viernes, 26 de febrero de 2016

¿PARA CUÁNDO UN RENOVADO CONSENSO?

Los responsables de la Asociación Derecho y Democracia han transmitido un mensaje:

Es necesario un nuevo consenso

 
23 de febrero de 2016
 
Nos han recordado que se han cumplido 35 años del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Entonces -nos dicen-  nuestra democracia pudo superar un momento crítico en el que fuerzas del pasado intentaron acabar con nuestras libertades recién estrenadas y devolvernos al pozo oscuro de la historia, en el que estuvimos tantos años.
Hoy -añaden- vivimos un momento convulso, que produce desasosiego a muchos ciudadanos, con una importante crisis política e institucional a la que hacer frente y apenas saliendo de la crisis económica, en un contexto internacional lleno de incertidumbres y en una Europa que se debilita. Los ciudadanos hemos pedido el 20 D a las fuerzas políticas que estén a la altura de este tiempo y se pongan de acuerdo para asegurar la gobernabilidad, pues hemos querido poner fin al bipartidismo y a las mayorías absolutas de un solo partido.  
La pregunta que me planteo es ¿Para cuándo un renovado consenso? Un renovado consenso práctico pero utópico, funcional pero transformador, capaz de revitalizar las instituciones y los partidos anquilosados, cuando no tocados de corrupción, de ambición de poder y de tácticas de vía estrecha.

Derecho y Democracia entiende que es preciso alcanzar un nuevo y amplio consenso en el que se busque el terreno común: los objetivos con los que sintoniza la mayoría de los ciudadanos, de una u otra tendencia.  Se nos recuerda, al hilo de esa exigencia que el consenso de 1977-1978 no fue fácil, todos tuvieron que renunciar a algunos de sus planteamientos para alcanzar los acuerdos básicos que permitieron la etapa democrática más larga de nuestra historia. Hoy también somos capaces de lograrlo y abrir una nueva etapa de progreso y bienestar social. En mi opinión no debemos perder de vista la historia pasada, ni la realidad histórica actual -en el contexto europeo y global- para encarar el presente en vistas a un futuro viable, mejor en libertad e igualdades, y socioeconómico solidario.
La figura de Tomás y Valiente podría ser un referente para quienes, desde la Universidad, hemos defendido la educación y la docencia, la investigación y el análisis de la realidad, y la proyección social y la política transformadora.
Sigamos, pues, en la defensa del Bien Común por encima del Bien Individual, y del Interés General por encima del Interés particular. Ese es el gran reto del momento que, en no pocas ocasiones, exige situarse en el corazón de las fronteras del sur o en la perspectiva de las mayorías populares de la Humanidad para denunciar un mundo sin corazón, y en el imperativo de reconocer como negativos los altos porcentajes de desigualdad y exclusión que obligan a renovar compromisos de solidaridad efectiva, conjugando en la justicia igualdad y libertad efectivas para mujeres y hombres, cualquiera que sea su procedencia, condición o situación, cultura, religión e ideología.
 

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