos, y justo ahora, el 25/05, una mujer gitana, Trinidad Muñoz Vacas, en la defensa de su Tesis Doctoral, nos dice directamente: GELEM GELEM… ANDUVE, ANDUVE POR UN LARGO CAMINO… En dicha Tesis estudia el objeto de lo titulado así: PROCESOS EMERGENTES DE PARTICIPACIÓN EN POLÍTICA DE PERSONAS GITANAS ESPAÑOLAS DESDE UNA PERSPECTIVA AUTOETNOGRÁFICA. Sus aportaciones son una clara invitación a seguir por el largo camino de la investigación y la proyección social universitaria. Nos dice: “El trabajo que presento busca fomentar el pensamiento crítico y constructivo en torno a un campo de investigación suficientemente atractivo para la población gitana y no gitana”.
De hecho, la Declaración Universal de los Derechos Humanos fue adoptada y proclamada por la 183 Asamblea General de la ONU, el 10 de diciembre de 1948, y el primer considerando de su preámbulo es que “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”. Pero hasta finales de 1978 no tuvimos una Constitución Española, en la que el artículo 1, 1 especifica que España se constituye en un Estado Social y Democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
La Ley Orgánica 6/1981, de 30 de diciembre, del Estatuto de Autonomía para Andalucía, y el artículo 11 dice dos cosas importantes: a) “Los derechos, libertades y deberes fundamentales de los andaluces son los establecidos en la Constitución”; b) La Comunidad Autónoma garantiza el respeto a las minorías que residan en ella.” Pero habrá que caminar hasta la Ley Orgánica 2/2007, de 19 de marzo, para constatar en el artículo 10, 3, 23, entre sus objetivos básicos, y en defensa del interés general, “la promoción de las condiciones necesarias para la plena integración de las minorías y, en especial, de la comunidad gitana para su plena incorporación social.”
Decir al respecto que el Consejo de Gobierno Andaluz, el 7 de octubre de 1985 creó la Secretaría de Estudios y Aplicaciones para la Comunidad Gitana, en la que personas como Trinidad Muñoz Vacas, gracias a la andadura de sus propias familias, participaron muy activamente en resolver problemas básicos de desarrollo integral, auto-identificación, asociacionismo participativo, escolarización, estudios y planes de inclusión social –sobre todo en barriadas marginales de toda Andalucía, desde Almería hasta Huelva y en lugares muy concretos y especiales de Granada, Jaén y Córdoba, Sevilla, Málaga y Cádiz.
Ante nosotros, dice Trinidad –concluyendo sus reflexiones finales-, se abre un tiempo de acción y de reflexión sobre cuestiones que debemos hacernos y responder con honestidad, inteligencia y, sobre todo, con esperanza: ¿Cómo articular la denuncia de lo pasado y mirar al frente? ¿Cómo seducir e ilusionar a toda persona y así establecer alianzas? ¿Cómo utilizar lo mejor de la cultura gitana para crear mecanismos de participación, de reconocimiento de la diversidad?
Nos queda un largo camino.
Es lo que hemos comentado también con el Director de la Tesis, el Dr. D. Alberto del Campo Tejedor, Profesor Titular de Antropología Social en la UPO (Sevilla), muy bien equipado en Derecho, en Filología y en Antropología, y que, además, ha tenido la gentileza de colaborar con la Asociación IESMALÁ (para estudios del Mediterráneo, América Latina y África), en el tercer tomo de Aulas Abiertas, en la parte de talleres frente al estigma racista en Andalucía (“Estigma oscuro. La caracterización estereotipada del negro-africano hace medio milenio”), publicación en la que el profesor jubilado Juan Francisco Ojeda –también presente en la defensa de la Tesis de Trinidad Muñoz- nos invita a la “Multi, Inter, y Transculturalidad. Reflexión desde las Humanidades sobre la comprensión del diálogo cultural como realidad compleja”.
Ese es nuestro reto, en el seno de la realidad histórica, compleja, dinámica y siempre abierta.
Hay que seguir caminando sin desfallecer y con esperanza.
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ResponderEliminarDifícil camino, sin duda.
ResponderEliminarEl reconocimiento de la diversidad y el respeto a la diferencia bien podrían ser reconocidos como elementos humanos fundamentales.
Mientras, tras siete siglos de cohabitación, la comunidad gitana sigue convencida de que la mimetización con la mayoría paya es un desastre. Porque, los valores payos, lejos de empoderarles como pueblo, les lastra a la miseria y a la pérdida de identidad.
Esas leyes citadas aquí, que buscan la justicia y el reconocimiento de la identidad de un pueblo, son ignoradas por la mayor parte de la sociedad. Lo que sí quedan a nuestro alcance son los discursos de marginalidad y criminalización que hoy como ayer se lanzan con desmesura e inconsciencia. ¡Ojo con los discursos de odio de algunos voceros de la política actual! ¿Hasta dónde llega el límite de la legalidad y la decencia ético-política?
Los prejuicios históricos son un lastre para la Comunidad gitana. Baste citar al genio de las letras, nuestro Cervantes, en su obra «La Gitanilla» (1613), con un comienzo desvariante: «Parece que los gitanos y gitanas solamente nacieron en el mundo para ser ladrones: nacen de padres ladrones, críanse con ladrones, estudian para ladrones y, finalmente, salen con ser ladrones corrientes y molientes a todo ruedo, y la gana del hurtar y el hurtar son en ellos como accidentes inseparables, que no se quitan sino con la muerte». Prejuicios que se anclan en la memoria colectiva, se convierten en verdades y retumban en las actitudes morales del pueblo.
Gracias, Trini, por recordarnos que, en el rostro oscuro de un gitano, subyace toda la dignidad del ser humano. ¡Enhorabuena por tu Tesis y tu mensaje!