sábado, 23 de agosto de 2014

HACIA UN CONOCIMIENTO MÁS OBJETIVO

          Allá por los años de 1976/77, Ignacio Ellacuría impartió un curso que se titula  “Condicionamientos materiales del conocimiento objetivo” y que son posteriores a la “Introducción crítica a la antropología filosófica de Zubiri”. Más tarde, en 1984, se mecanografiaron como cuadernos unos cursos que llevan por título Filosofía de la realidad histórica, y que se convirtieron en libro a partir de 1990, tras los asesinatos de 1989. En el capítulo quinto de dicho libro se aborda “la estructura dinámica de la historia” de máxima actualidad. Tanto el material primero, inédito, como el segundo, publicado en la UCA de San Salvador y en la editorial Trota de Madrid, pueden ayudar en el esfuerzo de lograr un conocimiento más objetivo -aunque siempre subjetivo- de la realidad.


Hoy, dar a conocer tanto los inéditos sobre el conocimiento que se quiere objetivo, como los elementos o fuerzas que intervienen en la realidad histórica, puede ser un aporte valioso en el quehacer de superar la crisis económico-financiera, política y de valores, que no sólo es local o regional sino global o mundial. 
          En efecto, en los "Condicionamientos materiales del conocimiento humano",  se tiene en cuenta  lo biológico (siguiendo a Piaget), lo psicológico (teniendo presentes a Merlau-Ponty, Jung y Freud); los condicionamientos socioculturales (sin olvidarse del totemismo), y los socio-económicos y políticos (sin obviar el fetichismo de la mercancía ni la "construcción social de la realidad").
 
          El curso inédito al que se alude creo que es importante para el conocimiento y análisis de la realidad. Pues, para Ignacio Ellacuría tanto la idealización como la ideologización pueden y deben ser superadas desde planteamientos filosóficos claros sobre la unidad de lo biológico y lo intelectivo, de lo orgánico y lo psíquico, y también desde un análisis de los distintos elementos fuerzas que inciden en la realidad histórica y sus procesos de transformación y cambio.
 
          Los elementos para el análisis de la realidad histórica (que se puede consultar el libro Filosofía de la realidad histórica, capítulo quinto, apartado 2) invitan a tener en cuenta condicionantes y fuerzas tales como como:
 
1) la Naturaleza, sus recursos naturales y el Medio Ambiente;
2) las fuerzas biológicas, etnias y razas... y la vida de las personas;
3) los talentos y dotes psíquicos, la ambición, la autoconciencia, la realización personal y colectiva, y las distintas capacidades y posibilidades de capacitación;
4) los condicionantes sociales (grupos de presión y de interés, clases, desigualdades reales, costumbres, prejuicios, y movimientos de transformación);
5) los intereses económicos, las fuerzas productivas y extractivas, y el poderoso don Dinero o el fetiche mercantilista;
6) las expresiones culturales (plásticas, literarias, musicales…) y el desarrollo de la influencia religiosa, su poder y sus capacidades y limitaciones;
7) el conocimiento científico-técnico y su aplicación práctica;
8) el desarrollo político y jurídico;
9) el Poder Político, los Estados y Federaciones de Estados, y el posible Gobierno Mundial; y
10) las opciones y decisiones personales de líderes históricos o de personas (científicos como Galileo, literatos...y hombres y mujeres) con incidencia en los procesos históricos.

Con estos u otros elementos de análisis, tratando de ser objetivos, podríamos adentrarnos por La vía para el futuro de la Humanidad, que nos propone - en nuestra segunda década del siglo XXI- Edgar Morin. Biológicamente somos como somos: animales humanos, pero aparte del conocimiento primario tenemos también no sólo capacidad lógica y matemática, sino capacidad de entendimiento, de pensamiento y de avance objetivo a partir de la experiencia. Me parece, no obstante que hay una condición previa, personal y colectiva: partir de la verdad de la realidad y de la disposición a incrementar la capacidad del pensamiento humano mirando el Bien Común de la Humanidad.
          ¿Para qué?
           Para acometer, de una vez, las políticas de la Humanidad
           Para establecer reformas en el pensamiento y en la educación
           Para las reformas en salud, hábitat, agricultura, alimentación, consumo y trabajo
           Y para abordar la calidad de vida moral, familiar, de la mujer y el hombre, de la infancia, la adolescencia, y la juventud, y también del envejecimiento y la vida de las personas mayores.            
             Romper estructuras fruto de un proceso histórico en los ámbitos social, político y jurídico podría ser regresivo. Pero, sin duda alguna, es necesaria una gran regeneración teniendo en cuanta el paradigma de la Comunidad Humana y del Bien Común de toda la Humanidad.

            La realidad histórica es, en sí misma, realidad abierta e innovadora, y en su dinamismo tiene un carácter de praxis o de faciendum, pues lo alcanzado o ya hecho (sea un sistema educativo, sanitario, social, económico, religioso o político) es sólo una parte de la realidad. Por ello es también muy importante no sólo ver y analizar lo hecho sino ver lo que se está gestando, lo que se está haciendo (ejemplo: ONU, Fondo Monetario Internacional, nuevo Banco de los BRICS...), y  tratar de vislumbrar lo mucho que queda por hacer, más allá de la economía de la guerra.

2 comentarios:

  1. Pep: Ten en cuenta también lo escrito por Habermas en 1965 sobre "Conocimiento e interés": el interés técnico (de las ciencias empíricas y analíticas); el interés práctico (de las ciencias histórico-hermenéuticas; y el interés liberador o emancipatorio (de la filosofía).
    PG

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  2. No decaigas Pep. Mayor Zaragoza sigue erre que erre... y dice: "Ya, progresivamente, ciudadanos del mundo. Mujeres y hombres, todos juntos, todos distintos, unidas las manos y las voces para proclamar que el tiempo de la sumisión, de la soledad, del aislamiento, de la obediencia... ha terminado. Mantened la antorcha bien alta.
    Ramón

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