Ante la situación actual del PSOE, un colega mayor que yo, compañero de no pocas lides, y amigo en el otoño de la vida, me ha remitido una toma de posición que hago mía y que transcribo tal cual, pues siempre tuve mucho respeto -desde que le conocí en Huelva como Director del Stella Maris- hacia el compromiso de Ignacio Palacios Esteban, hacia su sinceridad, y hacia su fortaleza, ahora debilitada tan sólo físicamente por el correr de la edad, pero respaldada con creces por su esposa Maribel, trabajadora social donde las haya.
MI POSICIONAMIENTO, a modo de manifiesto o testamento, dice así:
Son muchos
los socialistas que mantienen fidelidad
al PSOE. Están orgullosos de que el partido, con su vieja social-democracia,
haya contribuido, de modo determinante, a la transformación del país. La
democratización de las instituciones, el Estado de Bienestar, y la defensa de las libertades son el legado
del socialismo.
Ha habido
errores, corrupciones y miserias que se
están pagando con una gran sangría de votos y el desencanto de los ciudadanos.
La respuesta de los mejores socialistas no ha sido el abandono, sino un mayor
compromiso en la defensa y puesta en valor de su legado y en la dignificación
de la política
El
socialismo no solo tiene un abultado acerbo con gran fuerza de arrastre.
También tiene unos líderes históricos que han hecho posible la transformación
del país. Pero sobre todo cuenta con un
proyecto ilusionante y un equipo de mujeres y hombres honrados que se presentan
con las tareas aprendidas, avalados por
su trayectoria, experiencia personal y
un compromiso probado con una
política progresista de izquierdas y social-democrática, dirigida a los sectores más desfavorecidos de
la sociedad.
Los
socialistas no consiguieron en la anterior legislatura unir las fuerzas del
cambio para desalojar PP, y ahora tendrán que gestionar el resultado incierto
de unas elecciones bi-polarizadas. Están acostumbrados a afrontar,
a lo largo de los ciento treinta años de su historia, situaciones tan complejas
como la actual. Saldrán reforzados con el concurso de los militantes. En las dificultades, se maduran los
compromisos y las lealtades.
Yo, con mi edad y en mi estado, poco puedo
hacer. No pretendo crear controversia. Solo quiero que los compañeros que
tienen confianza en mí y me preguntan
-se preguntan- por mi compromiso actual, tengan constancia de mi
posicionamiento.
Ignacio Palacios, junio 2016
Querido Pepe:
ResponderEliminarMe acuerdo mucho de ti en estos días y ya veo en tu webb que te posicionas como Ignacio Palacios, a quien yo también admiro aunque no comparta vuestra incuestionable fidelidad al PSOE, como depositario único de una socialdemocracia a la que desgraciadamente ha renunciado hace ya cierto tiempo, perdiendo sus referencias fundantes...
Cuando tengamos tiempo nos vemos y echamos un diálogo peripatético.
Salud, suerte y un abrazo
JFO
Conviene intercambiar y dialogar. Se está cerrando un ciclo pero cabe abrirse a nuevas realidades de efectiva transformación social, económica y política
ResponderEliminarHe entrado otra vez en tu página, como lo hago habitualmente. Respecto al socialismo español, muchas veces he dado mi opinión, la última la puedes leer en "La seña del influjo alemán en la constitución española", que aparece en el apartado de Artículos (capítulo de Publicaciones) de mi Web, y ha sido incluido en un libro que será publicado próximamente por Editorial Académica Española, con sede en Saabrücken, Alemania.
ResponderEliminarFuertes abrazos y hasta pronto.
N
Queridos amigos:
ResponderEliminarsabéis que, en las elecciones pasadas, valoré las fuerzas emergentes, sobre todo porque incorporaron el voto ausente o desencantado al debate político. Confiaba en la capacidad regeneracionista, socialista (en libertad e igualdad)y en el potencial intelectual remozado. De hecho, firmé un escrito en favor del Pacto de Izquierdas, que no se pudo materializar.
En otro orden de tácticas políticas, lo de defender la lista más votada me parece matemáticamente facha. No obstante, aunque esté muy de acuerdo con lo que algunos decís respecto al PSOE Y ALGUNO/AS REPRESENTANTES DEL PASADO O DEL PRESENTE, por soberbias y autosuficientes, o por engreimiento y voluntarismo encorsetado y juvenil, me defraudó mucho una charla en la UPO de Monedero, que seguí muy atentamente y que me parecía mucho más táctica que estratégica y ansiosa, en su contenido ("super-man"), del poder por el poder (a lo Nietzsche), al precio que fuera, lo que luego vi teatralizado en el escenario público del Congreso y ante los Medios de Comunicación por parte de Pablo Iglesias, que poco se me va pareciendo al arcano Pablo Iglesias que yo leí y que algunas veces releo ahora - aunque siempre me atraía más la lectura de Julián Besteiro -. En ese sentido tengo que reconocer en mi persona un corte institucional, social y político que me viene de antaño y que es muy difícil de mantener cuando se entremezclan poderes e intereses bien distintos. Tenía mucha confianza en que el Parlamento, y la política discursiva en concreto, recobrara su lugar. Pero tuve que rendirme a la evidencia de lo sesgado, partidista y encorsetado. En este punto, coincidía con José Emilio Palacios, hermano de Ignacio, que no está del todo de acuerdo con su hermano, según me consta por conversaciones mantenidas, y cuya visión yo también respeto como coherente y honesta.
Creo que posicionarnos ahora con el PSOE es tener un cierto sentido, relativo como es lógico, de lo menos malo.
En mi blog, sigo a Viçens Navarro desde hace bastante tiempo. Tiene aportaciones muy certeras. Otras me parecen sesgadas y hasta "catalanistas", propias de mis primos hermanos..., un tanto narcisos, a veces, y crematísticos, pero renacentistas y demócratas - a su modo y manera- aunque no descubridores del Mediterráneo. Sobre todos estos temas sería muy conveniente intercambiar.
Yo no tengo ahora la necesaria confianza ni esperanza para defender una determinada opción. Pero sí me parece que deberíamos avanzar en política discursiva y en capacidad de diálogo para poder transformar la realidad negativa que ahora sufrimos por el dominio y predominio del mercantilismo cuantitativo capitalista que hace saltar por los aires la posible planificación, con sentido de lo público, de la cohesión territorial, económica y social.
Charlar e intercambiar sobre estos temas y sobre opciones más radicales merece la pena. Yo lo necesito.
¡Gracias por vuestras aportaciones J Fco. y Eugenio N!
José Mora Galiana
Pepe: Buenos días. ¿Has visto lo que ha escrito, ayer, Manuel Morillo sobre su pregunta sobre el mal menor?: ¿Es lícito no votar al mal menor?
ResponderEliminarCA
Por supuesto que es lícito no votar al mal menor. He visto el texto, que supone un esfuerzo de racionalidad del autor dentro de una determinada perspectiva. Con otros compañeros, yo prefiero aproximarme a la perspectiva de Aranguren sobre ética y política (ver Senatus Trianae: PROBLEMA ÉTICO DE LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA)
ResponderEliminarJosé Luis López Aranguren, en el capítulo XII de su libro Ética y Política, reflexiona sobre: “El problema de la Democracia”. Tras desvelar una doble insuficiencia de la ética política (por liberalismo individual interesado o por el optimismo de que la voluntad general vaya a ser siempre justa), concluye que no basta con un status democrático sino que es necesaria una lucha constante por la democracia, conjugando ética y política, pues de no avanzar en el sentido de la ciudadanía pública se retrocede en voluntad moral de liberación personal y colectiva.