martes, 29 de abril de 2014

¿VALE LA PENA LA UNIÓN EUROPEA?


La pregunta nace de la desafección actual hacia la política, teñida en España de corrupción, y violentada además por el paro, las desigualdades, las crisis institucionales, económica-financiera y de valores. El proyecto Europa, inicialmente apasionante, parece haberse atascado. Por eso quizás, un compañero, Luis Sols, y otro colega Alfons Calderón han publicado un cuaderno sobre Europa, en la encrucijada. En mi opinión, en el conjunto de la Comunidad Humana, nos interesa muy mucho redescubrir y retomar la Europa Política y Social por todos los medios posibles.

El sueño que tuvimos (en España y Portugal, en 1986) parece ahora una pesadilla: ofensiva neoliberal británica que se remonta a 1979/1980; rumbo escorado al Este, tras la caída del Muro de Berlín (1989); unificación monetaria “sui generis” en el Tratado de Maastricht de 1992; Tratado de la Unión que no Constitución (2003-2004), con significativos rechazos; paso atrás y paso adelante en el Tratado de Lisboa (de diciembre de 2007); Estado Mínimo frente al Poder de los mercaderes; crisis económico-financiera de Estados Unidos primero y después de Europa (2008); auge en la Unión de la “Dama Austera”, la Canciller Merkel –orientada al Centro y al Este, en competencia con la vetusta supremacía soviética-, y con cierta displicencia hacia el Mediterráneo; personas emigrantes muriendo en las puertas de las alambradas sureñas de la fortaleza europea; y Crimea –en Ucrania- volviendo la espalda a nuestra débil Unión (escasa y dependiente en combustible y gas) para defender su pertenencia a la Rusia  (rica en reservas petrolíferas). ¿Dónde queda el sueño de Mijaíl Gorbachov, de Los Urales al Atlántico?



Mijail Gorbachov
 
¿Por qué y para qué la Unión Europea?

Para garantizar el nunca más posterior a la Iª y IIª Guerra Mundial; para evitar guerras crueles y diabólicas inspiradas en el enfrentamiento permanente; para fortalecer la Europa Comunitaria en el contexto y concierto internacional; para construir un sistema social solidario, más allá del sistema comunista totalitario; para recuperar el espíritu moderno de la libertad, la igualdad y la fraternidad; y para consolidar  un amplio reconocimiento de Derechos Fundamentales con sus correspondientes garantías jurídicas. ¿Acaso es esto hoy utópico?
De hecho, fueron los criterios de conciliación, de unión pluri-cultural, de creatividad, de pragmatismo y de eficacia y Bien Común, los que guiaron, tal vez, a líderes como Schuman, Jean Monnet, Adenauer, Alcidi de Gasperi, Paul Henri Spaak, Jacques Delors, François Mitterand, Helmut Kohl… o el propio español Solana.

De hecho, la UE ha favorecido la estabilidad, la paz y la democracia; ha promovido la cohesión  en distintos aspectos; y ha logrado un cierto progreso armónico, y un puesto de dignidad en el conjunto de la gobernanza mundial, como referente de calidad de vida y de calidad medio ambiental incluso.
Pero la ciudadanía europea necesitamos más y mejor. ¿Quiénes queremos una Europa Política, ciudadana, social y democrática?. ¿Queremos una Europa solidaria “ad intra” y “ad extra”; y una Europa Federal y Confederal? ¿Cuál es el futuro del Estado Social y Democrático de Derecho?
¿Cómo lograr más y mejor Unión Europea?

1)    Favoreciendo la cohesión social, la económica y la territorial.

2)    Favoreciendo la Socio-Economía

3)    Promoviendo la cooperación internacional y el co-desarrollo integral, responsable y armónico en lo local, en lo regional y en lo global.

4)    Impulsando el crecimiento por medio de un pacto capital-trabajo, que garantice el empleo y los demás derechos sociales (salud, educación, servicios sociales y vivienda).

5)    Potenciando los intereses de las mayorías

6)    Haciendo de la Unión Europea un instrumento político útil para los ciudadanos

7)    Construyendo una nueva realidad histórica rejuvenecida, abierta, comprometida, justa, capaz de transformarse y de colaborar en la transformación del resto (que es la inmensa mayor parte) de la Comunidad Humana del Mundo.
Por todas estas razones, vale la pena seguir adelante con el proceso histórico de construcción de la Unión Europea, de la unión social y de la unión política intercultural, dialogante, dinámica y abierta.

¿Podrá algún Partido en liza representar esta apuesta constructiva? ¿Podrá alcanzar este sentir  la mayoría de la voluntad general política? ¡Buenas preguntas! Pero, aunque nadie abanderase estos objetivos de forma mayoritaria, “a pesar de”, habrá que seguir construyendo la Europa Social desde la participación ciudadana activa y desde la resistencia cívica al absolutismo económico mercantilista, inspirado en el pensamiento neo-con del enfrentamiento bélico y la Economía de la Guerra.

¡Nunca más! No se nos olvide, vivimos el centenario de la Primera Guerra Mundial.
 
Nota: Estas reflexiones redactadas el día 27/04/14 las he publicado también en Solo Radio Huelva y en Senatus Trianae. Éstas tienen un par de retoques sobre las ya publicadas.
 

5 comentarios:

  1. Los jóvenes, entre 18 y 34 años, parece que dicen que sí merece la pena pero un 80% advierten que tal y como están los Partidos, en su organización y funcionamiento es difícil atraer y reclutar militancia

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  2. El debate no debe centrarse en el enfrentamiento entre conservadores y socialdemócratas ni en la dialéctica pro/anti Unión Europea. Que cada partido u opción exponga sus razones en positivo. Pues, como dice Solana, si la UE se dota de legitimidad democrática y diseña soluciones duraderas y creíbles a los problemas generados por la crisis - desempleo, empobrecimiento y desigualdad fundamentalmente- se cerrará la brecha de la desconfianza... Hay que potenciar la Europa de la generación Erasmus

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  3. El tiempo del silencio ha concluido. Y el de la sumisión. El de ser espectador y no actor. El tiempo de la gran transición de súbditos a ciudadanos se aproxima. Son palabras que transmite tu amigo Mayor Zaragoza
    PG

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  4. Contra los que promueven la abstención, se ha pronunciado Esteban de Manuel. Dice entre otras cosas:
    "Es obvio que hay que darle la vuelta del revés a una democracia dominada por el poder económico y financiero. ¿Pero cómo? El voto en blanco y la abstención favorecen objetivamente los intereses del poder económico y político al que basta una legitimidad formal, cada vez más formal, para subsistir. Europa convive perfectamente con tasas de abstención altísisimas. Es más, esta Europa necesita tasas de abstención altísimas para seguir funcionando al margen de los intereses de la ciudadanía. Hoy no votar o votar en blanco favorece objetivamente al bipartidismo funcional al poder económico-político-comunicativo. Y es curioso que los extremos se tocan en esto, una vez más. Desde una crítica al poder se hace campaña a favor de los intereses del poder."
    Sabes que Esteban lucha ahora desde EQUO, unido a los Verdes de Europa. Es una opción posible

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  5. Hay que leer con atención el programa de EQUO y sus puntos sobre: 1. regeneración democrática de Europa; 2. Derechos y Europa espacio de convivencia, paz y diversidad; 3. Economía, sociedad y empleo; 4. Medio Ambiente y recursos naturales; 5. Relaciones Internacionales; 6. Juventud y participación efectiva

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