La Rábida es una especie de montículo o "morro" desde el que se divisa la confluencia de los ríos Tinto (que baja de las Minas hacia Niebla y su desembocadora en San Juan del Puerto y Huelva) y El Odiel (que nace en la Sierra de Aracena y baja hacia el Oeste, hasta llegar a Gibraleón, hacia su desembocadura en la Ría por Las Marismas). La Rábida es una pequeña atalaya que mira hacia el mar abierto, hacia el atlántico, hacia el horizonte del mañana. Su monasterio, Monasterio Franciscano -a pesar del vocablo árabe- es el referente de aquella gesta marítima, descubridora, de 1492, que convierte el enclave en Patrimonio de la Humanidad.
En la Rábida se han producido acontecimientos históricos relevantes. Por ello, y gracias a aquel inevitable choque de civilizaciones, tras la colonización vinieron las independencias, y también el deseo de estudiar los procesos históricos de los pueblos de ambas orillas del Atlántico. De ahí que se creara la Universidad Hispanoamericana de la Rábida, transformada ahora en Sede Iberoamericana de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA). La Rábida fué además el embrión (en su Colegio Universitario) de la actual Universidad de Huelva. Sin embargo, hay que resaltar también la lucidez que en su día tuvieron los responsables políticos de la Diputación Provincial de Huelva al impulsar la iniciativa de la Revista Rábida, que ahora llega -tras una larga andadura- al número 28.
En este número 28, en cuya presentación del día 1 de julio, me he despedido como Vicedirector, pueden verse como tres bloques temáticos: Las relaciones de Cuba con España, su incidencia en Centroamérica, y las relaciones con Alemania durante el período de la Guerra Civil Española; los procesos históricos de distintos páises Iberoamericanos; y los temas sectoriales entre los que quisiera señalar los ejemplos de Desarrollo Local y Regional, la cuestión de Chiapas, la importancia de las mujeres ("Las Manuelas") en la Independencia de Ecuador, y las dudas de un inmigrante colombiano, joven Doctor en Geografía por la Universidad de Sevilla, experto en flujos migratorios, que se pregunta: ¿me voy o me quedo?
En la revista Rábida -sobre todo en su última andadura, incluso después de haber cesado su Director, el Doctor en Historia Pablo Tornero- se podrá constatar el afecto, de las personas que formaron el Consejo de Redacción, hacia Cuba. Desde "Rábida", pues, nuestro afecto, solidaridad y mejores deseos hacia Cuba. Pero dicho eso, personalmente, quiero decir que, desde muy pronto (años 68-70), fuimos conscientes que la Teoría de la Revolución debía ser remplazada, en su caudillaje y dictadura, por la praxis de la Revolución Cultural, reto todavía pendiente -desde una Teoría de Transformación Social y Política-. No somos fundamentalistas de la Democracia, a veces más formal que real, pero sí defensores por igual de la libertad y la igualdad.
"Gaudete", pues (Gaudeamus igitur), si es verdad que, por fin, en Cuba, en la querida Cuba, se liberan a más de 50 presos políticos, gracias en parte a la muerte del albañil Zapata, el 23 de febrero de 2010 tras 85 días de huelga de hambre, gracias a la prolongada huelga de hambre del periodista Guillermo Fariñas, gracias a la tenacidad de las Damas de Blanco (Madres de Presos Políticos), y gracias también al buen hacer diplomático tanto de la Jerarqía Católica Cubana (en la persona del Cardenal Jaime Ortega) como del Ministro de Asuntos Exteriores de España (en la persona de Miguel Angel Moratinos, tan estoico como humanista frente al choque de ideologías, culturas o civilizaciones).
Desde Rábida, enhorabuena para Cuba. Personalmente, tanto a la revista Rábida como a Cuba les deseo un horizonte histórico de Diálogo, de Interculturalidad y de Esperanza, pero que se materialice en realidades de carne y hueso. En este momento, tal vez un franciscano de aquella orilla, Leonardo Boff, pudiera ser una buena atalaya. Los españoles sabemos de las falacias y corrupciones sistémicas de las Democracias, pero sabemos también de los errores, horrores y crímenes de los Imperios, y de los errores, horrores y crímenes de las Dictaduras.
José Mora Galiana
Creí que no se iba a mencionar la importancia de las Damas de Blanco, pero sí se ha tenido presente. Ellas son la Madre Tierra, al igual que las Mujeres de Mayo o que las mujeres negroafricanas, fuertes, constantes..., decididas y resueltas. "Ellas" son una gran esperanza en el mundo gitano, en el Islam, en la vida. "Ellas" apuestan, ante todo, por la vida.
ResponderEliminarA la vista de lo que va ocurriendo, me acuerdo de mi abuela Consuelo, viuda de un médico y madre de un hijo - mi padre - y tres hijas - nuestras entrañables tías, a las que la guerra civil y la educación al uso les paró el reloj de la vida -. La abuela transmitió aquello de que las cosas se pueden hacer bien, mal o regular. Mi padre, miticuloso contable y virtuoso del pentagrama, que cantaba las sumas largas como notas musicales, me decía: "procura hacer las cosas muy bien para que salgan bien; pues si las haces bien saldrán regular y si las haces regular saldrán mal. Si las haces mal serán una cagada".
ResponderEliminarEfectivamente, muy bien por las Damas de Blanco de Cuba ... y regular mal para D. Fidel y sus atlateres, en el crepúsculo de la vida.
El "dominio" es un modo corrupto de gobernar, tan corrupto como los vertidos de crudo en el Golfo de Méjico, donde también queda patente el dominio del capital internacional.