sábado, 29 de marzo de 2014

CONSTITUCIÓN TRANSFORMADORA DE CONSENSO

La Constitución de 1978 fue transformadora y de consenso. Ya entonces se limitaron derechos fundamentales para dar más cancha a distintas opciones de gobierno en la aplicación de los principios rectores de la política social y económica (recogidos en el capítulo III del Título I). Los poderes facticos (las Fuerzas Militares, las Fuerzas Económicas, la Monarquía, y la Iglesia Católica, sobre todo) tenían gran peso. Se nota en los distintos Títulos de la Carta Magna. Pero hoy es otro el momento histórico. ¿Acaso no queremos renovar la convivencia en el marco europeo? ¿Acaso no queremos conjugar lo local con lo global?
 
Si queremos renovar la convivencia, si queremos evitar el llamado "choque de trenes" (respecto al Título VIII), y si se quiere reafirmar la dignidad humana, garantizar la separación de poderes, y revisar y ampliar derechos fundamentales, nacionales, comunitarios y humanos, lo suyo es releer, revisar y reformar la Constitución desde el Título X al Título I. Pero reformar la Constitución, lograr de nuevo una Constitución Transformadora implica consenso: dialogar, ponerse de acuerdo  y operar en consecuencia. La iniciativa legislativa puede corresponder al Gobierno, pero también al Congreso y al Senado, también a la solicitud política de las Comunidades Autónomas, también al pueblo soberano de la Nación Española en su conjunto... El Gobierno no puede querer ser el Todo Poderoso. La Democracia no destruye la Democracia. A la Democracia la destruye la Dictadora de uno, de unos pocos... o de un Partido (no nos olvidemos ni del fascismo ni del totalitarismo bolchevique).
 
Hoy no estamos ante un capitalismo terrateniente o industrial, ni en la dialéctica del amo y el esclavo, pero sí ante un capitalismo financiero que pretende privatizarlo todo y supeditar la política a la Crematística (administración del Capital para que el dinero engendre dinero), obviando que la Economía no debe sino administrar rectamente los bienes de la comunidad y la riqueza pública.
 
Democratizar la institución de la Corona, democratizar interna y externamente a los Partidos Políticos, garantizar la separación de poderes. Lograr una Administración moderna y profesional, limitar el poder desde el Derecho, legitimar las actuaciones. Supeditar la Economía a la Política que garantice la protección social. Reafirmar el Poder Judicial Autónomo, profesional, imparcial... Retomar la Carta de los Derechos Fundamentales, tener en cuenta la realidad de la UE y actualizar los Derechos Humanos, es imprescindible.
 
Somos lo que somos-en-el-Mundo
 
 
 
Lo del Título VIII y la Reforma Federal del Estado o la reforma del Senado y el Congreso en cuanto a representatividad territorial y real, "va de soi" -como dicen los franceses-. Podría incluso contemplarse la posibilidad de la Federación Ibérica. Pero hay que dialogar, ponerse de acuerdo y actuar para lograr una Nueva Carta Magna Transformadora. En ello, lo he dicho en otra ocasión, el Rey debiera estar a la altura de los tiempos y dejar paso... Es la generación del Príncipe Felipe la que debe abrir la nueva etapa histórica de futuro y de esperanza, por sí misma, por España y por la Humanidad -tal como reza el himno andaluz-. Los jóvenes, mujeres y hombres, tienen derecho a establecer el nuevo marco de la convivencia en España, en Europa y en la Humanidad.
 
¿Cuál son las asignaturas pendientes? 1) La Educación de la Conciencia Personal y Comunitaria, 2) La Prevalencia del Derecho y la Justicia sobre el Poder; 3) Más Democracia en todos los ámbitos e instituciones. La Democracia se mejora con más Democracia, con más Justicia, con más Derecho, con más conciencia individual y colectiva, con más responsabilidad por parte de toda persona humana.

1 comentario:

  1. Che Pepe: Diles a Mas o a Rajoy eso de que "somos-en-el-mundo"...

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