Gracias a cuanto me ha aportado el profesor amigo Juan Francisco Ojeda Rivera, catedrático de Geografía en la UPO, me atrevo a afrontar en un Foro de Comunicación y Debate, en Camas (Sevilla) la pregunta que formula esta entrada: ¿Qué está pasando en Latinoamérica?
Desde enero de 2009 a enero de 2019, América Latina ha ido
cambiando en su tonalidad política,
impulsada desde sustratos “pretorianos” y “elitistas” hacia opciones neoconservadoras y neoliberales
individualistas frente a los sistemas de
otro signo “comunitarista”, más o menos democráticos o más o menos totalitarios, según los casos
(ver Le Monde, nº 780-66e année. Mars
2019, pág. 1 y 10-11: La droite dure à la manoeuvre: Où va l´opposition au
Venezuela?, de Julia Buxton, y el gráfico “Vague bleue en Amerique Latine” de
Cecile Marin).
Desde otras perspectivas, Leonardo Boff, a finales de
febrero del presente año, nos decía, desde Brasil, que la actual crisis
política social reclama profetas, pues si se mantiene el camino abierto de Temer (del
Tener, digo yo) profundizado por el ultraliberalismo que domina el confuso gobierno de
Bolsonaro y se imponen las reformas propias del mercado competitivo y nada
cooperativo, Brasil puede transformarse en una nación de “parias”. Desde
España, José Arregi, recordando los tiempos en que el 24 de marzo de 1980 fue
asesinado Oscar Romero, que sigue vivo en su pueblo, invita a combatir los
abusos de poder –causa principal de toda violencia-, desde la esperanza, la
fortaleza y la justicia de forma rebelde pero no violenta.
Quizás hay una pregunta previa a la formulada desde el Foro de Comunicación
y Debate: ¿Qué está pasando en Latinoamérica? La pregunta se formuló incluso en
un libro de 2018: “¿Debe importarnos América Latina?” (1). Ambas preguntas son
pertinentes, tanto si queremos promover la liberación integral, al modo de
Ignacio Ellacuría- optando políticamente por los medios organizativos más aptos-,
como si, optimistas en nuestro mundo cada vez más complejo y multipolar, al
modo de Josep Piqué, se mira en todas direcciones, y de modo especial hacia la
convergencia del desarrollo humano integral del Atlántico, Europa y África.
En este sentido, me resultó encomiable la mirada serena de
François Houtart, fundador del Centro Tricontinental (CETRI), en la Universidad
Católica de Lovaina, y que abordaba desde la preocupación medioambiental hasta
la crisis de la hegemonía global o el policentrismo geopolítico (2). De hecho, América Latina está afrontando en pleno 2019 un proceso de profundas
transformaciones políticas y económicas. Este año, en verdad, puede marcar un
punto de inflexión en la región de una gran parte del Mundo Occidental si
tenemos en cuenta, entre otros, los siguientes aspectos:
- La ola azul indicada en el conjunto de la región –frente a opciones anteriores supuestamente liberadoras, pero con sus contradicciones.
- El primer año de Bolsonaro en Brasil y la situación del Partido del Trabajo.
- López Obrador en México, y sus problemas internos y externos.
- La crisis política y económica en Venezuela, y su situación internacional a favor de Maduro, o en contra (a favor de Guaidó), y a favor del diálogo o en posición ambigua.
- Las tensiones sociales en Centroamérica y la cuestión migratoria con Estados Unidos, bajo el gobierno de Donald Trump.
- Los condicionantes de los intereses internacionales, sobre todo de Rusia, China, y Cuba, respecto a Estados Unidos, Canadá y Europa.
- Y otros factores propios de cada país, ya sea en México, en Centroamérica y El Caribe, o en la diversidad de América del Sur, en donde operan factores geopolíticos, sociales, económicos, ideológicos, culturales e incluso religiosos.
América
Latina ha despedido el año 2018 como uno de los años de mayor intensidad
política y convulsión de las últimas décadas.
A
lo largo de estos meses han emergido algunas cuestiones que marcarán el devenir
de la región en el presente 2019. En primer lugar, los problemas que tienen en
principio un alcance nacional, pero que pueden generar repercusiones imprevisibles
en la zona; y, además, los temas que afectan a varios países a la vez, para los
que aún no se ha ofrecido una solución completa.
El
carácter heterogéneo de la región ha quedado nítidamente reflejado
recientemente. Países con un desempeño económico muy positivo, como Chile,
Bolivia, Colombia, República Dominicana o México, cohabitan con otros en una
fase de crisis aguda, como Venezuela, Argentina o Brasil. En el mismo sentido,
existen Gobiernos que apuestan por una integración regional marcada por la
liberalización de los mercados, mientras otros dirigentes buscan primar la
unidad política, lo que lleva a choques entre modelos contrapuestos, como la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América —impulsada por
Venezuela— o UNASUR frente a otros acuerdos y organizaciones, como la Alianza
del Pacífico o MERCOSUR. Los datos, no obstante, conviene actualizarlos no sólo
desde el punto de vista económico sino conforme a los índices de desarrollo
humano (IDH).
RIQUEZA
NATURAL EN LATINOAMÉRICA
¿Y SIN EMBARGO?...
Invitamos,
pues, a abordar este tema complejo, con el fin de suscitar reflexión y
aportaciones en torno a tres puntos:- La rica diversidad natural de una vasta región del continente americano, conjugando la escala de lo real y lo diverso
- Los hitos históricos que han ido conformando la territorialidad política actual dependiente y desigual
- La coyuntura actual y sus fenómenos más sobresalientes en la dimensión social: en educación, salud, igualdad y libertad, etc.
Nos interesa Latinoamérica por ser territorio hermano dentro de
la Gran Comunidad Humana, pero también por su historia y el peso mundial que
tiene ahora –de población y territorio- en el conjunto del Desarrollo Integral
de la Humanidad. ¿Dónde puede estar el secreto de las tendencias del futuro
inmediato? Quizás en cuál sea realmente, en la práctica, el fetiche del
desarrollo: el fetiche jurídico del capital (economicista e individualista) o
el fetiche cultural del Bien Común, comunitarista y socializante, (3).
Para terminar, una referencia al final del libro de Pedro Baños: El dominio mundial. Elementos del poder y claves geopolíticas (2018), "Un mensaje de esperanza":
"La conflictividad social vivida en el pasado, y que todavía persiste, debería vacunarnos contra ella de una vez por todas. Para conseguir un mundo más armónico ... se hace necesario un cambio de mentalidad. Hay que abandonar el individualismo y el egoísmo y dirigirse hacia un modelo que contemple a todo y a todos los que nos rodean, los cuales deben ser parte intrínseca de uno mismo. Los programas educativos tienen que aunar tecnología y humanidades, para evitar convertir a los seres humanos en cíborgs o robots. La persona no puede perder su esencia, aquello que una máquina no puede ni tampoco nunca debe tener: moral, conciencia, valores. La voluntad humana no puede llegar a ser sustituida por un aparato, porque, de suceder así, quizá nos encontraríamos ante el final de la existencia de la especie humana...
El mundo nos ha conectado y debemos vernos como parte de un todo diverso y unido. Una solución personal es temporal si no es para todos..."
Para terminar, una referencia al final del libro de Pedro Baños: El dominio mundial. Elementos del poder y claves geopolíticas (2018), "Un mensaje de esperanza":
"La conflictividad social vivida en el pasado, y que todavía persiste, debería vacunarnos contra ella de una vez por todas. Para conseguir un mundo más armónico ... se hace necesario un cambio de mentalidad. Hay que abandonar el individualismo y el egoísmo y dirigirse hacia un modelo que contemple a todo y a todos los que nos rodean, los cuales deben ser parte intrínseca de uno mismo. Los programas educativos tienen que aunar tecnología y humanidades, para evitar convertir a los seres humanos en cíborgs o robots. La persona no puede perder su esencia, aquello que una máquina no puede ni tampoco nunca debe tener: moral, conciencia, valores. La voluntad humana no puede llegar a ser sustituida por un aparato, porque, de suceder así, quizá nos encontraríamos ante el final de la existencia de la especie humana...
El mundo nos ha conectado y debemos vernos como parte de un todo diverso y unido. Una solución personal es temporal si no es para todos..."
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- (1) Piqué, Josep: El mundo que nos viene (2018), DEUSTO, Barcelona, páginas 173-190.
- (2) Últimas obras de François Houtart (Bruselas, 1925- Quito, 2017):"Africa codiciada. El desafío pendiente" (2007); "De los bienes comunes al bien común de la humanidad" (2012); "El bien común de la humanidad" (2013); "El camino a la utopía y el bien común de la humanidad" (2014); "El camino a la utopía desde un mundo de incertidumbre" (2015).
- (3) Ver Salamanca Serrano, Antonio: El fetiche jurídico del capital: hegemonía global mediante los estudios de Derecho (2016), IAEN, Quito, capítulo 4: “Los estudios de Derecho en América Latina y el Caribe”, páginas 79-89
Magnífica charla-coloquio del profesor José Mora. En FOCODE estamos muy satisfechos de haber escuchado y conocido a una persona tan sabia.No queremos perder contacto con él.
ResponderEliminarGracias por la invitación y vuestras aportaciones. Faltaría una visión desde la propia realidad latinoamericana, siempre compleja, dinámica y abierta. El futuro, como suele decir Antonio Salamanca Serrano, no está escrito. JMG
ResponderEliminarJuan Francisco, espero tu comentario
ResponderEliminarQuerido Pepe: Gracias por tu mención y me dio pena no acompañarte a esa charla-coloquio. Yo hubiera efectuado una primera pregunta cuya respuesta no suele resultar tan evidente como en principio se piensa: ¿Cuáles son las claves para entender a un subcontinente tan vasto como América Latina? Y desde mi deformación profesional como docente de Geografía hubiera explicado con mapas que espacial y naturalmente Latinoamérica es afortunada pero pobre, porque histórica y actualmente ha sido y sigue siendo expoliada de sus recursos naturales. Y que hay muchas diferencias entre los distintos ámbitos latinoamericanos. En cualquier caso, comparto tus planteamientos y sigo dispuesto a colaborar contigo siempre. Salud, suerte y un abrazo de tu amigo Juan F. Ojeda Rivera
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