Del encuentro, me atrevo a destacar los valores de libertad y respeto, la tolerancia; la importancia del art. 1,1 de la Constitución de 1978 -cuyo aniversario celebramos el día 6 del presente mes -,en aras de un democrático pluralismo social y político, conjugando igualdad y libertad; el nuevo sentido de los cuidados y la atención integral -tanto exterior como interior-, incluyendo la naturaleza y el medio ambiente; la exigencia de discernir sin miedos la verdad de las cosas; el reto ético de amar; y, en conclusión: ser eficientes en solidaridad; construir y transmitir la paz, el sentido de la equidad, y la exigencia de garantizar la dignidad de toda persona.
En el encuentro de "Vida Sencilla". así en mayúscula, me ha venido a la memoria José Ellacuría, que el día 9 hizo un año de su fallecimiento y que fue maestro en transmitir una gran paz interior y exterior. Su palpitar al modo oriental sigue vivo por esta parte de occidente, en la que andamos necesitados de armonía para retomar los derechos humanos universales en beneficio de toda persona, independientemente del color de la raza, del sexo, de la cultura o la religión, e independientemente de la opción política.
Importa, pues, sustentar nuestra "vida sencilla" en el desprendimiento, en el cuidado y en la ética interpersonal.