domingo, 29 de enero de 2023

ESPERANZA EN TIEMPOS DE CRISIS. LECTURA DEL APOCALIPSIS DEL NT Y CONCLUSIONES

Ante momentos de crisis complejas como las que se producen en el mundo histórico actual, desde 2020, tal vez podemos preguntarnos lo siguiente: ¿Cabe la esperanza de un nuevo horizonte hacia 2030?

 Desde el lenguaje del Apocalipsis, en el Nuevo Testamento de la Biblia, en medio de circunstancias difíciles por opresión permanente de los más poderosos del Estado de Roma, ya se transmitía entonces, de forma críptica y simbólica, no el fin del mundo sino un mensaje de esperanza y de Nueva Humanidad, “a pesar de” no pocas realidades adversas. Desde entonces, parece que se nos propone seguir el camino trazado por Jesús, que nunca incitó a la violencia y que sigue invitando hoy a la constancia de nuestra consciencia, en pro del amor comunitario y en contra de la carrera de armamentos y de la confusión entre crecimiento económico y desarrollo integral o plenitud humana. 

 “¿Qué nos espera en 2023?” es una aportación de Emilio Carrillo que parte de la constatación de la distopía en la que vivimos, es decir, en la realidad histórica actual, estructuralmente injusta y opuesta a toda utopía liberadora. 

    La conclusión que nos transmite, tras un análisis histórico de la “Edad Contemporánea” es que se avecinan cinco años complicados, del 2023 al 2027, ambos inclusive, en un contexto marcado especialmente por la guerra en Ucrania y las consecuencias que han traído consigo las pandemias, lo que afecta directamente a la salud de las personas y de la propia sociedad, así como a la gestión económica por parte de los poderes establecidos. De ahí la invitación a una renovada toma de consciencia que fortalezca el espíritu y el sentido de nuestra dimensión y energía trascendente. 

     “De cómo mantener la esperanza en tiempos de crisis” es una aportación de Juan Francisco Ojeda Rivera, que señala, además de la crisis climática y ambiental, la confusión entre desarrollo integral y crecimiento económico, la dualidad entre ricos y pobres –en el mundo global-, la incapacidad para el diálogo, la corrupción y la mentira o el engaño, y la cara mediática que favorece la pérdida de toda esperanza. 

     La pregunta, pues, es: ¿Cómo mantener la esperanza? Necesitamos de una inteligencia social compartida. La Tierra no es una madre siempre preñada, sino un almacén en el que se pueden ir acabando los víveres. De ahí la importancia de un “eco-desarrollo sostenible” que prime el bienestar de la Humanidad, el respeto de la diversidad, la justicia y la equidad sobre la ganancia de unos pocos – que son élites ocultas del Mundo Global-. Sólo queda la esperanza en pequeños avances: tomar conciencia moral del mañana (El principio esperanza, del filósofo Ernst Bloch), de lo que todavía no ha llegado a ser; favorecer una metamorfosis hacia una nueva sociedad; promover el diálogo entre los distintos saberes; y defender la igual dignidad de toda persona humana, así como el sentido ecológico respecto de la Naturaleza, nuestra Casa Común.

     ¿Puede enriquecer la lectura del Apocalipsis? 

     El Apocalipsis, que quiere transmitir paz y sentido trascendente, tiene dos partes bien delimitadas: La primera dirigida a las siete Iglesias del Asia Menor, Éfeso (que no puede soportar la maldad establecida), Esmirna (que sufre injustamente pobreza), Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia (caracterizada como perseverante), y Laodicea (de cierta tibieza). A partir del capítulo 12 aparece “una mujer vestida del sol”. “Ella dio a luz un hijo… (El Cordero).” En el capítulo 17 se habla de Babilonia, la prostituta sentada sobre la bestia del mal. El capítulo 18 narra la “Caída de Babilonia”. El capítulo 19 entona los cantos triunfales. En el capítulo 21 se ve “un cielo nuevo y una tierra nueva. El capítulo 22 nos muestra “un río de agua viva”.

     ¿Qué nos transmite el Apocalipsis? “que el justo continúe practicando la justicia y que el santo siga santificándose” Añadamos, concluyendo, que el justo no sólo tiene que seguir siendo justo, sino luchar por la justicia y sólo así, tal vez, llegará a ser santo. 

    Recordemos las Bienaventuranzas de Mateo (cap. 5) y, con hambre y sed de Justicia, trabajemos por la paz personal y familiar, comunitaria y global.

6 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Buenas tardes, Pepe.
    POco tengo que agregar a tu análisis. Lo comparto totalmente.
    La histpria del hombre ha sido siempre un rosario de distopías (como tu dices) o tiepos de tribulación como suelo llamarlo yo (no estaba familiarizado con aquella palabra).
    la utopía siempre queda muy lejos, pero no por ello deja de formar `parte de la realidad (la realidad como futuro) i no por ello siempre hemos de estar en la brecha para alcanzarla.
    Como tu bien dices el Apocalipsis de Juan sirve bien como hoja de ruta para no perder la esperanza. Pero no solo el de Juan. Israel enfrentó todas sus distopías a base de escritos apolalíticos. No en vano la literatura apocalíptica era el consuelo para los tiempos de tribulación.
    Però al margen del consuelo y la oración que nos pueda ofrecer nuestro Apocalipsis el panorama que se nos ofrece por delante es desolador, màxime cuando llueve sobre mojado, los antecedentes lo han complicado.
    Por ello no podemos extasiarnos en el quietismo. Esta semana Jesús nos ha regalado su hoja de ruta para la praxis liberadora. Así he intentado yo exponerlo en mi reflexión de hoy.
    Salud y gracia.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias, Francesc

    ResponderEliminar
  4. Rafael Mora Galiana31 de enero de 2023, 12:55

    Recurrir a escritos bíblicos, civiles o novelescos es un trabajo intelectual que está plagado de suficientes textos para que " a buen entendedor con pocas palabras basta" para que la esperanza se convirtiera en una realidad duradera por no decir eterna. Pero la existencia de cazurros, egoistas y locos sin capacidad de goberrnar con un mínimo de humanismo lo impiden. Ni escuchan, ni aprenden de la historia, ni tienen liberadas las neuronas.

    ResponderEliminar
  5. Gracias Rafa. Principio Esperanza "a pesar de"...

    ResponderEliminar
  6. Querido : me quedo con tu último parrafo. Aún hay esperanzas si todos trabajamos por la paz persona, familiar, comunitaria y global dentro de nuestras posibilidades. Un abrazo!

    ResponderEliminar