El libro del profesor Eliseo Aja que se ha presentado en el Instituto de Investigación Ortega y Gasset, y que se titula Inmigración y Democracia, es una obra maestra, fruto de unos quince años de permanente investigación que viene a ofrecernos una explicación general del fenómeno migratorio hacia España, examinando la regulación actual desde un punto de vista profundamente democrático, en el que se conjuga lo sociológico, lo normativo y los valores constitucionales.
Ante hechos como los que acontecen en las vallas de Ceuta y Melilla o los que sucedieron y siguen sucediendo en el Estrecho, por nombrar los más escandalosos, el libro de Eliseo Aja viene a ser como el Manual por excelencia.
El libro consta de doce capítulos, pero el propio autor considera que se puede dividir temáticamente en cuatro partes:
A) La Primera Parte describe la Inmigración, en general y en España, respectivamente (el capítulo uno trata el marco general, y el capítulo dos la regulación posterior a la Constitución de 1978, en tres fases: 1985, año 2000, y las reformas de la Ley Orgánica de 2009)
B) La Segunda Parte la conforman cinco capítulo: el tres se centra en la entrada y el control de las fronteras; el cuatro en la autorización de trabajo; el cinco en la autorización de residencia; el seis, en infracciones y sanciones -incluida la expulsión-; el siete en la autorización de residencia por causas extraordinarias y estatus especiales en su caso -para superar situaciones de irregularidad-.
C) La Tercera Parte incluye: a) los derechos y libertades del extranjero y los derechos civiles (capítulo ocho); b) los derechos sociales (capítulo nueve, tratando el tema de la educación, la salud, la Seguridad Social, los servicios Sociales y los derechos sindicales y laborales); c) los derechos políticos y en particular el derecho de sufragio que postula la reforma de la Constitución para que el sentido de ciudadanía sea plena y no sometida al principio de "reciprocidad".
D) La Cuarta Parte plantea, en los capítulos once y doce las líneas maestras de la integración social y los principios y las políticas públicas de la integración en el horizonte de la necesaria interculturalidad sobre la base común de los Derechos Humanos.
El libro termina con diez conclusiones:
1. Magnitud del cambio
2. Limitaciones del Derecho
3. Relaciones abiertas al futuro entre régimen jurídico y empleo
4. Alternativas a la expulsión
5. Reconocimiento de derechos, libertades y deberes
6. Necesario control y actuación para evitar la exclusión y los guetos
7. Integración Intercultural y Servicios Públicos Básicos
8. Garantía de los derechos y participación ciudadana y en foros sociales
9. Posibilidad de apuesta por el Desarrollo Integral y el Codesarrollo. Pues la inmigración no es el remedio contra la pobreza.
10. Modulación de la Política migratoria pero aplicación de reglas democráticas a todas las personas que residen en un determinado país
En España, con una inmigración de casi seis millones de habitantes (de los cuales practicamente un 50% son comunitarios), no vale volver la espalda a la realidad so pretexto de la situación de crisis económico-financiera. Lo que es necesario y urgente es perfeccionar la legislación conforme a derecho, incluyendo mayores dosis de integración, interculturalidad y participación ciudadana y política.
El que Alianza Editorial haya publicado este magistral libro, en estos momentos de clara recesión económica, evasión de capitales, paro, economía sumergida, y debilidad de los poderes públicos frente a los poderes económicos, honra su línea editorial y la valentía y firmeza de sus responsables.
Sin duda, hoy tienen muchísimo valor las iniciativas que nos lleven a poner en cuestión el estado de cosas en que nos vemos metidos. Cómo se està tratando el tema de la inmigración en tantos foros, es realmente indignante. Creo que todo aquel -persona, empresa o institución- que pueda hacer su aportación para que cada vez haya más gente que vea que es posible una "alternativa" tiene el deber moral de hacerlo. Y los demàs de agradecerles la valentía.
ResponderEliminarNo puc resistir, fer-te una salutació en valencià. Moltes gràcies, Pepe. I una abraçada.
ResponderEliminarMoltes gràcies, Rafa.
Me ha dado alegría ver tu comentario. Me ha hecho recordar inquietudes compartidas de antaño en las que sí sabíamos de emigración interna y externa,... de empresarios y trabajadores, pero ni siquiera podíamos pensar que ibámos a ser páis de inmigración ni tampoco que nuestra población fuera a rejuvenecerse gracias al mestizaje en el propio terruño.
Con Eliseo Aja tuve la suerte de compartir algún trabajo sobre derechos sociales y política migratoria con anterioridad a 2005. Es de los que piensan que existe una carencia de "masa gris" sensible a la ciudadanía, capaz de gestionar la diversidad, y de apostar por la interculturalidad, el diálogo y el consenso político. Merece la pena leerlo. Esta obra culmina un itinerario de largo recorrido
Hola Pepe,
ResponderEliminarSeguro que esta obra es interesante leerla cuanto menos, pero sobre todo,necesaria. Necesitamos conocer la realidad de la inmigración en España, pero también es necesaria una reacción por parte nuestra para que actos y legislación políticos hagan valer los Derechos Humanos. Aunque, previamente a esta puesta en valor deberíamos estar predispuestos a aceptar la existencia de la diversidad cultural y, gestionarla para una convivencia en paz y enriquecedora.
Espero que lo comentemos cuando lo lea.
Un abrazo,
M Águila.
ResponderEliminarLo comentaremos. La diversidad es una fuente de riqueza. En Roma ya existía una especie de doble "nacionalidad": la natural, de un determinado lugar; y la ciudadanía romana,propiamente dicha, con sentido de universalidad en el conjunto del Imperio Romano.Teóricamente, al menos, se podía ser de Mérida o de Itálica, en la Bética, y, sin embargo, ciudadano romano... El contexto era bien distinto, tanto en tiempos de Cicerón,... como en tiempos del Emperador Caracalla...Por supuesto no había mujeres en el Senado. Pero en la actualidad puede tenerse en cuenta aquella tendencia a incorporar el Derecho Internacional (Derecho de Gentes entonces)al Derechi Civil y su materialización local o particular. ¿Por qué no ser español o española, alemán o alemana, y a la vez ciudadno o ciudadana europea? ¿Por qué no europeo/a, negroafricano/a y a la vez ciudadano del Mundo, con igualdad de derechos y deberes?
El cambio de mentalidad, desde luego, no se producirá fácilmente pero el sentido de la interculturalidad exige ese cambio de mentalidad que nos ayudará a caminar más allá de tendencias y paradigmas ya desfasados: "nosotros" y vosotros"; "nacionales" y "extranjeros"; "Estado Propio" y "Estado Ajeno"; "Occidente y Oriente"; del "Norte" o del "Sur"; de tal o cual religión, creencia o ideología...
Lo primero es la persona y, en consecuencia, la defensa y garantía de los Derechos Humanos, los que se lograron declarar en 1948 y los que seamos capaces de formular como más acordes non nuestro tiempo y nuestras necesidades, anhelos y esperanzas de realización personal y colectiva.