martes, 6 de diciembre de 2022

EDUCACIÓN CÍVICA Y CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978

         

         Con motivo de recordar la denominada  “Transición de la Dictadura a la Democracia”, gracias al referéndum del 6 de diciembre de 1978, que ratificó ampliamente el proyecto del Estado Social y Democrático de Derecho en el que nos encontramos ahora (con la vigente Constitución Española), en un taller de “Atención Educativa” de Bachillerato, con alumnado joven (mujeres y hombres) de 16 años, hablamos de redescubrir los valores de nuestra Carta Magna de 1978.

         En primer lugar, invitamos a refrescar los “Derechos Fundamentales de la Unión Europea” de finales de marzo de 2010, colocándolos gráficamente en los cinco dedos de las manos: 1. Dignidad, 2. Libertad, 3. Igualdad, 4. Solidaridad, y 5. Ciudadanía. Nos paramos en el tema muy actual de la igualdad para acentuar las exigencias de no discriminación; de respeto a la diversidad cultural, religiosa y lingüística; igualdad de género; derechos de cuidados y protección de los niños y niñas; derechos de las personas mayores; e integración de las personas discapacitadas. Y todo ello con garantías de Justicia y Equidad.

         Pero como uno se remonta a 1948, se trajo a colación la Declaración Universal de los Derechos Humanos (del 10/XII/1948), en su artículo 1º, recordando la sentencia de que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos; y, puesto que estamos dotados de razón y conciencia, debemos comportarnos fraternalmente.

         Inmediatamente pasamos al Preámbulo de la Constitución  (del 29/XII/1978) en el que se expresa la voluntad de garantizar la convivencia, consolidar el Estado de Derecho, promover el progreso de la cultura y la economía para asegurar una digna calidad de vida y bienestar, así como la exigencia de colaborar en fortalecer relaciones pacíficas (frente a la tendencia permanente de guerras y conflictos bélicos), y de promover la cooperación entre todos los pueblos de la Madre Tierra –nuestra Casa Común-.

         ¿Cuáles son los valores de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho?  La libertad, la Justicia, la igualdad, y el pluralismo democrático.

         En consecuencia, puesto que la soberanía reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado, conviene repasar los diez títulos propios de la Constitución vigente: I. De los Derechos y Deberes Fundamentales; II. De la Corona; III. De las Cortes Generales; IV. Del Gobierno y de la Administración Pública; V. De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes; VI. Del Poder Judicial; VII. Economía y Hacienda; VIII. De la organización territorial del Estado; IX. Del tribunal Constitucional; y X. De la Reforma Constitucional.

         ¿Cuál sería nuestra propuesta para seguir aprendiendo de tan importante herencia democrática?

         Quizás suscribir lo que ha manifestado el profesor Ramón Soriano en un reciente artículo suyo,del 01/XI/2022, en el periódico PÚBLICO y que transmite la siguiente propuesta formal:

         "La enseñanza de la Constitución como asignatura obligatoria en todos los niveles educativos para que el voto de los ciudadanos sea fundado.

         La formación no debe ser únicamente cívica, sino además institucional. Siempre que una asignatura se abra con el título "Valores cívicos", "Educación cívica" o similares palabras en cualquier nivel educativo la reyerta política está servida y aparecerá por doquier la acusación de querer llevar al alumnado al terreno de los valores subjetivos profesados por los autores del programa docente. Por ello, propongo que esta asignatura reciba el nombre de "Constitución". Las voces contrarias callarán, y, si no es así, estarán desprovistas de justificación.

         El conocimiento de la Constitución es una condición para la emisión de un voto ciudadano fundado en las elecciones. No falta la crítica a quienes votan sin conocimiento. Recuerden las palabras de Vargas Llosa: "Hay que saber votar". O el formulario de varias preguntas, que los votantes deben contestar para tener derecho al voto, que exigía Sánchez Dragó. Son propuestas contrarias a uno de los principios constitucionales: el principio de igualdad, y que suponen un desconocimiento u olvido de las trabas injustas generadas por la sociedad y los poderes públicos a quienes no pueden adquirir la formación adecuada para participar con solvencia en la vida pública. Pero evidentemente, si la Constitución se estudiara en todos los niveles educativos, pareceres como los de los anteriores escritores desaparecerían o ya no tendrían la misma fuerza de convicción. Y lo más importante: los ciudadanos/as gozarían de una herramienta para conocer y oponerse a los trajines, manipulaciones y mentiras de informadores y comunicadores.

         La Constitución trata de una serie de temas elementales y básicos, que a distinto nivel deben ser asimilados por los estudiantes de educación primaria, secundaria y universitaria. Temas como poderes públicos, organización del Estado, partidos políticos, la Corona, derechos y libertades, economía y hacienda, garantías de las personas, comunidades autónomas... son temas cuyo conocimiento es necesario para desenvolvernos en nuestra vida diaria. Podemos pasar sabiendo poco de literatura, historia y geografía, pero nos irá mal si no conocemos nuestra Constitución. La Constitución es la norma fundamental de convivencia. Cualquier aspecto social de nuestra vida tiene como referencia la Constitución.

         Si se sustituyen las criticadas asignaturas antes citadas y se pone en su lugar "Constitución española", se conseguirán dos cosas a la vez: la minoración de la crítica de los adversarios políticos y mediáticos y la contribución a que los votos de la ciudadanía en las elecciones periódicas sean más fundados, con lo que se beneficiará en último caso el funcionamiento de nuestra democracia."

         Situemos, pues, la Constitución en el lugar estratégico que le corresponde, como viene a indicarnos el catedrático emérito de Derecho Constitucional y expresidente del Tribunal Constitucional, Pedro Cruz Villalón, en su artículo Nuestra Constitución (El PAÍS, pág, 11).

1 comentario:

  1. Buen artículo para reflexionar sobre algo tan importante como es el voto.

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