Dijo Juan Antonio Carrillo Donaire, en su lección inaugural del curso 2015/2016, que comparte una afirmación y advertencia de Bertrand Russell anterior a la segunda guerra mundial: la única protección eficaz contra los radicalismos y contra los llamamientos demagógicos al odio es la Educación.
Comparto yo con Juan Antonio que la Educación es el mejor camino para profundizar en la Democracia y en la progresiva realización de un mundo en el que los seres humanos, sin distinción ni discriminación alguna, puedan disfrutar de la dignidad que les es inherente. El tema pasa a primera página de la actualidad ante movimientos migratorios que causan el hambre y las guerras y que exigen de la Unión Europea una respuesta conforme a Derecho.
En estos días, en un debate abierto en internet dentro del grupo del humanismo del siglo XXI, he invocado la tradición grecolatina y anteriores raíces culturales varias para acentuar el sentido de la Comunidad Humana, pues como dice Cicerón en su Libro I de Las Leyes, cuando uno intenta conocerse a sí mismo, cuando el espíritu conoce y cultiva las virtudes, cuando se siente unido a los suyos y a los demás; cuando contempla el cielo, las tierras, los mares, y toda la naturaleza...., se reconoce uno a sí mismo no como habitante de un determinado lugar, rodeado de las murallas de la ciudad, sino como ciudadano del mundo entero, visto como una sola ciudad... Y eso, precisamente eso, no el ser tal o cual y de tal o cual lugar excelso del mundo, es realmente extraordinario y "divino". Eso, precisamente eso, se lo debemos a la sabiduría, al amor de la verdad y de la razón, a la reflexión coherente. Eso, aunque no sea todo..., es maravilloso... y no tiene precio, y es valiosísimo para el presente y el futuro de la Comunidad Humana. En realidad, no sólo somos seres en el mundo sino que estamos haciendo historia en el tiempo. No estamos al final de la Historia. Estamos en los inicios. Tiempo al tiempo.
La lección inaugural de la Universidad Loyola, en Sevilla, llevaba por título "Libertad de expresión y discurso del odio: la construcción de la tolerancia". Consta de diez puntos: 1. La libertad de expresión en un mundo globalizado (lo que implica una reflexión sobre la democracia); 2. Los discursos del odio y, en particular, el anti-religioso (con el fin de combatir, desde la defensa de los derechos humanos, cualquier intento de estigmatización en contra de la dignidad humana); 3. Discursos del odio de inspiración religiosa (puesto que tampoco la libertad religiosa puede ni debe considerarse ilimitada); 4. Los modelos norteamericano y europeo (entre la tolerancia y las restricciones); 5. La protección penal frente al odio; 6. El miedo al terrorismo (punto de inflexión jurisprudencial); 7. La posición del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (con la justificación de ciertas restricciones en la libertad de expresión cuando es provocativa y vulnera el sentido constructivo de la tolerancia); 8. Las respuestas de Naciones Unidas (contra difamaciones religiosas); 9. La construcción de la Tolerancia (como respeto, aceptación y (lo que implica instalar el ideal de la igualdad en el ideal de la libertad).
Concluye Juan Antonio Carrillo la excelente reflexión afirmando lo siguiente: "ODIO E IGUALDAD SON CONCEPTOS ANTAGÓNICOS, SI NO NOS TRATAMOS COMO IGUALES, NUNCA SEREMOS LIBRES". Una afirmación clave para seguir en el camino y el reto de una Nueva Humanidad.
En muy gratificante encontrar personas que están "en sintonía" con el mundo de preocupaciones de uno. Y más aún poder compartir con ellas algunos momentos y reflexiones.
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