martes, 9 de abril de 2013

A JOSÉ LUIS SAMPEDRO


Cuando yo tenía apenas dos años y mi padre cerraba con llave su despacho para que no le cogiera alguno de sus libros, ya andaba por sus estantes un libro singular traducido por el entonces profesor adjunto de Estructura Económica Mundial, José Luis Sampedro: Curso de Economía Moderna (cuyo autor era Paul A. Samuelson). José Luis, como jóven profesor, tenía especial interés social en que se difundieran los conocimientos económicos.
Decía que, en nuestro país, y también en otros, el bachiller o alumno de enseñanza media y preuniversitaria sale de las aulas conociendo, por ejemplo, lo que es la calcopirita, pero sin haber recibido la menor información sobre lo que es un Banco. Suele ocurrir también, añadía, que son muchos los dedicados a materias ajenas a la Economía que llegan a lamentar, más tarde o más temprano, su falta de formación económica y desean remediarla. Incluso mi hermano Rafa que fue muy ducho en matemáticas podría ratificar ésto desde su vertiente psicopedagógica. No hablemos de gente de Historia o de Derecho.
A unos y a otros quería el profesor inteligente, pragmático y pedagogo iniciar en el conocimiento de la realidad económica y facilitar a la vez una visión general del mundo económico. Pues tenía claro que el moderno lector reclama libros donde estén recogidos los progresos realizados en los últimos años y donde se puedan encontrar referencias concretas a los grandes problemas nacionales y mundiales hoy discutidos incluso en la prensa diaria.
En las notas escritas por José Luis Sampedro -como traductor- hacía referencia en 1950 a Stanley Jevons sobre Economía Política. Decía: "No puede caber ninguna duda de que es extraordinariamente deseable difundir las verdades de la Economía Política entre todas las clases de la población y por todos los medios disponibles, pues de la ignorancia de esas verdades nacen, en su mayoría, los perores males sociales".
Atento a esas observaciones, tuve siempre interés de la mano de Ramón Tamames y otros, leer los libros sobre la Estructura Económica de España y la Estructura Económica Internacional. Recientemente, inmersos en la crisis de valores y la crisis económica y del sistema financiero, he tenido como referente y orientación "reformista"  el libro dirigido por José Vallés Ferrer: Economía Española. Aunque, personalmente, soy partidario de otra opción, representada por Vicenç Navarro. Esas y otras lecturas creo que se las debo a la mediación paterna que muy pronto me hizo caer en la cuenta de lo importante que era lo transmitido por José Luis Sampedro.
En efecto, yo trasladé, a mi vez, a los míos dos libros que me parecían muy sugerentes y asequibles de José Luis: El Mercado y la Globalización y Los mongoles en Bagdad, con la doble finalidad de indicar un referente de la economía solidaria frente a la economía de la guerra y, a su vez, saber interpretar críticamente los acontecimientos del presente.
Lo que acarrean las guerras, sean económicas o militares, es el hundimiento del orden en el caos, ahogar la esperanza en la incertidumbre, reemplazar el bienestar por el hambre, la necesidad o el malestar; acabar con la libertad de todos y la igualdad ante la ley, y sustituir la seguridad por el miedo.
José Luis, gracias por haber vivido con dignidad

4 comentarios:


  1. Muy certero el reconocimiento de Federico Mayor Zaragoza In memoriam: José Luis Sampedro

    Posted: 10 Apr 2013 05:37 AM PDT

    Dice así:

    Ha fallecido a los 96 años de edad José Luis Sampedro, humanista polifacético, economista, escritor, imaginativo, intrépido. Para cada análisis, para cada diagnóstico, tenía una propuesta de solución.
    Echaremos en falta su presencia, como la del también nonagenario Stéphane Hessel, que hace poco nos dejó así mismo. Pero queda su inmenso legado intelectual, su inagotable estímulo para la acción, para el compromiso. Nos queda su ejemplo, su estela transparente.
    Hoy requerimos con apremio esclarecer los sombríos horizontes en que ha desembocado la infinita codicia del neoliberalismo globalizador. Necesitamos luz y brújula.

    Leamos a José Luis Sampedro. Escuchemos sus mensajes. Conozcamos sus críticas certeras y apliquemos sus tratamientos.




    Ha sido un gran impulsor de la movilización ciudadana, de la conciencia global, promoviendo infatigablemente la transición de la fuerza a la palabra, de la condición de espectadores impasibles a personas implicadas.




    Mi inmensa gratitud a José Luis Sampedro, que permanece con nosotros, ya invisible, procurando sin cesar el clamor popular, la democracia genuina, la igual dignidad humana.

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  2. Querido hermano: Por alusiones me veo obligado a realizar algunos comentarios. El primero es meramente familiar ya que desconocía eso de cerrar el despacho para que no le cogieras ningún libro. Dicho así parece que ya leyeses en esa temprana edad. En todo caso sería para que no le arrancásemos ninguna hoja y nos la llevásemos a la boca. De todos modos supongo que ha sido una forma de situar la edad en la que nuestro padre se formaba en plan autodidacta y que dadas las circunstancias del fallecimiento de su padre, nuestro abuelo, claro, él no pudo acceder a la universidad, aspecto que hubiera sido su deseo precisamente por lo que la criticaba.

    Lo interesante aquí es el fallecimiento de una persona, José Luis Sampedro, que ha sabido como nadie asumir que la vida termina. Y, además el legado que ha dejado que estoy seguro continuará con gente de valía, de capacidad intelectual y de compromiso social. Las personas de ideas claras y sencillas explicaciones me llaman la atención. En contraposición en esta sociedad encontramos gente sin escrúpulos, arrogantes, petulantes y orgullosos que actúan como si el poder y la riqueza les permitiese vivir felizmente una eternidad.

    Es cierto que cuando los estudiantes salen de los bachilleres e incluso las carreras desconocen lo más elemental de funcionamiento social, económico, legislativo y otros aspectos, porque no es menos cierto que detrás de los planes de estudio, hoy currículos, se siguen ocultando intereses no manifiestos que interesa transmitir y en otros casos no manifestar. La falta de acción crítica y de investigación en la acción parecen tareas esfumadas...
    Un beso

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  3. Muchas gracias, Rafa. Más de una vez me ha salido el temperamento de Don Manuel con mis propios hijos cuando garabateaban en los libros o rasgaban alguna página. En mi alusión se junta ese sentimiento con recuerdos incluso más tardíos, cuando ya vivíamos, no en La Paduana, sino en la calle Mayor. Pero, en este punto, no importa la temporalidad ni el espacio concreto sino lo que tu dices, la conciencia de autoformación en diálogo con los libros.

    De la continuidad de José Luis Sampedro estoy plenamente convencido y ya conozco algunos jóvenes pensadores y economistas de esa línea de sencillez, rigor y claridad en sus análisis.

    En cuanto a la formación, me asusta tanto como el índice de paro el índice de abandono escolar. Y, además, sobre todo tras mi experiencia directa en Notaría, me preguntaba porque no se explicaba al alumnado de los últimos años de bachillerato o a los administrativos temas como la suscripción de una hipoteca, la importancia de un testamento, la herencia, la compraventa, la constitución de una sociedad mercantil, y otras cuestiones elementales para desenvolverse en la vida con cierto conocimiento de la realidad.

    Con este motivo, recibe un abrazo y un saludo extensivo a toda la familia

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  4. Magnífico Pepe. Gracias por seguir ahí y un fuerte abrazo.



    Manuel Eugenio

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