lunes, 18 de noviembre de 2024

PRO “RAZÓN CORDIAL”

           

                           

                                       En Ética y Filosofía Política, Adela Cortina, en Octubre de este 2024, nos invita a reflexionar en torno a la Inteligencia Artificial (IA). De hecho, en el capítulo doce del libro: ¿Etica o ideología de la inteligencia artificial? apuesta, una vez más, por la razón cordial frente a la razón instrumental.

                                       El capítulo doce del libro se titula EDUCAR EN LA ERA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL y consta de cuatro partes:

                              En la parte 1. “Inteligencia artificial en Educación”, se considera que es preciso dar prioridad a la mejora de la Educación, puesto que es indispensable llevar adelante la tarea de introducir la IA en los procesos educativos ya que la Educación ha de centrarse en el estudiante, en su crecimiento y felicidad, recurriendo a la tecnología.

                                       En realidad no sabemos cuál será la configuración económica, política y tecnológica del mundo en que han de vivir nuestro nietos y jóvenes actuales pero quizás debamos saber qué valores morales queremos transmitirles –con independencia de que los acepten o rechacen libremente-. Adela nos advierte sobre  las élites económicas o socio-políticas y las empresas poderosas, ya sean occidentales u orientales, y considera que la educación en el siglo XXI debe ir encaminada a “alcanzar el futuro de la humanidad”, ayudando a formar una ciudadanía democrática y cosmopolita. ¿Ayuda en eso la IA o bien nos obliga a renunciar a ello porque nos impide ser sujetos agentes de nuestras vidas?

                                       En la parte 2. “Luces y sombras de la Inteligencia Artificial", se reconoce que los sistemas inteligentes son instrumentos útiles para ayudar en el proceso educativo, siempre que no pretendan sustituir a los educadores, sino servirles de apoyo, o bien llevar a cabo tareas de sustitución cuando la presencialidad es imposible. Sin embargo, a pesar de los beneficios, hay unas limitaciones que conviene tener en cuanta, pues la brecha digital incrementa desigualdades, y no es nada fácil garantizar la utilización ética, equitativa y no discriminatoria de la IA; además hay que garantizar una educación inclusiva y de calidad para toda persona  al igual que una selección adecuada del profesorado. La relación inter-personal es insustituible. Hay que tener mucho cuidado con los plagios, que son inaceptables, así como en la pérdida de puestos de trabajo. Si la IA sustituye fuerza de trabajo humano, urge plantear cómo organizar el mercado laboral y el conjunto de la estructura social de modo que se respeten derechos económicos, sociales y culturales en la nueva situación.

                                       En la parte 3. “La autonomía personal y la capacidad crítica en peligro” nos recuerda que no basta con tener información sino que es necesario conocer y pensar. Es, pues, necesario evitar la superficialidad y la polarización o el triunfo de la razón instrumental al servicio de una sociedad de consumo y comercio o al servicio del poder del Estado correspondiente. Es importante formar en la excelencia y no caer en la mediocridad. Y todo ello con sentido público responsable.

                                       El punto 4. "¿Qué hacer? Educar en una autonomía cordial”, urge a salir de la espiral del consumo compulsivo y de la carrera desenfrenada de la carrera de armamentos. Sabemos que nuestras sociedades son estratificadas y en consecuencia las personas consumidoras no nos vemos unidos en un único interés: "Somos grupos muy diversos, con muy distintos intereses” (obra y capítulo indicado, página 220). Pero también puede afirmarse que “existe una racionalidad que trasciende el ámbito instrumental. Es la racionalidad comunicativa”.

                          Consecuencias prácticas: dialoguemos; importa asumir  responsabilidades como personas autónomas, estrechamente vinculadas por lazos de solidaridad. Los sistemas inteligentes deben ser instrumentales y estar al servicio de la inter-subjetividad entre los seres humanos y al servicio y cuidado de la Naturaleza, Casa Común de todas las personas. Para lograrlo es preciso educar y educarse en la unión de corazón y razón. Respiremos hondo (al estilo Oriental); asumamos como propia lo que Adela Cortina denomina: “Razón Cordial”.

sábado, 16 de noviembre de 2024

LA COMUNIDAD HUMANA, PARADIGMA GLOBAL - RECORDANDO A IGNACIO ELLACURÍA Y A LA UCA -

 

Tal día como hoy, en 1989, no se levantaron a ver el nuevo día 

el equipo de Ignacio Ellacuria, … pues fueron asesinados.

         Como se ha dado a conocer: El día 16 de noviembre de 1989 seis sacerdotes jesuitas y dos empleadas domésticas fueron asesinados dentro del campus de la UCA, Los sacerdotes fueron colocados boca abajo, mientras eran ejecutados. En el patio central se encontraron los cuerpos de cinco de los religiosos, y en una de las habitaciones se encontraba otro de ellos. Los cadáveres de la mujer y la niña estaban en otro cuarto anexo. Los asesinos también incendiaron y saquearon el Centro Monseñor Romero.

         Dado mi encuentro personal con Ignacio Ellacuría en la Biblioteca de La Rábida en Huelva, el verano de 1987, con el tiempo, y tras visitar La Universidad Centro Americana (la UCA), fui trabajando en lo que se materializó en junio de 2003 como Tesis Doctoral, bajo la dirección del profesor Dr. José María Prieto Suárez. En la defensa de dicha Tesis: La realidad histórica y la praxis política, objeto de la Filosofía, … entre otras cosas concluía lo siguiente:

El actual proceso de globalidad, fruto de una evolución impulsada por el progreso de la técnica, ha producido la hegemonía indiscutible del Poder. Frente a ese Poder Hegemónico, que prima el dominio de las fuentes de la energía, el consumo y la guerra; frente a las dictaduras, las tiranías - absolutistas o fundamentalistas - y las demagogias, suele manifestarse que otro mundo es posible. ¿Se puede, pues, caminar efectivamente hacia un mundo solidario o dicho intento lleva al pesimismo?

¿Es posible encontrar el sentido de la ruta hacia una verdadera  Comunidad Humana, presidida por la Autoritas y no sólo por el poder o la fuerza? La respuesta no puede darse sino desde la realidad. Las aportaciones filosóficas de las corrientes vitalistas, que presentan la voluntad como esencial al ser humano –tal como lo muestra en sus traducciones recientes la profesora Pilar López de Santamaría[1], y las corrientes filosóficas actuales, incluyendo –como lo hace el profesor Javier Hernández Pacheco- el pensamiento de “la sociedad abierta” de Karl R. Popper o las distintas teorías de Filosofía social, la Escuela de Francfort y la Filosofía hermenéutica, son eslabones del pensamiento, para llegar a unos mínimos de consenso mundial.

El deber ser, en forma positiva, puede construirse y materializarse captando primero lo intolerable de la situación actual y teniendo en cuenta la maldad de la realidad, partiendo de lo que hay y de lo que no debe ser, aportando procesualmente, pero eficazmente, lo que ha de ser. Consciente de la presencia del mal y de las limitaciones humanas, esa viene a ser la propuesta de Ignacio Ellacuría: la necesidad vital, racional e histórica de una Nueva Civilización. Proponía él un proyecto universalizable, donde hubiera posibilidades de supervivencia digna y de humanización y realización para todos los seres humanos, en un mundo global, pero desde la perspectiva de las mayorías populares y de los pueblos oprimidos, y no desde las minorías privilegiadas, lo que suscitó de inmediato graves reacciones en contra.

  Ese es el gran problema que se plantea hoy en el devenir de la Humanidad: si hay o no hay en la conciencia colectiva de la sociedad y en quienes detentan la responsabilidad de los centros de decisión y poder, y en qué medida, voluntad de justicia y voluntad de verdad, o voluntad de dominio conforme a intereses particulares o sectarios. Ellacuría, ante esa duda, afirmó la voluntad de liberación, como lo ha demostrado Héctor Samour en el estudio del conjunto de su filosofía[2].

Antes de terminar quisiera, en la constatación de la realidad, formular unos últimos agradecimiento y un ruego.

Es verdad que la realidad, por sí misma y en sí misma, contradice permanentemente la tendencia o tensión de la propia realidad histórica que, de suyo, esencialmente, es teleológica y camina hacia una plenitud mayor de todos los seres humanos, a pesar de los dientes de sierra que se producen en su evolución. Pues bien, esos dientes de sierra, es decir, los retrocesos y los estancamientos no impiden constatar sin embargo que nuestro espíritu se mueve como cuerpo psico-físico que es, como materia animada, como corazón inquieto, al modo de S. Agustín al final de una etapa histórica de una parte de la Humanidad. El agradecimiento va dirigido hacia el director de este trabajo, D. José Mª Prieto que, como buen docente en Historia de la Filosofía, me ha ayudado a comprender que todas estas novedades expuestas sobre la realidad, la realidad histórica, la transformación y la liberación, están ya en germen en algunas obras de autores de antaño. El ruego es simple, tras años y años de desierto universitario,  pero también eclesial y político: que la Universidad sea de verdad autónoma y universal para que vaya fraguando, desde ella, la Comunidad Internacional.

Del proyecto político del socialismo en libertad, mi reconocimiento hacia Ernest Lluch, sobrino del que fuera cardenal en estas tierras y agudo observador de la realidad histórica en su vertiente social y económica. También hacia Fernando Morán, para quien la dignidad de la persona y de la comunidad humana está por encima de todos los intereses y estrategias al uso, un tanto miopes.

Queda, como es lógico, el reto de la comunicación, la hermenéutica y la comprensión de las distintas aportaciones para poder fraguar una nueva consciencia de futuro y una nueva configuración de la Justicia Internacional y de  la Comunidad Humana, con su Poder Legislativo y Ejecutivo. Pero la confrontación actual de las distintas culturas y fanatismos no es sino estímulo en dicha tarea, ingente pero humana.

Al terminar, recordar a los hermanos de Ellacuría, sobre todo a José, que ha incorporado en su vida la cultura china, y a Juan Antonio y su mujer que conservaron no sólo libros y escritos sino la misma habitación en la que solía quedarse Ignacio en Madrid.

Recordar también a la Fundación Zubiri, en la que sigue viva la persona y la obra de Ellacuría. Pero nombrar sobre todo al propio Ellacuría en su diálogo y confidencias:  La Teología de la liberación, decía,  implica liberación de la Teología y la Filosofía de la Liberación,  liberación de la Filosofía. Y, en la parte final de su trabajo sobre “El objeto de la Filosofía”, concluía diciendo, con un especial sentido de la Trascendencia:

“Se ha dicho que intramundanamente no ha habido “una” historia  propiamente tal hasta tiempos recientes. Hoy es cada vez más “una”, aunque esta unidad sea estrictamente dialéctica y enormemente dolorosa para la mayor parte de la humanidad. Hoy se habla de distintos mundos (un Primer Mundo, un Tercer Mundo, etc.), pero el mundo histórico es uno, aunque contradictorio. Quizá sólo lograda la unidad del mundo empírico y de la historia constatable, haya llegado la hora de hacer de esa única historia el objeto de las diferentes filosofías”[3].

Cabe preguntarse, a la vista de las fuentes, si esta propuesta de Ignacio Ellacuría es una conclusión o si es el final de una introducción, tal como lo parece indicar Antonio González en la edición de la FRH. En nuestra opinión se trata de una propuesta, fruto de un largo trabajo, que plantea un nuevo quehacer: no sólo para analizar la realidad histórica sino para lograr entre todos los seres humanos una nueva praxis histórica capaz de iniciar una nueva andadura de la Comunidad Humana como sujeto de la historia.



[1] Son importantes las traducciones de Schopenhauer: Los dos problemas fundamentales de la Ética, Siglo XXI editores, Madrid 1993; y El mundo como voluntad y representación, Editorial Trotta, 2003. 

[2] SAMOUR, Héctor: Voluntad de liberación. La filosofía de Ignacio Ellacuría, Editorial Comares, Granada, 2003.

[3] ELLACURÍA, Ignacio: “El objeto de la Filosofía”, en Filosofar en situación de indigencia, Universidad Pontificia de Comillas, Madrid, 1999, p. 42.

domingo, 10 de noviembre de 2024

EL APOCALIPSIS DE LA DANA

         Desde la Provincia de Valencia me llega lo que le he pedido a un familiar que ha vivido en directo lo que transcribo a continuación y que titula: EL APOCALIPSIS DE LA DANA

          Cuando han pasado días, muchos días, y sigues viendo el barro, las caras, los gestos, la suciedad, el trasterío apelotonado, los coches destrozados unos encima de otros, el trajín de gente sucia, cansada, hundida, desfallecida, ausente deambulando por la zona que llaman cero, cuando ves todo eso, aún, como digo, entonces uno se puede hacer una idea de la magnitud real de la tragedia del paso de la DANA por la provincia de Valencia.

          En una guerra que, por edad, nunca hemos vivido los que andamos por aquí, seguramente después del impacto de una bomba quedan secuelas, más allá del destrozo material, para mucho tiempo, y teniendo en cuenta que en la zona de las inundaciones es como si hubieran caído tres mil bombas y todas de golpe, el impacto que eso tiene y tendrá será inimaginable. Aquí no valen las palabras ni las reflexiones, porque mientras se debate, se parlotea y se divaga, la gente está con una pala y un mocho que da asco intentando salvar su vida.

          Sobre el terreno la sensación es apocalíptica y miserable como la conciencia que de por vida debe quedarle a toda la clase política, a toda y sin la más mínima excepción, después de la reacción que han tenido. Miserables y desgraciados son todos aquellos que con un micrófono en la boca no hacen más que añadir dolor a un estado de desastre como nunca se ha vivido en España. No hay que andar con medias tintas ante la gentuza desgraciada, imbécil, egoísta y malnacida que lleva las riendas de la vida del pueblo. Todos esos desalmados canallas llegaron tarde y mal, y cuando al principio se podía entender el caos y esperar que este se redujera, hoy no cabe duda de que la gente tiene dolor para tenerles rencor de por vida.

           En la semana que he estado yendo cada día a la zona -Sedaví, Paiporta, Catarroja o Picaña son los pueblos en los que me he movido- he estado descargando camiones y furgonetas, algunas ‘oficiales’ y otras de autónomos venidos de todos los puntos de España con todo tipo de ayuda, desde comida a ropa a material de limpieza o aseo personal. Una auténtica avalancha de solidaridad difícil de gestionar entre el caos existente, pero canalizada de la mejor manera que tienen los voluntarios, y no la escoria política que se dedicaba a atacarse los unos a los otros, para distribuir con cierto criterio. 

             El lES Sedaví, un instituto sin muro exterior, destrozado, sin patio, arrasado, sin aulas, todas embarradas, se convirtió en un centro logístico donde yo aparecí de chiripa, puesto que los primeros días, sin saber ni orientado por ninguna autoridad competente, no quedaba otra que deambular esperando que alguien pidiera una mano o que tú pudieras ofrecerla. Al final, en mis primeras impresiones de inutilidad por no encontrar nada concreto, vi en una esquina a un hombre que daba órdenes a un pequeño grupo. Até mi bici a una farola y me uní sin preguntar. Acabamos descargando furgonetas, con todo tipo de material que íbamos introduciendo en el instituto, donde otros voluntarios lo repartían en zonas: aquí conservas, aquí leche, aquí el agua, aquí los pañales, aquí el aseo personal, aquí la ropa, aquí los productos de limpieza. Una cadena de trabajo caótica en una primera impresión, pero sólida y eficiente tras horas analizando cómo todo ese material que ocupaba aulas enteras en montañas de productos, iba saliendo en manos de la gente que, al otro lado del edificio, hacía cola para ir abasteciéndose y, todo, con el barro embruteciendo cualquier escena.

Horas de trabajo pesado fueron esos días en el IES de Sedaví, para que luego cambiara el rumbo a otra tarea como era repartir parte de todo ese material por diferentes zonas. En Espai Rambleta, en el borde de la ciudad antes justo de cruzar a la zona devastada, hay un punto de coordinación de gente de la calle, nadie con traje y corbata ni discurso preparado ni lengua viperina, donde te presentas con tu bici y, o bien cargas y vas a donde te indican a entregar el material, o bien te envían, como fue mi caso, a otro punto donde te acaban de dar las órdenes necesarias. A mí me enviaron a una alquería en Catarroja, donde llegamos varios ciclistas, nos llenaron las mochilas de material y nos indicaron el barrio de les Barraques donde debíamos repartir. Una vez acabado el reparto a todo aquel vecino o vecina que necesitaba -unos lejía, otros amoniaco, otros bayetas, trapos, papel higiénico, guantes, mascarillas, mochos, palos, escobas…- volvías de nuevo y lo hacías con información: “No quieren más amoniaco, quieren papel de cocina y más bayetas, más mochos y ya no tantas mascarillas, que tienen de sobra”. Y volvías a llenar y volvías a la zona a repartir.

Y lo haces, todo eso, con tu bici a una velocidad lenta adecuada a un fango que todo lo llena y al cual debes evitar caerte, debes evitar que te salpique a la cara o por la espalda por el efecto del rodar de la bicicleta, debes evitar el contacto más allá del obligado por el pie que, bota de agua fundamental, utilizas para apoyarte cada vez que paras porque hay un pelotón de voluntarios sacando agua, hay un camión de bomberos ocupando una calle, una tropa de militares distribuyéndose o muebles o coches que impiden el paso fino cuando no una máquina los intenta sacar del medio.  

          Al final, lo que queda es la sensación de desamparo, de una agonía y un dolor que está minando las fuerzas de la gente, de los que dan y los que reciben. Se va a alargar en el tiempo tanto… y hoy mismo un amigo bombero me enviaba un audio casi sin voz, casi llorando, porque están extenuados y saben que no pueden parar, duermen unas horas y siguen y siguen y siguen, como lo hacen las personas de a pie.

           Ayer, cuando volvía a recoger más material, ya vacía la mochila, salió un hombre de una casa, nos paró y nos pidió ayuda, con gesto abatido como nunca vi. Realmente abatido: “Chicos, ayudadme, necesito unas manos para sacar unos muebles del sótano y estoy agotado, no puedo más”. Bajamos a aquel sótano, desmontamos sin miramiento los muebles que nos dijo y los subimos pieza a pieza por una escalera que hace unos días estaba, seguramente, reluciente, y que ahora tenía una pasta insalubre de barro, resto de la que inundó, hasta el techo, toda aquella parte subterránea de aquella casa que ahora está medio muerta como toda la zona, que agoniza intentando respirar entre tanta desolación que nadie con traje, corbata y coche oficial podrá hacerse una idea en su miserable vida.

 

Rafael Mora Sesma,

Desde la Provincia de Valencia,

10/XI/2024

lunes, 7 de octubre de 2024

DESCONCIERTOS MÚLTIPLES Y MUY REALES

 

     ¿Andamos en estos momentos históricos demasiado desconcertados? ¿Por qué? ¿Por vivir guerras espaciales y cibernéticas, múltiples y muy reales en lugares distintos y distantes en el seno del propio Planeta Tierra? Pues sí, pero también por incertidumbres varias en la vida cotidiana, la inseguridad en el mundo laboral y por el dominante individualismo en las relaciones humanas. 

         El 6 del presente mes de Octubre, en el “Laboratorio de Ideas” del diario El País, el ex economista jefe del Banco Mundial, Joseph E. Stiglitz, afirmaba lo siguiente: “Imponer sanciones a países como Ucrania, devastada por la guerra, o Paquistán, un país de ingresos medios-bajos donde las inundaciones hace dos años sumergieron un tercio de su territorio, parece algo poco ético para la misión del FMI: mantener la estabilidad del sistema financiero global”

         Este 7 de octubre,  cuando justo hace un año del primer aniversario de los atentados de Hamás en Israel, parece que la guerra en Oriente Próximo se proyecta al mundo entero, e Israel exhibe su fuerza muscular con duros bombardeos sobre Líbano y Gaza ¿Dónde vamos con tanta destrucción por doquier y sin horizontes de paz frente a la carrera de armamentos?

         En España, la cuestión territorial, sin sentido federal solidario, los temas que se plantean sobre inmigración y respeto de los derechos humanos y la tendencia del bloque conservador con los ultras parecen resquebrajar la opción socialdemócrata.

         ¿Peligra, acaso, la misma convivencia democrática en paz? ¿Qué se hace desde la socialdemocracia para garantizar la convivencia? El egocentrismo partidista no puede ni debe dominar sobre el diálogo, y la necesidad de llegar a acuerdos importantes en temas de Estado.

         ¿Qué podemos aportar cada cual para mejorar la convivencia social y lograr así un horizonte nuevo de transformación positiva?

         Como dijera en febrero de 1987 el cardenal Vicente Enrique y Tarancón (en “El desconcierto de la derecha”): “Son muchos los que siguen creyendo que la democracia, la libertad, el progreso, la defensa de los derechos de los más débiles, etc. son objetivos propios de la izquierda”  Pero eso es un grave error. Porque tales retos nos conciernen a todas las personas en defensa precisamente de la dignidad humana.

lunes, 30 de septiembre de 2024

PARA LA VIDA SENCILLA

 

         Empezar un nuevo curso sin estrés ni ansiedades implica caminar paso a paso, y sentirse sano psíquica y corporalmente, con paz y equilibrio para hacer el bien, en lo que dependa de cada cual,y facilitar actuaciones que puedan ser beneficiosas para los demás, para la comunidad familiar, para la Comunidad Humana más universal, y para la Casa Común que es la Naturaleza, en la Tierra –en la que ahora vivimos-.

         ¿Qué es realmente importante en la vida? El respeto y el amor –en el más amplio sentido de las palabras-.

         Quizás releer el Evangelio de Marcos, en el Nuevo Testamento es muy conveniente. En definitiva se trata de “Nacer de Nuevo”.

         “El sentido espiritual definido por Jesús para nacer de nuevo” es el capítulo primero del libro de Emilio Carrillo & Lola Rumí, que se titula La Sabiduría y el significado profundo de las enseñanzas de Jesús de Nazaret (Editorial Sirio, 2024). En la primera parte aborda, de hecho, “Prácticas de vida para nacer de nuevo”, y se nos invita a ser conscientes de que la auto-transformación es todo un proceso: un camino con destino y sentido, ya que buscando el sentido de la vida se encuentra el sentido de la propia existencia.

         El “ego”. El pequeño yo lleva a una vida regida por el egoísmo y el egocentrismo… pero los altibajos de la vida, y el sufrimiento y la experiencia, brindan oportunidades para nacer de nuevo.

         Desde la fe es una tríada importante  la confianza en la vida, el compromiso personal y la constancia o perseverancia  en el amor y el servicio. Y todo ello como acción consciente que nace del corazón.

         Nacer de nuevo no tiene tan sólo una dimensión individual; tiene también una dimensión colectiva.

         El reto, pues, es encauzar la vida hacia la creación de lo nuevo usando el propio poder transformador, garantizando en todo momento – en lo que dependa de uno mismo- el respeto y la dignidad humana en sus diversas y múltiples expresiones, en el seno de la Naturaleza y la Casa Común que es la Tierra.

jueves, 5 de septiembre de 2024

AL EMPEZAR EL NUEVO CURSO

      Ante el nuevo curso, sin estrés ni ansiedades, conviene caminar paso a paso, y sentirse sano psíquica y corporalmente.

     "Mens sana in corpore sano", como se decía en el contexto del Imperio Romano del siglo II, invita a orar para disponer de un espíritu y un cuerpo equilibrados.

     La senda de una vida tranquila requiere paz interior y ejercitarse en la virtud de buscar y hacer el Bien. La vida interior es la base del quehacer responsable en todo cuanto dependa de nosotros.

     Respetar a toda persona es exigencia ética. Lo es también respetar a la Naturaleza, Casa Común de la Humanidad en la Tierra.

     Importa, pues, elegir de forma justa el método y los instrumentos adecuados para materializar el Bien.

     En este comienzo del curso 2024/2025 conviene centrarse en lo que dependa de sí, ya sea personalmente, en familia o en comunidad más amplia.

    Vivir el momento presente, vivir el día a día; vivir, es motivo suficiente para dar gracias...

    ¿Qué es realmente importante en la vida? El amor es lo más importante. Pues, en la vida compleja, dinámica y abierta, gracias al amor podemos ser felices y sentir la plenitud de nuestro ser como personas.


domingo, 4 de agosto de 2024

PARA RENOVAR EL SER Y EL QUEHACER

     VIVIR EN MODO KAIZEN, de la autora María Martínez, nos invita a no malgastar tiempo y energía en querer cambiar lo que no depende de nosotros, y, en consecuencia, dar un primer paso empezando a aplicar el kaizen (de kai :cambio, y zen: amable o sencillo) en todos los ámbitos de nuestra vida, centrados en lo que dependa de nosotros.

     Si nos abrimos a descubrir este reto podemos aprender, entre otras cosas, lo siguiente:

     1) Pensar en presente el paso que estás dando

     2) Centrarse en lo que dependa de la propia persona.

     3) Valorar lo realmente pequeño

     4) Ver sin miedo lo pequeño dentro de lo grande

     5) Actuar con serenidad

     6)  Asumir el quehacer presente 

     7) Moverse paso a paso con tranquilidad

     8) Simplificar lo que parezca complicado

     9) Dejar de mirar hacia objetivos lejanos

     10) En KAIZEN se trata de actuar y hacer de forma apropiada y ser equitativo.

     Estos diez puntos son el inicio conveniente para "renovar el propio ser" y "renovar el quehacer diario".

     Ya seguiremos hablando de los pasos que podemos ir dando viviendo en modo KAIZEM.