En la complejidad de la realidad siempre suele haber un "pero". Grecia, como Ciudad-Estado, fue una gran nación, pero... Grecia era una aristocracia para "algunas personas" y no una democracia para "todo" el pueblo. Igualmente, la civilización occidental tiene magníficos logros, pero...también tiene sus puntos muy negativos al asentarse en injusticias estructurales propias del colonialismo y al dar prioridad a lo material y el afán de lucro por encima de objetivos espirituales y valores éticos superiores.
Toda vida completa tiene, en verdad, tres dimensiones: a) la vida, en su trayectoria, es un constante impulso por alcanzar los fines de realización propia -pero ello requiere tomar conciencia desde dentro de sí mismo-; b)la latitud de la vida es la religación con los demás, la preocupación "exterior" por el bienestar colectivo y por el bienestar social -pero ello implica compromiso responsable-; c) la altura de la vida es la aspiración ascendente hacia lo trascendente, que normalmente denominamos Dios -pero ello supone sentir y vivir la grandeza de cuanto nos trasciende-.
La preocupación individual implica desarrollar potencialidades internas que descubrir y cultivar -pues cualquier esfuerzo y trabajo personal, por sencillo o humilde que sea, tiene su dignidad e importancia y siempre es perfectible. Pero el individuo está siendo siempre con los demás, estamos ligados a los demás, más allá de los intereses individualistas; la luz del mundo invita a caminar en la luz del altruismo; y no podemos ser personas humanas sino intercambiamos con otras personas -respetando siempre la dignidad, sin discriminación alguna-. Añadir la latitud a la longitud aparece incluso en las relaciones internacionales. Tomar conciencia de los millones de personas que se van a dormir hambrientos es tomar conciencia de la exclusión social y de las injusticias estructurales en el mundo globalizado. Hay bases militares por todo el mundo, pero... no hay bases de solidaridad, desarrollo integral y paz internacional perpetua. Queda, además, la tendencia ascendente hacia cuanto nos trasciende, fuente de toda realidad. Esa dimensión, esa tercera dimensión espiritual no puede ser explicada tan sólo en términos materialistas. "Dios" en nosotros es fundamental...cual radiantes estrellas de esperanza.
En consecuencia:
A) Amarse a sí mismo es saludable, y es un interés racional en el itinerario de la vida.
B) Amar al prójimo como a sí mismo es una exigencia ética de gran valor interpersonal, familiar, comunitario y social.
C) Tener altura de miras ("amar a Dios sobre todas las cosas") es la tercera dimensión que podemos descubrir en nuestro propio interior y conciencia
Como decía Martin Luther King "sólo mediante un desarrollo esforzado de todas las dimensiones podremos vivir una vida completa"
¡Amén!
ResponderEliminarGracias por la reflexión, Pepe. Un fuerte abrazo!!!
Esta magnífica reflexión sobre las tres dimensiones de una vida completa tiene mucha similitud con las tres característica del Ser: dicha, vida y conciencia
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