miércoles, 21 de septiembre de 2022

PRAXIS LIBERADORA Y VIDA SENCILLA

Contra toda desesperanza, optimismo. Eso nos transmitía Helder Cámara a mediados de febrero de 1987. Frente a la liberalización sin más de las Democracias Occidentales, Ellacuría demandaba praxis liberadora, lo que implica tomar conciencia de la realidad estructuralmente injusta, desarrollar una actividad comunitaria colectiva, solidaria, y fraternal, y, frente a cualquier tipo de dictadura, hacer valer la dignidad de las personas, de todas las personas -mujeres y hombres-, superando creativamente imposiciones del individualismo mercantilista o ególatra y del positivismo legal injusto. Pues no puede nunca justificarse la muerte del mayor número de la Humanidad en beneficio de unos pocos privilegiados.


Las características liberadoras de inspiración cristiana son claras: a) opción preferente por los pobres para conseguir por sí mismos su propia realización como personas; b) encarnación práctico-práctica en las luchas por la justicia y la liberación efectiva; c) ser levadura de la Humanidad y sal de la Tierra, conscientes de nuestra unión universal con la Naturaleza y la exigencia de su cuidado como Casa Común.


No a la opresión económica. No a la dominación y opresión social, cultural –incluyendo la religiosa- y política. No a la muerte y sí a la vida, la salud, y la paz mundial. Sin una clara referencia liberadora, que nos trasciende y nos une a todas las personas, la Humanidad se empequeñece en sí misma y se deteriora y fracciona – alentada por la carrera de armamentos y las guerras -.


Conclusiones:

1.- Esperar activamente contra toda desesperanza pasiva, impulsando el sentido de Humanidad.

2.- Crear solidariamente La Civilización de la Esperanza, frente a permanentes delitos ecológicos, frente a la explotación económica y la opresión social, cultural y política.

3.- Impulsar la participación de todas las personas en todos los ámbitos de decisión, lo que implica la refundación de Naciones Unidas.


Hoy, desde una perspectiva de "vida sencilla", tres serían también las exigencias de nuestra praxis histórica de transformación:

1.- Tomar conciencia de nuestro ser común con los demás.

2.- Respirar hondo para sentirse a sí mismo, incluso corporalmente, en el Universo Mundo.

3.- Meditar al inicio del día, analizar la realidad compleja y dinámica de la vida a lo largo del día, y hacer balance al final.


Ánimo, pues: Vivamos y hagamos realidad la Esperanza, más allá de toda tendencia a la desesperanza. A ello nos invita la praxis liberadora en estos momentos históricos del presente.