jueves, 7 de enero de 2010

Año Europeo Contra la Pobreza y la Exclusión Social

DESIGUALDADES Y EXCLUSIÓN
URBANA, DESDE ANDALUCÍA

Con motivo del Año Europeo Contra la Pobreza y la Exclusión Social, conviene tener muy en cuenta la Tesis de Francisco José Torres Gutiérrez Desigualdad, Segregación y Exclusión Social en Sevilla. El Paradigma Polígono Sur, fruto de una praxis directa en la realidad de las áreas urbanas desfavorecidas de Andalucía.

El autor observa, reflexiona, comparte y diagnostica, en vistas a una posible transformación, mediante un proceso de humanización en determinados espacios geográficos en los que intervienen e inciden las personas, las familias, las asociaciones, las entidades públicas y privadas; y los diversos condicionantes –incluidos los históricos, pero también los étnicos y culturales- y los intereses económicos.

El primum cognitum se inicia en la impresión de la realidad que producen las barriadas vulnerables y marginadas de las grandes urbes de Andalucía, y más particularmente, de la significativa y paradigmática zona del Polígono Sur de Sevilla.

Al final del trabajo, hay una cierta confianza, una cierta fe “a pesar de”, en el Plan Integral puesto en marcha tras su aprobación el 20/XII/2005 y también en las personas y en las entidades. Ese Plan Integral que debería llevar, de hecho, a cambios sustantivos –incluso en el espacio físico-, arranca de los cimientos del Plan Andaluz Para la Inclusión Social 2003-2006. Y en esos cimientos, uno de los operarios intelectuales era el entonces geógrafo universitario José Torres. Otros referentes intelectuales son su maestro Juan Francisco Ojeda Rivera –de análisis geográfico regional- y el sociólogo Manuel Pérez Yruela, cuyo equipo de investigación del CSIC de Córdoba realizó un gran trabajo sobre la pobreza relativa –grave y severa- y sobre los distintos grados de vulnerabilidad y de exclusión social.

De hecho, en la Evaluación del Plan para la Inclusión Social –demasiado oficial- (con Depósito Legal de 2008 y hecha pública en 2009), se reconocen las aportaciones de los distintos organismos y entidades, y se reconoce también el importante trabajo realizado por profesionales y técnicos de las Consejerías implicadas.

En los planteamientos básicos de la mencionada Tesis (cap. 1), predomina la mirada del geógrafo pero también la del historiador que capta la complejidad; que se deja impresionar por ella y que responde al estímulo por medio de un compromiso. En el debate científico actual (cap. 2) se abordan incluso las desigualdades urbanas en el contexto de la globalización económica y neoliberal-capitalista, apostando por una Geografía Crítica de corte y tradición radicales, desde una perspectiva humanista y humanizadora, es decir, solidaria y participativa. En el contexto regional (cap. 3) el Mapa (yo no hablaría de “Modelo”) territorial de la vulnerabilidad social en Andalucía no sólo mantiene su vigencia sino que se agranda con motivo de la crisis del sistema financiero y económico en el que vivimos. El capítulo 4, sobre claves geohistóricas de la segregación social y de las desigualdades urbanas en Sevilla, parece especialmente interesante. En dicho capítulo se constata lo importante que es para la formación humanista y para el geógrafo y analista el conocimiento histórico de cuanto condiciona la realidad del momento. Los temas de vulnerabilidad (cap. 5), de identificación y caracterización de Barriadas (cap. 6), así como el análisis del Polígono Sur (cap.7) suscitan recuerdos, momentos de entrega, de compromiso y de esperanza en poder cambiar la realidad social negativa.

Conociendo al Director de la Tesis y al propio autor de la obra, no resulta extraño que, en el epílogo, se haga una referencia al postulado filosófico de Ernst Bloch, El Principio Esperanza, puesto que Bloch consideraba que, en la realidad, se da una permanente mediación entre objeto y sujeto, en la que el sujeto desea combatir la negatividad, porque anhela el bien-estar y ser. Por ello se tiende a modificar, con esperanza, los condicionantes negativos u obstáculos que impiden o dificultan la libertad y la igualdad de todos. Introducir la referencia al “todavía no” de los textos de Bloch es como intervenir o provocar un diálogo que nos abre hacia un amplio horizonte histórico de la realidad histórica de Andalucía o más concretamente del Polígono Sur de Sevilla –en donde hay incluso una presencia universitaria significativa, gracias a la residencia Flora Tristán que alberga a estudiantes universitarios, especialmente hispanoamericanos-.

De todos modos la Esperanza tiene que fundamentarse en la constatación empírica y tiene que lograr transformaciones sociales y derechos subjetivos concretos.
Cualquier “mistificación” sería una evasiva. Por tanto, hay que comprobar que, además de la voluntad de verdad de la investigación científica –sin tergiversaciones ni dulcificaciones u ocultaciones cuando se hable de desescolarización, vivienda, paro, salud, pobreza (visible e invisible), asuntos sociales o exclusión-, es necesario constatar la voluntad de transformación por medio de los resultados en inserción sociolaboral, coordinación efectiva de las distintas administraciones, formación, educación, escolaridad y erradicación del analfabetismo; igualdad e igualdad de oportunidades; consolidación del sistema básico de los Servicios Sociales; mejora del habitar y acceso a la vivienda; atención preferente a colectivos desfavorecidos; prevención de enfermedades y atención sociosanitaria; desarrollo de la sociedad de la información; atención especializada al colectivo gitano, a sus mujeres y a sus mayores, pero también a sus niños y niñas; e integración normalizada de personas inmigrantes en la zona.

Ese es el reto al que nos lanza la Tesis Doctoral de José Torres: un camino hacia la denominada “ciudad inteligente”, en cuya gestión se reconozcan las ausencias y carencias (voluntad de verdad) y, por medio de (no “a través de”) un diagnóstico sobre la complejidad de lo real y de las potencialidades humanas, se llegue a un compromiso de actuación consensuada y eficiente (voluntad de transformación liberadora). En definitiva, ni la radiografía ni el ojo del geógrafo, en si mismo, son suficientes para cambiar la realidad histórica de la exclusión social. Tampoco la Ley de Inclusión Social, caso de que llegara a aprobarse. Pues en Filosofía del Derecho sabemos que lo Justo queda siempre más allá y más acá del Derecho Positivo. Pero esa Ley mostraría al menos la voluntad política de cambiar las cosas. ¿Es esa la Esperanza?

José Mora Galiana

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