Las causas de la movilización del 15M en las grandes ciudades españolas, y en lugares estratégicos como la Puerta del Sol (en Madrid) o "Las Setas" de la Encarnación (en Sevilla) no se deben tan sólo a la crisis financiera y a la intoxicación mediática sobre ella, que fastidia y cansa, y hasta produce hartazgo, sino que se debe también a causas políticas por cuanto que los "representantes" no representan los intereses de una buena parte del conjunto de la población.
En contacto diario con los alumnos y las alumnas (que ya son mayoría) de nuestras aulas (en mi caso de Derecho, de Dirección y Administración de Empresas, de Ciencias Políticas, de Trabajo Social y de Humanidades) se percibe y se ve a todas luces la inquietud por el paro real, por el futuro inmediato, por la realización profesional, por el trabajo, por la vivienda, por la familia..., a la vez que se constata el incremento de la movilidad "Erasmus" o "Séneca" y la "fuga" de bastantes de ellos en busca de otros horizontes.
Los representantes políticos del momento, demasiado partidistas, partitocráticos y "pragmáticos" o "crisopatrióticos", lejos de la realidad al fin y al cabo, han tomado una serie de medidas que,
como indica Viçens Navarro, son nefastas, es decir, sistémicamente injustas (digo yo).
¿Cuáles son esas medidas?
1) Facilitar que el empresariado pueda despedir al trabajador más fácilmente y pueda disminuir el salario de sus trabajadores.
2) Reducir los salarios de los empleados públicos, congelar las pensiones y disminuir el gasto y empleo públicos, bajo el argumento de que el Estado del Bienestar es demasiado grande e hipertrofiado, dificultando la recuperación económica del país (cuando estamos a la cola del gasto social en los 15 más boyantes de la UE).
3) Reducir los servicios públicos, con descenso del gasto público por habitante en sanidad y educación y en otros servicios, con el consiguiente impacto negativo sobre la calidad de tales servicios, utilizados en su mayoría, por las clases populares.
4) Privatizar tales servicios públicos, con el resultado de que la polarización existente (por clase social) de la sanidad y de la educación se esté acentuando. La distancia del tiempo de visita al médico entre la sanidad privada (que atiende a las rentas superiores) y la pública (que atiende a las clases populares) se está alargando en perjuicio para las últimas.
5) Disminuir los derechos laborales y sociales, tales como el retraso de la edad de jubilación de 65 a 67 años, con además una considerable reducción de las ayudas a personas con dependencia, a las familias, a los jóvenes (en ayudas para el alquiler) y a otros grupos vulnerables.
6) Mantener una legislación y normativa que penaliza a las personas desahuciadas, por no poder pagar las hipotecas (cuyo número está creciendo exponencialmente) a fin de proteger a la banca y otras instituciones del capital financiero.
7) Reducir el crédito disponible a la ciudadanía y a los pequeños empresarios, bajo el argumento de que hay que reducir el endeudamiento privado, política apoyada por el Estado, como afirma en las últimas declaraciones el Secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, en las que subraya la necesidad de reducir el crédito.
8) Promover políticas fiscales regresivas que benefician a las rentas superiores y a las rentas de capital, incrementando las desigualdades de renta en España (una de las más altas de la Unión Europea de los quince).
9) Continuar los recortes tributarios de las rentas superiores y de las rentas del capital que se han realizado en los últimos quince años, proponiéndose ahora en algunos gobiernos autonómicos, como el catalán, una mayor rebaja de tales tributos.
Tales políticas se han realizado con el supuesto de que eran necesarias para ayudar a España a salir de la recesión.
Tales políticas no han generado empleo entre la juventud sino que han destruido empleo, llegando a tasas de paro alarmantes. ¿Cómo no reaccionar?
Se habla de falta de liquidez. Pero entonces... ¿por qué se ha administrado con cargas financieras insoportables? ¿cómo es que se presta un dinero que se dice que no se tiene? Y si se tenía ¿por qué no se empleó en fortalecer calidad de servicios públicos y empleo, incorporando a la juventud, en la que se ha invertido?
¿Por qué no se ha producido en el ámbito educativo la revolución de la Formación Profesional?
Quien toque a una persona de esas que se movilizan por la Democracia debería secársele la mano y la porra, en su caso.
Se ha encendido la alarma por tres razones: por razones económicas y financieras desfasadas, por razones mediáticas a favor de un sistema estructuralmente injusto, y por razones de una política representativa que ha dejado de conectar con la realidad y se ha enmerdado con corrupciones puntuales o delictivas y con corrupciones sistémicas -como lo es la financiación de los partidos políticos y la propia Ley electoral-.
Para quienes no les gusta el adjetivo "real" unido a la democracia, por aquello -dicen- de la resonancia de la "Democracia Orgánica" que entiendan que, frente a la Democracia representativa, frente a la Democracia formal, frente a la "Monarquía parlamentaria", existe una soberanía popular que se manifiesta en las urnas, que se manifiesta en las calles, que se expresa vía internet y que es capaz de movilizarse pacífica pero efectivamente.
¿Cuál será el futuro de ese Movimiento Democrático? Desplazar sin duda a los representantes políticos que no sean capaces de representar realmente a la población, a la juventud, a los mayores, y a las familias. Pues por medio del sistema electoral actual, y por medio de las listas cerradas y los partidos endogámicos o los sindicatos "apalancados" y "acartonados" no se están produciendo las necesarias respuestas a las demandas de la sociedad, ni en España, ni en Europa, ni en el Norte de África, ni en el resto del Mundo.