El renacer de la cultura política me parece un hecho, así lo he hecho constar en "Buenas Noticias".
Estábamos como adormilados, bostezando. Ahora, cuando vuelve la movida, conviene recordar que las estériles luchas de una política formalista e hipócrita no ayudan al renacimiento efectivo. Necesitamos de profesores que sean maestros, y también políticos, que ayuden al despliegue de las alas del espíritu, desde dentro, desde la Ética -como repetía una y otra vez Aranguren... y también Francisco Giner de los Ríos-. Sin Justicia Social, y sin Justicia Universal, no es posible un desarrollo humano en plenitud. Sin Ética, el cogito cartesiano se queda cojo.
Ayer me ocurrió algo sorprendente: fui a recoger el libro Un andaluz de fuego (Francisco Giner de los Ríos), que tenía encargado con motivo del 28 de febrero, día de Andalucía, y me dijo el librero que su precio eran 3€. Está claro que, como nos decían los clásicos y nos recordó Antonio Machado, es de necios confundir valor y precio.
En el contexto actual de tantas tensiones y cambios acelerados, tal vez por ello, reafirmo lo siguiente:
1) Lo razonable sería encauzar las aguas revueltas, entender aquello de vox populi vox Dei, y volver al renacimiento de una Cultura Política Transformadora, teniendo en cuenta que la información y las telecomunicaciones llegan a todos los rincones.
2) Urge un reequilibrio de cohesión social y económica, y una acogida del denominado "Ascenso del Sur" que, desde 2013, nos plantea las exigencias de un nuevo marco de gobernanza mundial y regional que responda al supuesto potencial y desarrollo integral e integrado. Pero que responda también a las voces y actores de movimientos mundiales que demandan su representatividad como sociedad civil, nuevas instituciones y mecanismos de diálogo y participación activa.
3) No basta con que el desarrollo sea cuantitativo y productivo; el desarrollo tiene que ser integral y sostenible. El desarrollo tiene que ser más y más humano.
4) Un paro del 15, del 22 o del 30% es estructuralmente injusto. Dicha realidad obliga a nuevos contratos sociales y al renacer de la cultura política en el espacio público y en el espacio social y democrático de Derecho.
5) Los cuatro pilares fundamentales sobre los que debe asentarse la sociedad moderna son: Salud y Servicios Sociales; Educación, Ciencia e Investigación; Desarrollo Socio-Económico y Empleo; Ética, Formación Profesional y Cultura.
6) Sin Ética mejor ni pensar ni actuar, me ha repetido siempre un venerable maestro.
Para la Agenda post-2015 de los Objetivos del Milenio, en los retos de la Justicia y la Libertad respecto al desarrollo humano, hay algunas recomendaciones que obligan a un cambio radical de la Economía para ponerla al servicio de toda la Comunidad Humana. Mejor invertir en Salud que en armas; mejor invertir en Educación, Escuelas y Tecno-Ciencia aplicada al agua, a la luz y a la producción de bienestar que en adoctrinamientos fanáticos, pseudo-religiosos y edificios sacros, sacralizados, o suntuosos, palacios y palacetes... Mejor erradicar la pobreza y lograr la redistribución la riqueza que acapara y acumular bienes y capital en muy pocas manos. Mejor transitar efectiva e institucionalmente hacia una relación ecológica con la Naturaleza y hacia una economía internacional justa, social y solidaria en la producción de bienes y servicios –incluidos los financieros-, así como hacia un comercio justo, sin discriminar a las mujeres ni provocar crecientes desigualdades por motivos o pretextos inconfesables respecto de los "otros" -personas como nosotros-.
Urge enfocar el desarrollo en la línea de los derechos humanos y los derechos emergentes (mayor igualdad, participación democrática activa y respeto a la Naturaleza) para guiar las opciones políticas hacia el Bien Común en vez de buscar el lucro individual insolidario y depredador.
Concluyo: "Sin Justicia Social, y sin Justicia Universal, no es posible un desarrollo humano en plenitud. Sin Ética, el cogito cartesiano se queda cojo" La modernidad quedaría trunca, falta, hueca. “Porque somos, pensamos y actuamos” puede ser el emblemático renacer de la Cultura Política. Porque somos plenamente, y porque somos-con los-demás, pensamos y actuamos desde un compromiso ético, social y político.
Pepe: ¿Te acuerdas de los Anales de Moral Social y Económica? En 1975 se publicó "Desarrollo y Justicia Social". Un maestro tuyo, Rafael González Moralejo, escribió sobre La Justicia en el Desarrollo y estableció seis criterios de reforma para aquel contexto: 1) régimen jurídico de la propiedad privada; 2) reforma de la propiedad sobre la tierra; 3) los salarios; 4) el sistema fiscal; 5) el sistema de la seguridad social; y 6 la reforma de la política monetaria y financiera.
ResponderEliminarSaludos desde Valencia
Gracias, compañero. Conservo del Obispo Rafael ese escrito y, entre otros, su libro sobre el Bien Común (de 1956), y aportaciones al Concilio Vaticano II y un comentario de interés, que sigue siendo actual. Fue un hombre que trabajó por la Transición. Ahora seguro que plantearía la necesaria regeneración ética y política.
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