Hoy, día tradicional para conmemorar el amor divino y humano, desde la simbología del cordero familiar y el pan compartido para toda la Comunidad Humana, puede ser el día indicado para publicar la segunda parte de nuestro trabajo conjunto, en el contexto de un pueblo de vecindad en la Sierra Onubense, cerquita de Aracena.
El texto es del tenor literal siguiente:
II.- “VILLA-ALDEA” (1959/1960) y la vida local de Los Marines
José Mora Galiana
La Revista “Villa-Aldea”, a modo de
Boletín Parroquial de cinco y a veces de seis páginas y hasta siete, apareció
por primera vez el “domingo 30 de agosto del año del Señor, 1959”, haciéndose
eco de la procesión de la Divina Pastora (cuya novena introdujo D. Juan
Flaviano), y concluyó su andadura serrana (con el nº 50), el 11 septiembre de
1960, cuando ya el padre José Luis, estaba en Riotinto (siendo su corresponsal en
Los Marines Victoriano) y se acordaba del pueblo, diciendo: “En Los Marines,
durante estos días, se celebra la novena de la Virgen de la Gracia que culmina
el 11, con el voto. La afluencia de los marineros a la iglesia, por la noche
fue aumentando de día en día. El rosario nocturno, llevados sus faroles por
hombres, ha tenido este año una singular seriedad. El 8, la imagen de la Virgen
recorrió diferente trayecto que otros años, pues subió a los barrios altos, por
las empinadas cuestas, a hombros de sus hijos…”
El conjunto de la
revista “Villa-Aldea”, legado de patrimonio documental en la historia de las
mentalidades, en los hechos y noticias de la “intrahistoria” de Cortelazor y
Los Marines, y de las aldeas de Corte Rangel y Castañuelos, pero también de
Aracena… y de la Provincia de Huelva, me he atrevido a dividirlo en tres
partes: La primera, del 30 de agosto
al 25 de diciembre de 1959, en la que -fijados los objetivos de la revista-, se
ríe y se llora, se dan noticias lugareñas, se hacen comentarios sobre las
mismas, y se reflexiona sobre la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, y
se apuesta por la mejora de las comunicaciones y servicios, además de dialogar
–desde dentro- con mentalidad cristiana y católica, incluso con el niño que
parió la Madre María, en un pesebre. La
segunda parte abarca desde el 1 de enero (nº 19 de la revista, con el lema:
“Año Nuevo Vida Nueva”) hasta el 29 de mayo de 1960 (nº 38, que concluye con la
“Charla del aldeano con el gobernador de los gobernadores”). La tercera parte, en el segundo semestre
de 1960, empieza en el nº 39, el 5 de junio, con “una editorial para ricos y
otra para pobres”, por aquello de que “¡todavía hay clases!”, y termina el 11
de septiembre de 1960 (en el nº 50) porque “Villa-Aldea” cambia de hogar.
“Sonriendo entre lágrimas se marcha sin alejarse, aunque parezca una paradoja”.
Veamos, pues, aspectos de la vida de Los Marines en cada una de estas partes:
- El reto de las comunicaciones y servicios
El primer reto fue la
propia difusión de la revista “Villa-Aldea” (al estilo de una hoja parroquial,
pero interesada, por ejemplo, desde el primer número, en que la línea de
teléfono de Los Marines y de Cortelazor se pusiera en funcionamiento cuanto
antes). Ya en el nº 6 (página 6) se da a conocer un artículo de Amalio García
Arias, publicado en el diario madrileño “El Alcazar”, el 23 de septiembre de
1959, a modo de carta, dirigida al Señor Director de “Villa-Aldea”.
La revista reseñaba
noticias y acontecimientos o costumbres de la vida de Los Marines: desde la
muerte del sacristán Marcelino –rodeado en su lecho de sus cinco hijos-, y el
fallecimiento de Eugenia González Romero (el 3 de septiembre de 1959, por la
tarde) hasta las actuaciones de Norberto, el alcalde, en pro de la sana
convivencia (ver, por ejemplo, los nºs 15, página 2; y 16, página 4), incluyendo la procesión de la Virgen de
Gracia y los “vivas” de la “señá Salú” (nº 3, página 2) o las actividades de la
“Tómbola de Caridad” y el bautizo de Ascensión Velo Rodríguez, el día 16 de
mayo, así como la presencia de D. Miguel, “el bondadoso arcipreste de Cumbres,
hijo de Los Marines … y… la cantidad de comuniones que hubo el día del voto
entre los hombres” (nº 4, páginas 2 y 3)
. La revista es, sin duda, una fuente para desgranar realidades muy vivas en aquel entonces, constatar el
esfuerzo por mejorar situaciones concretas respecto a la mentalidad y la vida
aldeana –en defensa de los pobres-, y para ver el empeño en mejorar las
comunicaciones y los servicios que se prestaban tanto en salud como en
educación.
Dentro de los
servicios y comunicaciones, indicar la familiaridad de “Villa Aldea” con el
médico Don Emilio Sánchez y con Don Antonio Martín (de Aracena), el nombramiento de Victoriano, “el de David”,
como nuevo cartero de Los Marines, y la existencia de un hermoso grupo escolar
a estrenar (nº 4, página 4), así como las mejoras de la carretera de Cortelazor
(que quedó para servicio de todos la segunda semana de octubre); la puntualidad
de D. José Peña, “el veterano maestro del pueblo” en el inicio del curso
escolar el 16 de septiembre (nº 5, página 2), las actuaciones teatrales en la
localidad; la luz, y el teléfono que unió a Cortelazor con Los Marines “y ambas
villas con el resto de España” (con la inauguración oficial, por parte del
“Excmo. Sr. D. Hernán Pérez Cubillas, Gobernador Civil de Huelva, acompañado
por el Ilmo. Sr. D. Francisco Zorrero Bolaños, presidente de la Diputación
Onubense, y diversas autoridades” -nº 5, página 6- ).
Señalar también historias
personales, como la del joven organista Jorge –discípulo de Basiliso, el
veterano en Aracena-; la de Corazón, lectora de “Villa-Aldea”, a sus 82 años,
que llevaba 32 años inválida en la cama (ver nº 8, página 2); y otras,
referidas a aportaciones para el teléfono, el día del Domun y las Misiones (nº
7, página 3), las suscripciones de la Revista (que llega a Sevilla, Madrid y
Zaragoza, Alicante, Valencia, Barcelona, Bilbao, Canarias, Huelva y Jaén;
Francia, Suecia, y allende los mares: en Estados Unidos, Colombia y Argentina),
o la celebración de la fiesta de la Inmaculada (ver el nº 15).
Esta primera parte
concluye, el 25 de diciembre de 1959, celebrando la Navidad, invitando al
aldeano que se ponga a la escucha de Dios, y diciendo, a modo de charla del
aldeano con el niño Jesús: “Me gusta que eligieras una aldea. Que tu madre sea
una aldeana y San José de pueblo. Y cuando os veo así a los tres, me alegro de
ser aldeano” (nº 18, página 6).
2.- Año Nuevo Vida Nueva
Con el nº 19 de la
Revista, se continúa riendo y llorando, se destaca como noticia que en las
Misas del Gallo de Los Marines y Cortelazor, al besar al niño se llenaron las
bandejas de monedas; se comenta que hay que mejorar la Farmacia de Los Marines
y se ensalza la buena gestión de la Tómbola.
El nº 20, del 10 de
enero, sobre todo en la página 6: “Diálogo del hombre enfermo con un
Hombre-Dios que agonizó en una cruz”, el propio “Peporro”, es decir, el padre
José Luis, “Villa-Aldea”, nos revela su propio ser y su talante existencial:
“¡Dios! ¡Qué año viejo y qué año nuevo me has hecho pasar!... He visto dos
guerras. Sé lo que son las heridas. Pero… ¡sangre por la boca! Eso es como la
Muerte que te coge y que te aprieta. Como la vida que se te escapa en cada
borbotón de sangre. .. Estaba limpio… Salía del confesionario. Y, sin embargo,
tuve un miedo horrible… Me fui al sagrario y allí… hablé contigo… Ahora te he
visto agonizar, Dios, en mí mismo. Ahora…”. En el nº 22, del 24 de enero, en el
“Diálogo del aldeano con Cristo…” ( página 5) nos transmite una afirmación
rotunda, desde la fe, por la propia experiencia: “Nacemos igual, vivimos igual,
nos morimos igual que siempre… Pero al menos Tú viniste para que pudiéramos
vivir y morir de muy diferente manera. Si no lo hacemos, culpa nuestra es.”
Pero… ¿cuál fue la causa de aquella tos que –según describe- produjo como una
ola de sangre que hervía subiendo por la garganta? El hecho (según el nº 20,
página 2) es que “El Dr. Suarez, de Riotinto, y D. Antonio Martín padre, fueron
en visita amistosa a ver al Peporro… Uno le prohibió el tabaco y el otro el
vino… Peporro empezó a protestar, y entonces le dejaron a leche. Por malo…”.
En el nº 24 (de 21 de
febrero), página 2, se vuelve a la vida cotidiana: una referencia a la vieja
Salud, a la que se le regala una muñeca para que se entretenga en hablar con
ella; y la anécdota del extravío de un sobre con 1.300 pesetas que gracias a
Rosarito Moya, devota de San Antonio, apareció pero con 1.400, dinero que
estaba destinado a pagar gastos de tómbolas.
El nº 25, del 28 de
febrero, en la página 2 se dice: “De la tómbola de Los Marines se han recaudado
casi 5.000 pts. Por cierto que, -como unos caballeros- hemos pagado todo lo que
debíamos de Farmacia, que no era, al menos para nosotros, una suma pequeña
precisamente.”
En el nº 27, del 13
de marzo, en la parte de “Noticias y Comentarios”, en honor de tres quintos de
Los Marines, se adelantan las siguientes obras de teatro: “La loca”, un juguete
cómico interpretado por Rosarito Durán, Encarnación y Mercedes Vázquez, Daniela
Bermejo y Mari-Tere Peña. “El terrible Homobono” por los niños Teófilo y
Eulalio Sánchez, Filiberto López, Fidel González, Rafael y Domingo Muñoz, Sixto
Sánchez, Urbano Corbacho, Luis García y Pablo Sánchez. “La lugareña” por las
mismas niñas. La niña huerfanita”, por los parvulitos Consuelito Corbacho y
María de Gracia Romero. Un baile regional titulado ”Capullito de Rosas”… y
luego, como fin, los dos carikatos infantiles Urbano Corbacho y Sixto Sánchez”.
Respecto a una
referencia a la denominada actualmente “memoria histórica”, decir tan sólo que,
en el nº 32, del 17 de abril, al hilo de la romería de la Coronada (en
Cortelazor), y de la antigüedad del archivo parroquial, en la página de
actualidad se narra lo siguiente: “Cuando la revolución roja, solamente en
Corte Rangel quemaron la Iglesia. En Cortelazor, vinieron por la parte de
Cumbres los rojos para quemar el templo, pero el más destacado izquierdista
local se puso en la puerta de la iglesia con un trabuco en la mano… En Los
Marines, el que hacía de alcalde, que era un izquierdista muy bueno, se fue con
Claudio a Cumbres a rescatar a D. Miguel, cura nacido en el pueblo y al que le
habían pegado un tiro en su parroquia… Total, que los oficialmente malos, se
portaron estupendamente”. Quizás, sobre esos datos, convenga contrastar y completar
esa parte de la pequeña Historia de los pueblos serranos.
3.- En el segundo semestre de
1960
El nº 39 de la
Revista Villa-Aldea comienza con el editorial para ricos, en el que en el
contexto propio del nacionalcatolicismo, se critica a los “ricachoncetes” que
se desentienden de la Cáritas Parroquial e incumplen las Leyes sociales del
Estado. Ahora bien, en “Editorial para pobres ignorantes” se manifiesta
lo siguiente: “El odio de los ricos y los poderosos no nos duele. Nos da risa.
Pero el caso es que también, por decir la verdad y obrar en verdad, nos creamos
el desamor de los humildes. Y eso sí que nos duele”. Hay desde el nº 39 toda
una dialéctica entre ricos y pobres, y el binomio bondad y maldad, poniendo
como referente a “un tal Jesús de Galilea” que se metía con los fariseos
hipócritas (ver nº 41).
Las críticas de
Villa-Aldea y su modo de entender y decir la verdad en aquel entonces
producían, sin duda, su “pequeño revuelo” –sobre todo en Aracena-, al igual que
la propia revista, en sí misma, a la que estaban suscritos escritores como Tico
Medina –vinculado al periódico Pueblo- y José María Gironella (ver nºs 47 y
48). Gironella, conocedor de las clases sociales y de la guerra civil española,
en 1953 ya tenía publicado el libro Los
cipreses creen en Dios. De hecho, quizás el “pequeño revuelo” formado con
motivo de los editoriales para los ricos y para los pobres, fuera uno de los
motivos del traslado del padre José Luis a las Minas de Riotinto (ver “Charla
de VILLA-ALDEA con Dios”, en el nº 43, de 24 de julio).
Mientras el Director
de la revista recibía amenazas y anónimos, la vida en Los Marines seguía con
normalidad: “Los Marines se lleva la palma en la venta de números de Lotería
aldeana. Los niños han sido los héroes. Urbano se dedicó a cantar flamenco por
las tascas para conseguir vender billetes” (nº 40, página 4); la “Biblioteca
circulante” tendría su sede en la casa parroquial, bajo la dirección de D.
Ignacio (nº 41). Salud decía enérgicamente: “Escribiré al Padre Santo de
Huelva” –refiriéndose al Obispo- (nº 44, página 5). Con motivo del día de la
“Divina Pastora”: “Los muchachos de Los Marines estrenan una obra para las
Cáritas parroquiales… [y] obtienen una buena taquilla, que, después de pagarle
al Braulio diez duros por poner el tablado y otros gastillos, dejan limpias mil
pesetas. La Piedad, contenta…” (nº 47, página 3).
La Cátedra ambulante
de la Sección Femenina, para los primeros días de septiembre, siendo la
Delegada Provincial Doña Carmen Granell, se dejó al arbitrio de “VILLA_ALDEA”;
se echó a suerte, para ser imparciales, entre Los Marines y Cortelazor, y a
pesar de que el padre José Luis era muy amigo del alcalde Norberto, salió
Cortelazor (nº 48, página 2).
El nº 49, en
“Comentarios y Noticias” se narra la intervención rápida de la Benemérita para
combatir un fuego, así como la “emocionante intervención del pueblo en masa”,
siendo el alcalde de Aracena, Don Victorino Orcajo, el director de las
operaciones de extinción. A Aracena, se dice, “con la que nos metemos con
frecuencia y muy a gusto, nuestras excusas… y… nuestra felicitación” (ver
página 2). En Los Marines (página 4) se habla del nuevo párroco, D. José María
Camacho Prieto, nuevo vicedirector de la revista. La página 5, con la que
concluye este número de la revista que habla de Dios y de los hombres… se
titula “Charla del pastor de guarros, con Cristo”.
En el nº 50, del 11
de septiembre de 1960, “VILLA-ALDEA cambia de hogar. Sonriendo entre lágrimas
se marcha sin alejarse, aunque parezca una paradoja”.
CONCLUSIONES Y PROPUESTAS:
Las conclusiones y
propuestas son propias de “VILLA-ALDEA”, aunque ya sea “VILLA-ALDEA MINERA” o,
simplemente, su referencia histórica: “VILLA-ALDEA seguirá trabajando” (nº 45),
contra la muerte y en pro de la vida en plenitud –ahora desde otra perspectiva,
democrática, pero con el mismo sentido "comunitarista"-.
Balance
En el nº 48, exactamente al año
del primer número de VILLA-ALDEA, se hace un balance, en los siguientes
términos:
“¿Qué
ha hecho la revista en un año? Muy poco, desde luego. Pero a donde no llegó la
luz ni el teléfono ni el sacerdote ni el médico, ni siquiera el recaudador de
contribuciones, allí fue la revista y sigue yendo.
Los teléfonos
aldeanos, la Farmacia inter-parroquial, la reconstrucción de iglesias, la
atención a los necesitados, el transporte de enfermos, fueron obra de la
revista.
Llegó, si no a todos,
a muchísimos hogares. Con los dedos de una mano se podrían contar en algún
pueblo la familia que no lo adquiriera”.
La revista tenía sin
duda sus detractores: “Curiosamente, la gente humilde y sencilla y la
intelectual bien formada, fueron los apologistas de la revista.
Curiosamente, una
parte de piadosos tradicionales y de poderosos sin cultura se convirtieron en
detractores. Curioso, muy curioso” (nº 48, página editorial).
Desde nuestro punto de
vista fue un instrumento informativo y formativo, de impacto, en su contenido,
con una opción clara en beneficio de la comunicación y el bienestar de las
personas y las familias aldeanas, dentro de un contexto religioso y social en
el que era propio del ministerio sacerdotal la defensa de los mandamientos de
Dios y de la Iglesia, administrar los
sacramentos, y favorecer las celebraciones festivas, introduciendo el sentido
de la caridad y la ayuda a los más necesitados.
Propuestas
La Educación de
calidad al servicio de toda la Comunidad Humana, a todos los niveles
formativos, ante todo y sobre todo, así como la Salud Pública, la cobertura
social y la farmacéutica; la mejora de las comunicaciones, las
infraestructuras, e internet al alcance de toda familia y de toda persona, ya
sea hombre o mujer, persona rica o pobre, de muy culta ciudad, de capital, de
pueblo, o de aldea.
Y una petición universitaria: Extensión de la Formación Profesional Superior en la Sierra y Cátedra "Naturaleza y Persona", bajo el referente de "Arias Montano"...
Esas nos parecen las
propuestas actualizadas que defendería “VILLA-ALDEA”
Carlos, a Enrique, que también conoció a «Villa-Aldea» le ha parecido genial tu aportación
ResponderEliminarCarlos, a Enrique, que también conoció a «Villa-Aldea» le ha parecido genial tu aportación
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