Después de la caída del Muro de Berlín, hace 25 años, se inició un ciclo que se resquebrajó hacia 2007/2008 por una crisis del sistema económico-financiero y de valores sociales, éticos y políticos. Derribamos un muro y se construyeron otros muros y vallas no para dejar salir sino para no dejar entrar en este supuesto paraíso que, sin embargo, ante el malestar de la situación presente, y por exigencias, tal vez del "super-yo" anhelan materializar la utopía (ideal imaginario sin ubicación) en un lugar concreto, territorio, patria o pueblo.
Desde finales de 1975, la España que Ortega consideraba "invertebrada" se trató de vertebrar por medio de un consenso constitucional transformador que llegó hasta donde llegó en el Estado de las Autonomías (1978) y, además, con la defensa de ciertos derechos fundamentales a la luz de los Derechos Humanos (de 1948). Ahora, tras una paz duradera y un Estado Social y Democrático de Derecho, nos encontramos con una "España Desvertebrada" y no sólo con casos concretos de corrupción sino con un sistema corrompido e índices de paro y de economía subterránea impresentables.
Los "nacionalismos" (sea el español, el vasco o el catalán u otros) no siempre defienden los derechos humanos ni del conjunto ni de las minorías. Pero, dicho eso, la encuesta-consulta realizada en Cataluña el 9N vale como sondeo de opinión a estudiar por provincias, en relación con el censo real y la población real (con gran presencia de foráneos e hijos de foráneos). Y, a la vista de la persistencia de "deseos prohibidos" por la legalidad (considerada por una parte de catalanes como "Autoridad Externa"), conviene plantearse cómo vertebrar en libertad, igualdad, solidaridad y justicia la convivencia presente y futura.
En mi opinión deberían producirse dimisiones de altos representantes por falta de Ética, facilitar nuevas elecciones generales del Estado y también elecciones en las distintas Comunidades, para poder encauzar una nueva correlación de fuerzas capaces de dialogar, negociar y consensuar acuerdos que afronten los retos de una nueva transformación del sistema democrático actual, con una clara separación de poderes y una mayor democracia real y no sólo formal.
En su tiempo Kant pareció certero en considerar el federalismo integrador y solidario, así como los Estados Confederales, como sistema estructural conveniente para garantizar la paz perpetua y la Justicia. Tras la encuesta catalana por afianzarse como Estado, con independencia o sin ella, tal vez fuera bueno repensar la propuesta de Kant y, además, tener en cuenta lo que Thomas Piketty indica en sus conclusiones sobre Das Kapital a principios del siglo XXI: Para poder controlar el capitalismo, hay que ser consecuentes con la democracia, y en particular en el ámbito europeo, en donde los pequeños países, pronto minúsculos a escala mundial, por vía de repliegue nacional o nacionalista sólo pueden llevarnos a frustraciones y decepciones mayores que las de la propia Unión Europea no concluida.
Conviene, pues, repensar las potencialidades de la Federación y Confederación de Estados en la Unión Europa, más allá de tendencias anarquistas -legítimas en su afán de libertad- y más allá de los instintos irrefrenables que no ocultan ante el "super-yo" personal o comunitario la persistencia de los deseos prohibidos.
Dado el malestar de la situación española, del que el 9N de la encuesta catalana no es sino una manifestación pública más del gen "egoísta" que todos llevamos dentro, el problema tiene una clara vertiente psico-social y política que desborda el marco de la legalidad establecida. Conviene, pues, abordar los hechos cuanto antes: ¡Dimisiones, ya! ¡Elecciones Generales, ya!
Buenas tardes
ResponderEliminarJosé..., lo primero estoy totalmente de acuerdo contigo,lo segundo con el separatismo no vamos a ninguna parte, tercero tirando cada uno por su lado no hay nada que hacer, trabajando todos juntos se puede solucionar esta situación,y luego a ver a quien se le enciende la bombilla ,que hay mucho asesor que lo único que hace es calentar la silla, gracias y saludos cordiales.
ISIDRO
Gracias a ti Isidro. Más supongo que tu propia experiencia laboral lleva a esos convencimientos.
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