Antonio: Buenos días.
Tu artículo transmite tu dolencia, tu malestar, tu sinceridad y tu honestidad probada ante unos hechos que han deteriorado, junto con otros, la realidad social e institucional de nuestro momento histórico. Voy a utilizar el artículo para darlo a conocer. Gracias por habérmelo remitido.
Tu artículo transmite tu dolencia, tu malestar, tu sinceridad y tu honestidad probada ante unos hechos que han deteriorado, junto con otros, la realidad social e institucional de nuestro momento histórico. Voy a utilizar el artículo para darlo a conocer. Gracias por habérmelo remitido.
Un saludo. Salud para ti y para tus seres queridos. Salud física y psicofísica, y serenidad en este malestar interior que nos toca vivir a quienes trabajamos por una democracia de todos, con todos, y para el Bien Común de todos.
A continuación, pues, reproduzco tu artículo claro, conciso y sincero que transmite tu malestar en este momento histórico:
"De sobra sé que no se puede tomar
el todo por las partes. Pero también sé que cuando las partes se universalizan
es normal que estas se conviertan en el
todo, por lo que con frecuencia en nuestras conversaciones tomamos el
continente por el contenido.
En este caso, ...me quedo con
las partes intentando salvar el todo. Pero lo cierto es que un montón de partes
habéis hecho un daño enorme al movimiento sindical, y sobre todo a la Unión
General de Trabajadores. Que es lo mismo que decir a vuestros compañeros, a
todos los trabajadores.
Yo os acuso, ¿os suena este
lenguaje? En cierta ocasión lo utilizó Ortega y Gasset, os acuso en nombre de
tantos trabajadores mártires, (defended la memoria histórica) encarcelados,
depurados, exiliados, empobrecidos, con familias rotas, que se sacrificaron por
unos ideales pensando en una elevación de la clase trabajadora, sin dejar de
ser lo que eran, pero implantando una justicia
social que diera más dignidad en el trabajo, en la familia y en la vida, más
respeto entre los hombres y mujeres, respetando la necesaria jerarquización sin
esclavitud. Una mejor y mayor convivencia. Una justicia social que no se limita
a la relación económica entre un servicio laboral concreto, y valoración de un
trabajo sin transcendencia.
Por eso lucharon nuestros
antepasados: lucharon contra una esclavitud, servidumbre, vasallaje, buscando
una libertad armoniosa. Luchó la Iglesia desde León XIII hasta Pablo VI, y
luchó Pablo Iglesias, el tipógrafo. Y todos por caminos distintos convergían en
un punto común: Una justicia social que llevara a nuestra sociedad a un mundo
mejor. Por eso lucharon nuestros padres y vivieron el aparente fracaso de sus vidas
y de sus familias. Y vivieron el olvido de una buena parte de la sociedad, la
persecución y el atroz silencio. Todo dentro de un nuevo orden soportando con
dignidad y sin violencia, la nueva vida.
Yo os acuso, a quien y ante quien
corresponda, os acuso de hipócritas, aprovechados, traidores a vuestros
principios, embusteros…La Justicia escrudiñará vuestra conducta y pondrá la
pena que estime legal, pero la cicatriz de la culpa, la herida que dejáis
abierta tardará mucho tiempo en cicatrizar. El daño que habéis hecho en
principio a vuestros compañeros y con ellos a España entera no se olvida aunque
restituyáis el último céntimo. A pesar de todo debéis pedir públicamente
perdón. Habéis tiznado de negro una
institución ejemplar. No pueden miraros con indiferencia quienes están es las
listas del paro, desahuciados, viviendo
con 400 euros, o sin derecho a una ayuda. ¡Qué vergüenza!"
Publicado en Huelva Información el 15 de agosto de 2014, por Antonio Vergara Abajo
Me ha encantado tu artículo y lo comparto al cien por cien. Un abrazo.
ResponderEliminarM.A.