¿Cómo aliviar el dolor de una madre? Quizás a esa pregunta responde Gertrudis Rodríguez Medina en su libro que titula POEMAS PARA CRISTINA y que la autora, especialista en Filología anglo-germánica, nos da a conocer invitando a una atenta lectura, ya que, en familia, su hija Cristina nacida el 04/07/de 1997 se les fue el 17/10 de 2013. Sobre las veintiuna horas y diez minutos de la noche.
La madre de Cristina quisiera que el libro, cuyo orden sigue
una estructura en espiral, pudiera ser útil para aliviar a otras familias que
sufran similares experiencias, más allá de sentimientos y emociones de dolor en
el caminar de un sentido duelo, a la vez personal y familiar, del que se puede
salir de la mano del amor.
“Lo que no tiene nombre”, lo que palpita en el pecho, el
corazón anhelante de luz…, el vacío del alma…, el propio llanto, el orgullo
incluso, y la misma vida, anhelan serenidad y paz. Por ello, pues, sólo el amor
vuelve a otorgar una “Esperanza de vida”.
El camino de una madre, unida en el amor, sigue hacia
adelante a pesar del gran dolor que se lleva en las mismas entrañas que dieron
a luz la vida. Los bellos recuerdos, los sueños de un gran abrazo, y el propio
amanecer ayudan a sobrevivir si la ausencia se transforma en renovada
presencia.
Las notas musicales, la luz interior, la gratitud compartida
arrancando miedos y temores, construyen Esperanza… pues las lágrimas que se
derraman son como gotas de rocío…
La confianza, el ¡puro amor! y seguir siendo feliz, a pesar
de la herida siempre abierta, permiten ver de otro modo y vivir realidades
complejas siempre abiertas… con cualquier ser cercano y/o familiar.
Aprender a caminar de nuevo implica entender que “mi vida no
es mi vida”. Sólo por el camino de la serenidad se puede alcanzar una cima…
dejando atrás la negrura… y recomponer pedazos rotos de la fragilidad y
pequeñez humana.
Guardemos y retengamos nuestro aliento para volver a mirar
hacia adentro:
“No
corras en pos de un imposible
Guarda
tu aliento
Para
mirar adentro.
En
el fondo de tu alma
Palpita
una estrella
Que
te guía por el camino correcto
Hacia
tu felicidad,
No
la de los otros,
No
la que dictan los demás.
La
hallarás en la calma
De
lo más profundo de tu corazón;
en
la plenitud,
en
el amor a la vida.
Depende
sólo, sólo, de tu actitud.”
Hay, pues, que domar la tristeza, conviene bucear en el mar
puesto que los ríos dan al mar; y no hay perla sin esperanza. Para que la
muerte no sea en vano habrá que atisbar indicios de luz, a sabiendas que la
tarea no es nada fácil.
Quizás por todo ello vuelvan sueños de abrazos de amor, que
son el mejor y el verdadero regalo.
Hacia el final del libro un bellísimo poema se titula: “Te
llevo dentro de mí”. La vida es frágil, es efímera…, pero es muy, muy valiosa.
El agradecimiento final del libro va dirigido “a todas las
personas que con amabilidad, paciencia y respeto, han acompañado en el duelo."
Creer en la conexión humana, de corazón a corazón, es lo
esencial. Por ello, la frase certera y adecuada del padre de Cristina se
convirtió en “Mantra” o frase sagrada: “De aquí salimos juntos”.
Las quince ilustraciones que contiene el libro son a cual
más bella.
¿Qué ha nacido, además? Más vidas y una proyección social
comprometida desde Sevilla: la “Asociación Alma y Vida”.
Por favor, agradezco que las personas que leen el texto hagan su comentario y así intercambiamos mejor.
ResponderEliminarQué bella y generosa reseña! Mil gracias
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