Allá por los años de 1976/77, Ignacio Ellacuría impartió un curso que se titula
“Condicionamientos materiales del conocimiento objetivo” y que son posteriores
a la “Introducción crítica a la antropología filosófica de Zubiri”.
Más tarde, en 1984, se mecanografiaron como cuadernos unos cursos que
llevan por título Filosofía de la
realidad histórica, y que se convirtieron en libro a partir de 1990, tras
los asesinatos de 1989. En el capítulo quinto de dicho libro se aborda “la
estructura dinámica de la historia” de máxima actualidad. Tanto el material primero, inédito, como el segundo, publicado en la UCA de San Salvador y en la editorial Trota de Madrid, pueden ayudar en el esfuerzo de lograr un conocimiento más objetivo -aunque siempre subjetivo- de la realidad.
Hoy, dar a conocer tanto los inéditos sobre el
conocimiento que se quiere objetivo, como los elementos o fuerzas que
intervienen en la realidad histórica, puede ser un aporte valioso en el
quehacer de superar la crisis económico-financiera, política y de valores, que
no sólo es local o regional sino global o mundial.
En efecto, en los "Condicionamientos materiales del
conocimiento humano", se tiene en cuenta lo biológico (siguiendo a Piaget), lo psicológico (teniendo presentes a Merlau-Ponty, Jung y Freud); los condicionamientos socioculturales (sin olvidarse del totemismo), y los socio-económicos y políticos (sin obviar el fetichismo de la mercancía ni la "construcción social de la realidad").
El curso inédito al que se alude creo que es importante para el conocimiento y análisis de la realidad. Pues, para
Ignacio Ellacuría tanto la idealización como la ideologización pueden y deben
ser superadas desde planteamientos filosóficos claros sobre la unidad de lo
biológico y lo intelectivo, de lo orgánico y lo psíquico, y también desde un
análisis de los distintos elementos fuerzas que inciden en la realidad
histórica y sus procesos de transformación y cambio.
Los elementos
para el análisis de la realidad histórica (que se puede consultar el libro Filosofía de la realidad histórica, capítulo
quinto, apartado 2) invitan a tener en cuenta condicionantes y fuerzas tales como como:
1) la Naturaleza, sus recursos naturales y el Medio
Ambiente;
2) las fuerzas biológicas, etnias y razas... y la vida de las
personas;
3) los talentos y dotes psíquicos, la ambición, la autoconciencia, la
realización personal y colectiva, y las distintas capacidades y posibilidades
de capacitación;
4) los condicionantes sociales (grupos de presión y de interés,
clases, desigualdades reales, costumbres, prejuicios, y movimientos de
transformación);
5) los intereses económicos, las fuerzas productivas y
extractivas, y el poderoso don Dinero o el fetiche mercantilista;
6) las expresiones culturales
(plásticas, literarias, musicales…) y el desarrollo de la influencia religiosa,
su poder y sus capacidades y limitaciones;
7) el conocimiento
científico-técnico y su aplicación práctica;
8) el desarrollo político y jurídico;
9) el Poder Político, los Estados y Federaciones de Estados, y el posible
Gobierno Mundial; y
10) las opciones y decisiones personales de líderes históricos o de personas (científicos como Galileo, literatos...y hombres y mujeres) con incidencia en los procesos históricos.
10) las opciones y decisiones personales de líderes históricos o de personas (científicos como Galileo, literatos...y hombres y mujeres) con incidencia en los procesos históricos.
Con estos u otros elementos de análisis, tratando de ser objetivos, podríamos adentrarnos por La vía para el futuro de la Humanidad, que nos propone - en nuestra segunda década del siglo XXI- Edgar Morin. Biológicamente somos como somos:
animales humanos, pero aparte del conocimiento primario tenemos también no sólo
capacidad lógica y matemática, sino capacidad de entendimiento, de pensamiento
y de avance objetivo a partir de la experiencia. Me parece, no obstante que hay una condición previa, personal y colectiva:
partir de la verdad de la realidad y de la disposición a incrementar la
capacidad del pensamiento humano mirando el Bien Común de la Humanidad.
Romper estructuras fruto
de un proceso histórico en los ámbitos social, político y jurídico podría ser
regresivo. Pero, sin duda alguna, es necesaria una gran regeneración teniendo
en cuanta el paradigma de la Comunidad Humana y del Bien Común de toda la
Humanidad.
La realidad histórica es,
en sí misma, realidad abierta e innovadora, y en su dinamismo tiene un carácter
de praxis o de faciendum, pues lo alcanzado o ya hecho (sea un sistema educativo,
sanitario, social, económico, religioso o político) es sólo una parte de la
realidad. Por ello es también muy importante no sólo ver y analizar lo hecho
sino ver lo que se está gestando, lo que se está haciendo (ejemplo: ONU, Fondo Monetario Internacional, nuevo Banco de los BRICS...), y tratar de vislumbrar lo mucho que queda por
hacer, más allá de la economía de la guerra.
Pep: Ten en cuenta también lo escrito por Habermas en 1965 sobre "Conocimiento e interés": el interés técnico (de las ciencias empíricas y analíticas); el interés práctico (de las ciencias histórico-hermenéuticas; y el interés liberador o emancipatorio (de la filosofía).
ResponderEliminarPG
No decaigas Pep. Mayor Zaragoza sigue erre que erre... y dice: "Ya, progresivamente, ciudadanos del mundo. Mujeres y hombres, todos juntos, todos distintos, unidas las manos y las voces para proclamar que el tiempo de la sumisión, de la soledad, del aislamiento, de la obediencia... ha terminado. Mantened la antorcha bien alta.
ResponderEliminarRamón