lunes, 17 de febrero de 2014

IESMALÁ Y LA INMIGRACIÓN NEGRO AFRICANA

La Asociación IESMALÁ, a la que pertenezco, viene trabajando en temas de inmigración negro-africana y de "codesarrollo" (o desarrollo humano co-responsable), desde su creación en 2006. Pues, dada la experiencia anterior de sus miembros fundadores, participamos en el análisis de movimientos migratorios entre el Norte de África y el Sur de Andalucía, y en la posterior publicación del libro África 14 Kilómetros al sur de Europa, coordinado por la socióloga Gemma González, catedrática de la Universidad de Cádiz. Ahora, ante las muertes a causa de "asfixia por inmersión", y las noticias vertidas en torno a ese día aciago del día 6 de febrero, no puedo sino escribir sobre el tema y sugerir una necesaria mediación entre Marruecos y la Unión Africana, España y la Unión Europea.
 
Desde hace tiempo conocemos las largas rutas del desierto, y sus penalidades, hasta poder llegar a un punto puente para pasar por el "Mare Nostrum" a Europa. Conocemos también las muertes en el Estrecho. Conocemos expedientes con número y números referidos a personas en el Cementerio de Algeciras... También se sabe, desde hace tiempo, de la actuación de las mafias, y de lo que suelen cobrar una y hasta tres veces -según el punto de contacto-. Pero también conocemos las vallas de la vergüenza... y seguimos pensando que ni el Desierto es un Nuevo Muro de Berlín, ni Marruecos, o cualquier otro país del Magreb, puede ser un Estado Policía contra la inmigración en el Norte de África, ni España (por su puerta de Andalucía) ni Italia (por su puerta isleña del Sur) puede ni debe ser un Estado Policía contra la inmigración en Europa.
 
Hay más de 22 Informes de Desarrollo Humano, de 1990 a 2013, ambos inclusive. ¿Pero que efectos prácticos de co-responsabilidad producen en el África Negra y en el denominado Mundo del Norte, mundo de los ricos? ¿Acaso se ha avanzado en cooperación internacional o en "co-desarrollo"? Los dos primeros informes de Naciones Unidas versaban sobre el Concepto y medición del Desarrollo Humano (1990) y sobre Financiación del Desarrollo Humano (1991). El último informe, sobre el que he escrito para Senatus Trianae, se titula: El ascenso del Sur. Progreso humano en un mundo diverso (2013). Recuerdo que una vez me dijo Mayor Zaragoza: "los diagnósticos están hechos, lo que falta es tomar decisiones, falta voluntad política" Y yo añadí: "falta voluntad política y sobra corrupción en el Norte y en el Sur". Pero este último Informe 2013, a mi modo de ver, maquilla los datos, ante el rinde cuenta, en 2015, de los Objetivos del Milenio, que siguen incumplidos. El ascenso del Sur es muy relativo (significándose en los grandes países emergentes de América Latina y Asia) y, además, los datos del África Negra, salvo excepciones, se sitúan en los escalones más bajos.
 
El problema de las vallas, de las muertes en el estrecho, de las denominadas "rutas clandestinas", y de la "presión migratoria" en las Islas Canarias, en Ceuta o Melilla, en Lampedusa y Sicilia... no pueden abordarse a la defensiva ni de forma partidista. No creo que nadie desee las muertes en aguas marroquíes o en aguas europeas. Los muertos son personas. Los que huyen de la pobreza extrema y del hambre son personas. No seamos hipócritas. Abordemos la realidad local de modo global y, desde lo global o mundial, resolvamos los problemas locales, aquí y en Méjico o en Pekín...
 
Yo no puedo sino sugerir la necesaria mediación, en nuestro caso, entre Marruecos y la Unión Africana, entre España y la Unión Europea, y entre África y Europa.
 
Mi posición de partida, como ya lo he manifestado en distintos foros, es la siguiente: En España, y en concreto en Andalucía, seguirán viniendo inmigrantes extranjeros y comunitarios, por distintas vías, siendo la más sangrante la del Estrecho. La inmigración representa sobre un 10% de la población autóctona.

Dado el envejecimiento de la población y la tasa actual de natalidad, pero dado nuestro vínculo histórico con América Latina, y dada la distancia económica mensurable y medida entre España y África, y a pesar de los escandalosos índices de paro formal, se va a seguir produciendo la llegada de inmigrantes de terceros países que representan el 50% de la inmigración y que trabajan en servicios, y en el campo fundamentalmente, de forma reglada o al modus operandi de la economía sumergida. No hace falta señalar ni al Este ni al Oeste. La realidad es bien conocida. Lo que resulta impresentable es que no hayamos sacado conclusiones ni adoptado medidas necesarias a tal efecto.

Son urgentes los Planes de Desarrollo Humano Inclusivo. Los cambios y los movimientos de población, más allá de la "crisis económico-financiera"; la exigencia de producir bienes y servicios y generar empleo, conforme a Derecho; las garantía s de la libre circulación de personas y mercancías; la "normalización" como alternativa a las expulsiones y las fortalezas defensivas; los Derechos Sociales, el Derecho a la Formación para el Empleo, y el Derecho de Participación Política; la exigencia de evitar guetos, exclusiones y concentraciones de personas en condiciones infrahumanas; la conveniente integración y el diálogo intercultural; mejorar el funcionamiento de los Servicios Públicos, y en especial de la Administración; la lucha contra la extrema pobreza y contra el hambre; y las aspiraciones a un Desarrollo Humano Integral, personal, social o comunitario, y mundial, todo ello, y los avances tecnológicos y de comunicaciones hacen absolutamente urgentes los Planes de Desarrollo Humano Inclusivos en todos los Estados Sociales y Democráticos de Derecho, en todas las Federaciones de Estados y en todas las Confederaciones (incluida la "crisopatriota" Suiza). Lo del referéndum de Suiza en contra de la inmigración es totalmente nefasto. Pero manifiesta, en un país con un 3% de paro, el egoísmo elitista del status rico del Norte a quien no le huele mal el dinero venga de donde venga.
 
Los Planes de Desarrollo Humano Inclusivo deben ser globales y locales. Deben incluir inversiones en infraestructuras y en objetivos básicos, en recursos humanos y en participación ciudadana y política. Como dice el profesor Eliso Aja: a menor participación menos Democracia. ¿Acaso no nos vanagloriamos, en Europa, y en el Norte, de los principios y valores democráticos? ¿Acaso no nos vanagloriamos de los vetustos Derechos Humanos de 1948? ¿Por qué pues no los garantizamos? ¿Por qué no son en toda su amplitud Derechos Fundamentales de nuestras Constituciones?
 
 
 
 
No seamos hipócritas. Llevemos el tema, si es necesario, a Naciones Unidas. No puede seguirse la vía perversa en la que estamos inmersos. Las injusticias estructurales Norte Sur tocan a su fin. Apliquemos, al menos, la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Pero apliquémosla desde los Centros de Poder de la Unión Europea y vayamos a la Unión Política Europea, Social y Democrática de Derecho. De lo contrario, la Economía seguirá corriendo como la liebre y la Política andará como las tortugas. Perderá lo más vital: los seres humanos.