viernes, 7 de diciembre de 2012

LOS PATRIARCAS TAMBIÉN MUEREN


     Oscar Niemeyer Soares (1907-2012), arquitecto, ha muerto como el patriarca Abraham, de viejo. En Dakar, al presentar el proyecto urbano Bamako 2030, se ha tenido un especial recuerdo hacia este genio brasileño (de Río de Janeiro), gran maestro de la arquitectura, comunitarista amante de las curvas estéticas y de los amplios espacios públicos.

      Los Patriarcas, creyentes o increyentes, también mueren. Perduran en la memoria, y en los grandes espacios de reflexión y creatividad que crean y nos dejan como legado. En el caso de Abraham, invita al encuentro de distintas civilizaciones, desde aquellos orígenes mesopotámicos, desde aquel dejar tierra y parentela, en aquel Oriente Medio de entonces, de quienes son herederos, los hebreos, los griegos, los latinos, los cristianos, los islámicos, los renacentistas y los "ilustrados". En el caso de Niemeyer, invita al ideal, trascendente o no, de lo público, ideal en cuanto tal, pero de construcción material; ideal de multitud y de libertad, de pequeñez y de grandeza, de planificación, belleza y armonía (ejemplo: el diseño en 1956 de una ciudad entera: Brasilia, espacio abierto para el encuentro).

     Dicen algunos que no hay alternativas al mercantilismo liberal. Mienten. No es verdad. Esa afirmación es inmoral. No tiene en cuenta prole ni proletariado. Se quedan con las élites poderosas que no tiene en cuenta a la multitud de trabajadores; pero no reconocen a las élites creativas que transmiten el palpitar de la multitud. Dicen querer reducir al Estado a la mínima expresión. pero no es verdad, quieren fortalecer al Estado Policía y a la Economía de la Guerra. Lo que quieren reducir es el Estado Protector, el Estado de Bienestar: la Salud Pública, la Educación, los Servicios Sociales, los Derechos Laborales y la Seguridad Social. Quieren un Estado Fuerte, un Estado Rico, pero no un Estado que preste Servicios Públicos al conjunto de la Sociedad. Son inmorales. No quieren construir como Niemeyer sino destruir. No quieren dialogar como Abraham, buscando su lugar de convivencia por tierras egipcias o palestinas, sino que quieren imponer su poder económico, su dominio y su política de hechos, como ocurre con el actual Estado de Israel respecto de la Autoridad Palestina.

     Es verdad que los Patriarcas mueren. pero mueren de viejos y perviven en la memoria y en la herencia que transmiten.

      En Bamako hay un doble reto: construir la ciudad, y reconstruir la unidad en la diversidad de sus pueblos y territorios. Niemeyer puede ser un referente en la construcción futura de la ciudad, desde su sentido comunitarista y creativo. Abraham puede ser un referente en la reconstrucción de la unidad, desde la fe, el diálogo y la paz.

     Nuestros mejores deseos para Bamako 2030, para Dakar, para todas las grandes ciudades y para todos los pueblos de África, necesitados de conjugar valores tradicionales y valores de la modernidad, creativa,  científico-técnica, y necesariamente global y solidaria.

1 comentario:

  1. Me gusta.creo que es inportante que existan personas que nos dejen huellas como ellos que nos inviten a seguir....

    ResponderEliminar