sábado, 13 de junio de 2015

LA UNIÓN EUROPEA Y LA OPACIDAD DEL TTIP

El Tratado de libre comercio (TTIP) entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos (EEUU) se está fraguando en un contexto de opacidad impropio del sentido democrático abierto. Una vez más, produce desencanto que la liebre económica vaya corriendo muy por delante de la tortuga política.
 
Algunos compañeros, a quienes respeto, consideran que es una apuesta por el crecimiento y el empleo. Pero yo no veo, en lo que conozco, que vaya en el sentido del desarrollo humano y la Justicia, en un mundo que exige cada vez más solidaridad global y no sólo circulación libre de mercancías, sino también de personas y recursos humanos.
 
El objetivo es, al parecer, eliminar barreras comerciales entre EEUU y la UE, así como simplificar la compraventa de bienes y servicios entre estos dos espacios. Se dice que se incrementarán en España tanto el PIB como los nuevos puestos de trabajo. Se quiere una sólida economía transatlántica. Pero ni se habla de la destrucción de empleos ni se habla de otros países atlánticos de América Latina y de África. Por lo que cabe preguntarse en qué se va a beneficiar la economía mundial. Sin duda alguna se beneficiará más el sector del automóvil que el sector humano migratorio.

Conviene ver lo que ya se advertía a primeros de mayo en

eldiario.es 

   
      
   

Zona Crítica

 Tratado de Libre Comercio UE-EEUU: un sueño neoliberal, una pesadilla democrática
 
Una vez más, se trata de un proyecto liberalizador pero no liberador, se trata de una opción mercantilista pero no de construcción de la Europa Social Solidaria.
 
La UE tiene un problema de futuro en su construcción actual. ¿Vamos realmente hacia una Confederación de Estados? ¿Se sigue creyendo en el proyecto de los Urales al Atlántico? ¿Queremos reforzar las relaciones internacionales con el Sur y el Sur-Oeste? A todos estos interrogantes, lamentablemente, parece que hay que responder con un NO. ¿Cómo avanzar entonces?
 
Quizás haya que remontarse a 1948, a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El espíritu mercantilista vino después, en el Tratado de Roma de 1957. En la actualidad, tenemos varios problemas: el debate hegemónico entre el Reino Unido (que no está integrado en el euro) y Alemania, que va por delante de Francia en la UE. Para España, entrar en Europa fue como cobrar oxígeno..., después vino el endeudamiento, y el repunte de los nacionalismos a pesar de la globalización cada vez mayor del mundo contemporáneo. Añadamos las altas tasas de paro y la crisis económico-financiera y de valores, la puesta en entredicho del Estado de Bienestar, y las disparidades crecientes entre zonas ricas y zonas más pobres. Formamos parte de los denominados PIGS (en inglés, cerdos): Portugal, Italia, Grecia, y España. Nuestras Universidades no alcanzan el nivel deseado y, además, se ha prestado poca atención a la Formación Profesional. ¿Cuál va a ser el futuro de este Sur Europeo?
 
No nos valen demasiadas alegrías. El crecimiento continuo no parece que sea el modelo de desarrollo futuro. El desarrollo humano futuro pasa, velis nolis, por la solidaridad... como el envejecimiento de hecho sólo es superable por la mixtura, en la que sí tenemos experiencia los españoles.
 
Se impone concebir socialmente, políticamente, cuál deba ser la estructura económica y de gobierno más conveniente para la UE, evitando problemas añadidos propios de la lucha y enfrentamiento de civilizaciones.
 
Ante todas estas realidades, que nos condicionan en el quehacer cotidiano, negociar -para su simple ratificación- un Tratado de Libre Comercio entre EEUU y la UE, a espaldas de la sociedad da la sensación de ser más una afrenta a la democracia europea y a la norteamericana que un aporte valioso en la supuesta salida de la crisis económico-financiera. Favorecer a las multinacionales no es automáticamente beneficiar a la Comunidad Humana.
 
El tema del TTIP entre EEUU y la UE requiere, al menos, un debate, una transparencia, y un mayor conocimiento de sus implicaciones, antes de que se tomen decisiones de trascendencia mundial.