lunes, 7 de octubre de 2024

DESCONCIERTOS MÚLTIPLES Y MUY REALES

 

     ¿Andamos en estos momentos históricos demasiado desconcertados? ¿Por qué? ¿Por vivir guerras espaciales y cibernéticas, múltiples y muy reales en lugares distintos y distantes en el seno del propio Planeta Tierra? Pues sí, pero también por incertidumbres varias en la vida cotidiana, la inseguridad en el mundo laboral y por el dominante individualismo en las relaciones humanas. 

         El 6 del presente mes de Octubre, en el “Laboratorio de Ideas” del diario El País, el ex economista jefe del Banco Mundial, Joseph E. Stiglitz, afirmaba lo siguiente: “Imponer sanciones a países como Ucrania, devastada por la guerra, o Paquistán, un país de ingresos medios-bajos donde las inundaciones hace dos años sumergieron un tercio de su territorio, parece algo poco ético para la misión del FMI: mantener la estabilidad del sistema financiero global”

         Este 7 de octubre,  cuando justo hace un año del primer aniversario de los atentados de Hamás en Israel, parece que la guerra en Oriente Próximo se proyecta al mundo entero, e Israel exhibe su fuerza muscular con duros bombardeos sobre Líbano y Gaza ¿Dónde vamos con tanta destrucción por doquier y sin horizontes de paz frente a la carrera de armamentos?

         En España, la cuestión territorial, sin sentido federal solidario, los temas que se plantean sobre inmigración y respeto de los derechos humanos y la tendencia del bloque conservador con los ultras parecen resquebrajar la opción socialdemócrata.

         ¿Peligra, acaso, la misma convivencia democrática en paz? ¿Qué se hace desde la socialdemocracia para garantizar la convivencia? El egocentrismo partidista no puede ni debe dominar sobre el diálogo, y la necesidad de llegar a acuerdos importantes en temas de Estado.

         ¿Qué podemos aportar cada cual para mejorar la convivencia social y lograr así un horizonte nuevo de transformación positiva?

         Como dijera en febrero de 1987 el cardenal Vicente Enrique y Tarancón (en “El desconcierto de la derecha”): “Son muchos los que siguen creyendo que la democracia, la libertad, el progreso, la defensa de los derechos de los más débiles, etc. son objetivos propios de la izquierda”  Pero eso es un grave error. Porque tales retos nos conciernen a todas las personas en defensa precisamente de la dignidad humana.