jueves, 17 de abril de 2014

HACIA EL BIEN COMÚN DE LA HUMANIDAD

Hace apenas un mes François Houtart, en Sevilla y a sus 89 años, nos mostraba una posible vía hacia El bien común de la Humanidad. El tema, publicado como libro en Quito (Ecuador), en 2013, tiene hoy actualidad con motivo del lavatorio de los pies y la última cena del Jesús histórico, en el contexto de la pascua del cordero, y del dominio del Imperio Romano, en cuyo momento histórico se nos legó el mandato de amarnos los unos a los otros (Jn., 13, 34) reafirmando así el imperativo de la fraternidad y el servicio a la comunidad.

¿Por qué no es sostenible la lógica actual del capital mercantilista y financiero? Porque acrecienta desigualdades entre los seres humanos, porque considera a la Naturaleza como una mercancía más, filón de recursos explotables, porque lleva al agotamiento progresivo de los recursos disponibles (incluido el petróleo); por la privatización de los bienes comunales y también de los servicios públicos; por la contaminación del aire y de las aguas (incluidas las marinas); por el maltrato en las relaciones laborales; porque unas 400 multinacionales dominan el 75% de la Economía mundial; por la degeneración de la Democracia -reducida a lo puramente formal-; y porque cualquier alternativa no pasa por el acuerdo fraterno de la Humanidad, hasta ahora sujeto pasivo de la Historia, sino por los "lobys" más poderosos - operantes incluso en la agro-energía-.
Un nuevo sentido del desarrollo humano integral exige redescubrir el valor de la vida, pues el desarrollo ni es crecimiento lineal ni es inagotable ni es proceso dialéctico. La realidad misma es compleja y dinámica cuyas posibilidades se pueden actualizar de un modo o de otro conforme a las facultades y capacitación del animal humano, en cuanto que personas con autoconciencia individual y colectiva.
A largo plazo, aunque el modelo socialdemócrata no transforme de raíz el sistema estructuralmente injusto del capitalismo financiero dominado por unos pocos, parece que la política post-liberal se va agotando por no disminuir sino acrecentar las diferencias entre las personas humanas.

¿Cuál puede ser la esperanza de una Humanidad Nueva?

Frente a un paradigma de crucifixión y muerte, no cabe sino crear un paradigma de vida, hacer valer la libertad pero también la igualdad respecto al acceso de los bienes; es decir, compartir el pan. Y, por supuesto, lograr una extensión de la democracia real a toda persona y a todo pueblo. Ello pasa por la promoción del diálogo y el respeto a la diversidad-

Esencial: sentirse no sólo individuo sino parte constructiva del conjunto de la Comunidad Humana.

¿Cómo lograr institucionalizar este proyecto? Esa es la cuestión principal.


2 comentarios:

  1. El 18 falleció Gabriel García Márquez. Era escritor excepcional y un hombre "comunitarista". Por eso nos dice Mayor Zaragoza: "Ha fallecido una persona excepcional. Pero permanece en cada uno de nosotros. Se alojará, para que todos podamos ir a verle, en Macondo. Era "su pueblo". Ahora ya es, para siempre (!), el de la humanidad entera.

    PG

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  2. Muy bueno, Don José, como todo ló que escribes! Lo acabo de leer. Y le voy a mandar el enlace a un amigo, antiguo compañero

    ES

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