lunes, 21 de marzo de 2011

DESDE JAPÓN

Amigos de una especial sensibilidad interior, me han hecho llegar una carta que, en medio del "maremagnum" que tenemos en el mare nostrum, obliga a centrar la mirada hacia la isla de Japón que la Naturaleza ha movido bruscamente, desatando todas las alarmas:

"Tal como habéis visto en la televisión hemos tenido un gran terremoto y un gigantesco tsunami en Japón... Mucha gente murió y muchos lugares han quedado destruidos. Seguimos vivos pero no sabemos qué ocurrirá hoy o mañana... La planta nuclear de Fukushima ... es el mayor problema ahora mismo. La situación es de exterma gravedad... Ha habido escapes de aire contaminado con material nuclear. Ese problema no es sólo de Japón sino de todo el mundo, debido a ese tipo de contaminación que puede afectar a medio planeta".

La carta es de Kunio, Mutsuko y Erika (desde Japan).

Una vez más coinciden la catástrofe natural -provocada por fuerzas que se nos escapan a nuestra comprensión racional del Universo- y la catástrofe derivada de las actuaciones humanas relacionadas con el "prometéico" afán de progreso.

Lo primero es la solidaridad interior pero efectiva ante la catástrofe natural, de destrucción y muerte de tantas y tantas personas. Lo segundo revisar las instalaciones nucleares de todo el mundo. Lo tercero reorientar el sentido del desarrollo humano. Una vez más, un tema local es punto esencial de reflexión y acción mundial.
De nuevo la necesidad humana postula la exigencia de un Gobierno Mundial que mire con rectitud y racionalidad por los intereses de todos los habitantes del Planeta Tierra, por el Bien, por el Bien Común, y por el bienestar y los Intereses Generales del conjunto de mujeres y hombres.

Lo ocurrido ayer y hoy en Libia (y lo que ocurrirá mañana) postulan una misma exigencia: ¿A dónde vamos unos y otros con la carrera de armamentos? ¿A dónde va tanta gente? se preguntaba mi madre cuando veía alguna película de guerra. Vamos, sin duda, a la destrucción..., al desencuentro..., a la muerte. Mejor sería entrar todos en un proceso de "deconstrucción" y reorientación constructiva de la Comunidad Humana ¿Cómo conseguirlo?

Decrecimiento, racionalidad, educación y solidaridad parecen condiciones necesarias para la salud y la supervivencia del futuro y del presente desarrollo humano.



José Mora Galiana

2 comentarios:

  1. Me ha gustado eso de "reorientar el sentido del desarrollo humano"
    Tu sobrina Carmen, que te sigue

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Carmen. Tu nombre y tu estilo de vida siempre me recuerda los jardines de la Alhambra de Granada, que invitan a escribir versos con fuerza de futuro

    ResponderEliminar