jueves, 19 de junio de 2025

SIGNO Y SIGNIFICADO DEL PAN Y EL VINO

 

        En la realidad cotidiana la comunicación humana se realiza por medio de signos. Por eso, es importante reflexionar sobre el sentido de la festividad del Corpus.

 

        El signo del pan no es el pan sino el pan partido, preparado para ser comido. La clave del signo no está en el pan como cosa, sino en el hecho de que está partido. El signo está en la disponibilidad para ser comido el pan.

 

        El segundo signo, el vino, se prepara para ser bebido. Es muy importante tomar conciencia de que, para los judíos, la sangre era la vida. Si no tenemos esto en cuenta, se pierde el significado.

 

        La realidad significada es trascendente, que está fuera del alcance de los sentidos. Si queremos hacerla presente, tenemos que utilizar los signo.

 

        Celebrar la eucaristía debe llevarnos a descubrir su significado.

 

        El principal objetivo de este sacramento, es tomar conciencia de la presencia divina en nosotros. Pero esa toma de conciencia tiene que llevarnos a vivir esa misma realidad como la vivió Jesús.  

 

        En la eucaristía se significa el amor que es Dios manifestado en el don de sí mismo que hizo Jesús durante su vida. Esto soy yo: Don total sin límites.

 

        El pan que me da la Vida no es el pan que como, sino el pan en que me convierto cuando me doy. Ser cristiano implica darse, servir, compartir.

 

        Todas las muestras de respeto hacia los signos están muy bien. Pero lo importante es el compartir con el prójimo.

 

        Reflexionemos, pues, sobre el sentido de compartir el pan y el vino, y celebrar así el día de la eucaristía, el día del Corpus, con lo que realmente significa y nos trasciende.

 

        El significante del Pan y el Vino no es otro que el significado fehaciente de compartir con toda persona.

1 comentario:

  1. Daniel Romero Alvarez19 de junio de 2025, 5:28

    Escuché y leí a Edward Schillebeeckx explicarndo el recurso de la transignificación como fórmula algo más digerible de explicar el mazazo tridentino al malvado Lutero con el dogma de là transubstanciación. El Corpus, desgraciadamente, no es una celebración de quienes comparten el pan y el vino, sino una manifestación histérica contra las tesis evangélicas de Lutero. ¿No quieres caldo?; dos tazas.

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